*.- Objetivo de las reformas
Columnista de la SillaRota: SILVANO AUREOLES CONEJO
Lo sucedido en las elecciones federales pasadas, principalmente las presidenciales de 2006 y 2012, fueron uno de los detonantes de que esta reforma electoral fuera ampliamente impulsada.
Como bien quedó registrado, hubo una serie de irregularidades que pusieron en tela de juicio el actuar de nuestras instituciones encargadas de garantizar la legalidad electoral.
Más aún, la falta de una legislación adecuada no permitió frenar a tiempo la intervención desmedida de recursos y personajes para favorecer a candidatos y partidos.
Con esta preocupación, desde el PRD nos dimos a la tarea de emprender desde hace algunos años una intensa lucha para apoyar la discusión de herramientas legislativas que pusieran orden y dieran dientes a los órganos electorales y sobre todo, dar certeza a los ciudadanos que ejercen libremente su voto.
Si bien ha habido avances trascendentales en el país, aún persisten acciones que empañan nuestra incipiente democracia y la participación ciudadana.
Por ello, hoy estamos más que seguros que con estas reformas lograremos acotar los excesos que algunos gobernadores o funcionarios públicos cometen al momento de comprar publicidad para promoción personal.
Asimismo, logramos cristalizar nuestro sueño anhelado desde la izquierda: otorgar a la ciudadanía mejores y mayores niveles de participación, y lograr una equidad sustantiva en la competencia electoral.
Algunos insisten en que este conjunto de reformas promueven un sistema centralista, sin embargo es más bien un sistema nacional que pretende coordinar la actuación de todas las autoridades electorales, tanto nacionales como locales.
Me da gusto comentar que por encima de cualquier interés, el PRD puso por delante al país al aprobar estas reformas. Porque con esta aprobación le hemos dado una gran fuerza al Instituto Nacional Electoral, con capacidad de organizar en su totalidad comicios locales de cualquiera de las entidades de la República.
Avanzamos considerablemente en los sistemas de fiscalización e inteligencia financiera, tope de gastos de campaña y prorrateo de los gastos en las campañas electorales, en la dirección de acotar al máximo la discrecionalidad de los criterios con los que actualmente se califican los descomunales gastos de campaña.
En materia de partidos políticos, sin duda lo más importante ha sido las normas que se establecieron para garantizar la transparencia y acceso a la información para que los partidos rindan cuentas de sus recursos, de su origen y de sus destinos.
Con esta reforma por fin logramos la credencialización de mexicanos residentes en el extranjero. Se estableció la posibilidad de que quienes residen en el exterior puedan tramitar una credencial para votar desde las representaciones diplomáticas en el exterior, lo cual además les dará identidad y tendrán un documento que los represente y avale para ejercer sus derechos plenos fuera de nuestro país.
Hoy reiteramos nuestro compromiso para modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y quitar lo del “haber de retiro” que se estuvo discutiendo como posible pensión vitalicia para los magistrados del Tribunal Electoral, por considerar que es una ofensa para la gran mayoría de los mexicanos de escasos recursos.
Son muchos los beneficios que esta ley en materia electoral proveerá al país. Los anteriores son tan sólo algunos de los temas que a mi juicio concentran los máximos avances en esta nueva legislación que tendrá que seguir en constante valoración y mejora, para hacer de nuestra democracia un mecanismo cada vez más justo y equitativo, que dé legitimidad a los procesos de la competencia electoral y a las instituciones políticas de nuestro país.
@Silvano_A