TIJUANA BC 10 DE ABRIL DE 2017 (AFN).- Desde hace varios días, Rodrigo Salazar Hernández, ex custodio del Centro de Rehabilitación Social (Cereso), realiza una huelga de hambre afuera de dicho centro, debido a que considera una injusticia que están cometiendo en su contra, ya que después de 22 años de servicio en los que expuso su propia vida, lo despidieron injustificadamente y ahora reclama pensión humanitaria.

En entrevista con AFN, refirió que el 31 de marzo fue que lo despidieron, bajo el argumento de que en el Cereso no podían tener a una persona con antecedentes, pero el problema es que no le respetaron sus derechos y sus prestaciones por haber servido tantos años a esta institución.

El señor detalló que hace 20 años tuvo un problema por portación de arma, la cual cargaba porque en el penal los dejaban traerla por seguridad, ya que en ese tiempo acababan de matar al director del mismo y el que llegó nuevo les permitió andar así.

Refirió que él fue como su brazo derecho, del nuevo director, e hicieron mucho buen trabajo en el penal, tanto que constantemente recibían amenazas de muerte y por miedo andaba armado y una ocasión lo agarraron con ella, y esto le generó antecedentes penales.

El caso, dijo, es que hace ocho años los de Asuntos Internos ya lo habían llamado por el caso del arma, ellos le dijeron que no podía estar con esa situación, por lo que pidió lo despidieran conforme a la ley, pero no fue así, al final la licenciada que le dijo esto le ofreció “hacer como que no ha pasado nada” y así se quedó la situación.

Pasaron estos ocho años sin ningún problema, resaltó, pero ahora le volvieron a sacar el tema a la luz, después de 20 años de ese percance, “cuando la situación ya prescribió y no tiene nada que ver con ello”, dijo, pero si ya lo corrieron, pues que por lo menos le den esa pensión humanitaria que exige “para darle estudio a mis hijos y además tener el Issstecali el resto de mi vida”.

Exigencias que hace porque arriesgó mucho su vida al servicio de este trabajo, la última vez fue en el 2010, explicó, cuando cerca de 120 internos lo secuestraron dentro del penal y lo golpearon, pues la idea supuestamente era darle una lección porque él no los dejó hacer lo que ellos querían, como la venta de drogas.

Tampoco les dio las facilidades, dijo, para que los internos hicieran un desorden en sus celdas, y lo que pretendían era que “le bajara” porque si no no saldría vivo de ahí, pero lo dejaron salir y desde entonces ha tenido varias secuelas como las vértebras dañadas, tabique nasal desviado, columna deshecha y dos hernias.

La otra cosa que le dijeron de su despido, detalló, es que no pasó el examen psicológico ni el médico, pero eso fue “porque tres veces al día necesito tomar mi medicamento controlado, para poder estar estabilizado, por ello no lo pude pasar, porque mi cerebro está muy quemado por tanto medicamento”.

Finalmente dijo que desde que está en huelga se acercaron de la Policía Municipal y la Policía Estatal Preventiva, pero no hicieron nada, solamente le preguntaron qué estaba haciendo y cuál era su petición, pero después llegó personal de Asuntos Internos, quienes le dijeron que no estaba a su alcance el poder ayudarle, que buscarían la manera, aunque desde el viernes pasado ya no supo más y amenazó de no moverse de ahí hasta no tener respuesta de las autoridades.