La renegociación
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La renegociación

TIJUANA, BC - miércoles 14 de mayo de 2014 - Gilberto LAVENANT.
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Palco de Prensa
 
La pretensión de renegociar la deuda del gobierno municipal de Tijuana, cuya propuesta se pretende presentar en la próxima sesión de cabildo del XXI Ayuntamiento, pondrá a prueba a todos los que tienen la facultad para votar a favor o en contra. Eso de prolongar la deuda, de 15 a 30 años, porque se necesita hacer las obras de la Ruta Troncal, como dicen los jóvenes : está cañón.
 
Hay muchas razones, para meditar, reflexionar, analizar y observar con calma esta intención, de renegociar la deuda del gobierno de Tijuana. “Renegociar”, es como una palabra mágica, que usan los políticos, para sacar dinero, de donde no lo hay.
 
Y el caso es que el dinero ajeno, tiene un costo. Muy alto. Costo, que al final de cuentas, tienen que pagar todos los ciudadanos. Muchos de los cuales, ni siquiera tienen para llevarse un bocado a la boca. Por eso las políticas asistencialistas.
 
Así es que, los políticos están totalmente equivocados, si es que piensan cargar, en la espalda de los tijuanenses, un proyecto, como el de la Ruta Troncal, que podrá ser fabuloso, modernista, necesario, urgente, justificado, pero que muchos han utilizado para derrochar millones y millones de pesos.
 
Seguramente, muchos aún recuerdan esas jaulas de zoológico que colocó el exalcalde panista Jesús González Reyes, en diversos puntos de la ciudad y que finalmente quedaron abandonados. A la sombra de ese proyecto, nacieron muchos ricos.
 
¿Quién puede garantizar, que los recursos de la renegociación, efectivamente se aplicarán para la realización de la citada obra y no para el financiamiento de carreras políticas, a propósito de los comicios del 2015 y del 2016?
 
Y no es el afán, poner en tela de duda las intenciones del Alcalde Astiazarán, pero, como dicen vulgarmente, la burra no era arisca, la hicieron.
 
Entre los funcionarios del XXI Ayuntamiento de Tijuana, es común el comentario, en el sentido de que cuando piden recursos, para atender un reclamo ciudadano, la respuesta de los encargados de las finanzas municipales, es de que no hay dinero. No hay, no hay, no hay.
 
Partiendo de la base, de que el gobierno municipal de Tijuana, no tiene dinero, lo más sensato y recomendable, es que ya no se pida prestado. A cualquiera le gustaría comprar un auto nuevo, o una casa enorme y elegante, pero si se carece de recursos para ello, no hay más que tragarse las ganas. Es preferible, pues de lo contrario, podría llegar el extremo, de que la única opción, sea el suicidio.
 
Antes que pensar en pedir prestado, el Alcalde debe operar, para poner orden en el desorden que dejó su antecesor, el empresario priísta, Carlos Bustamante Anchondo. Se recomienda que se revisen los dictámenes  del Organo Superior de Fiscalización del Estado, relativos a las Cuentas Públicas 2011 y 2012 –no el falso, por supuesto- y podrán darse cuenta del despilfarro. Son un asco.
 
El problema es que, los fiscalizadores, llámense legisladores, controladores, síndicos, no solamente se niegan a cumplir con sus funciones, sino que además, meten la mano, para enredar más las cosas. Las propician, las alientan, las validan, mediante las sucias negociaciones que unos y otros realizan. El imperfecto y sucio sistema político mexicano, permite eso y mucho más.      
 
¿Saben por qué, el gobierno municipal no incrementa la captación de recursos? Por la nada simple, ni agradable razón, de que la administración es una maldita desorganización, bien organizada. Todos los eslabones de la administración pública, aunque sea un pecado generalizar, agarra alguna parte de la corrupción institucional. Como dicen : en río revuelto, ganancia de pescadores. Según Astiazarán, el cálculo de los Ledezma Romo, son unos 80 millones de dólares.
 
Quienes promueven y apoyan, las intenciones de renegociar las deudas, dicen que es urgente y necesario, para aportar lo que al Ayuntamiento local le corresponde, para hacer realidad el proyecto de la Ruta Troncal, dizque para el cual, el gobierno federal, encabezado por el Presidente Peña Nieto, ya dispuso más de mil millones de pesos.
 
Esta y cualquier otra obra, por maravillosas que parezcan, no deben quitar el sueño a nadie, si no se tienen recursos para realizarlas. Si lo hacen, con dinero ajeno, luego vendrán los lamentos, cuando los gobiernos adopten políticas de coacción, para exprimir a los contribuyentes. Que tanto, por un anuncio, otro tanto, por la licencia del uso de suelo, y otro tanto por esto y por lo otro. Los ciudadanos, en general, ya están  hartos.
 
Pero si insisten, en tomar decisiones a la ligera y por mero lucimiento personal. Si se insiste, en que unos cuantos individuos, que integran el Cabildo del Ayuntamiento, dizque representando a los ciudadanos en general, tomen decisiones a la ligera, o en base a negociaciones, pues ya es tiempo de iniciar un verdadero movimiento ciudadano, para hacerles los reclamos correspondientes.
 
Lo más sano, lo más recomendable, lo más lógico y prudente, es que suspendan cualquier intención de endeudar al gobierno municipal de Tijuana. Proyectos como el de la Ruta Troncal, pueden esperar.
 
Si realmente quieren hacer bien las cosas, los integrantes del Cabildo, deben ponerse a revisar y corregir lo que está mal hecho, fincar responsabilidades a quienes han dispuesto o dilapidado los recursos públicos, caiga quien caiga, y acabar el desorden de la administración municipal. Lamentablemente, eso parece un sueño casi imposible de alcanzar. La mayoría de los políticos son frívolos y corruptos. Aunque duela, pero es la verdad.
 
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