Laura Bueno Medina
Imágenes: Israel Martínez Páez
TIJUANA BC 24 DE FEBRERO DE 2014 (AFN).- Comerciantes auguran malas ventas durante el resto del año y ni los que están en la informalidad se salvan de las consecuencias de las reformas, la homologación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y demás medidas dictadas por la federación. Menos los que están en el rubro formal quienes viven cada día con la incertidumbre de que no queda claro qué harán para sacar a flote sus negocios.
Mario Alberto Arriaga con varios años como comerciante formal en el “Mercado de Todos” asegura que desde hace cinco años las ventas han venido a la baja, y es que hay demasiados factores que determinaron la disminución del flujo de personas en los establecimientos, así como de las compras efectuadas por éstos.
Empezando con la ola de violencia que se presentó en 2008 y 2009, la gente vivió tan atemorizada, que se acostumbró a no salir mucho a la calle, lo mismo que personas que venían de fuera, de otros estados, las cuales ya no pasan por el mercado, primero por la violencia que se ha incrementado, después por la falta de dinero.
Con un gesto de decepción don Mario comenta que incluso el clima juega en su contra porque al menos en su caso, que vende ropa, con el cambio tan drástico de tiempo de un día a otro, ya la gente no sabe si comprar ropa de invierno o de verano, y ellos como comerciantes no saben de qué surtirse.
Frunciendo el entrecejo el comerciante amargamente dice que el gobierno no los deja trabajar: “nos ponen más y más trabas para realizar nuestras labores”, por lo que dice estar cansado ya que hay “molestias a la hora de pagar los impuestos”.
Alberto Arriaga aseguró tristemente que el negocio familiar ya no da más que para sobrellevar los días: “entre más exigencia pone el gobierno, se van acabando los negocios”.
El vendedor de ropa y artículos de vestir, señalando algunos artículos explicó que con el crecimiento de la ciudad, y los fraccionamientos tan alejados, se han hecho comercios formales y muchos más de venta informal en la periferia de la ciudad, lo que ha provocado que la gente ya no venga a lugares como el “Mercado de Todos” a comprar, porque ya todo lo llevan para allá.
Por su parte Daniel Posadas quien acompañado de su esposa recorrió el ya mencionado mercado en busca de alguna especial, aunque al final sólo llevó una pequeña bolsa con una prenda "porque no alcanza para más", simplemente movió la cabeza de un lado a otro diciendo que el gobierno "nos está arruinando".
Barajas culpa abiertamente al gobierno y advierte que la homologación al 16% del IVA es una medida arbitraria, que desatará una fuerte crisis; no habrá dinero "y es que la gente está siendo bombardeada de medidas para las que no está preparada".
Añadió que acciones como las que dicta el gobierno federal mantendrán la tendencia de compras a la baja, y sonriéndole a su esposa, tan sólo dice que habrá que ajustarse a lo que venga, sobre todo si no se revierten esas reformas que perjudican a los ciudadanos comunes, ya que en general en todas partes, todo ya subió de precio, y el salario por el contrario no incrementa.
El pensamiento lógico, comentaron otros, es que en los mercados ambulantes la situación es de abundancia, que los precios son una ganga y todo es más barato, sin embargo, amargamente la gente cuenta lo contrario en la actualidad.
La comerciante Socorro Villalobos, tiene vendiendo de 4 a 5 años, ropa y zapados de segunda mano en el mercado sobreruedas que se instala los domingos cercano al cruce fronterizo de Otay y ella reconoció que normalmente la venta es baja entrando el año y se viene recuperando hasta marzo si las cosas van bien. Villalobos considera
que hay menos gente comprando, porque falta dinero ya que no hay trabajo.
Consideró que con las reformas y nuevas formas de pago de los impuestos habrá mucho cierre de comercios formales y que varios de esos se mudarán a los mercados ambulantes, haciendo más grande la competencia para los que ya tienen años en el ambiente.
Por otra parte el señor Rodolfo Domínguez comerciante en verduras y legumbres durante 10 años, dijo que la venta ha caído en general desde 2008, a lo que se le suman las múltiples devaluaciones que ha sufrido el peso.
Junto con su esposa ellos atienden un modesto puesto de verduras, en el que el entrevistado con mucha precisión limpiaba los nopales de las espinas, para dejar que las señoras escogieran de un canasto los que deseaban llevar. Este momento lo aprovechaba para contar cómo el mercado sobreruedas fue su oportunidad de generar ingresos después de que a cierta edad ya no le daban trabajo.
Reveló que apenas sobrevive: ¨uno va día a día, porque el mercado sobreruedas ya no es negocio¨, comentó que sí hay gente recorriendo el mercado, pero es más porque ya se volvió una tradición de la familia, que porque acudan a comprar o consumir en el caso de los puestos de comida.
Con una sonrisa don Rodolfo cuenta que “mucha gente venía cuando los precios en los supermercados de conveniencia empezaron a subir, y era más barato comprarlo en los sobreruedas”, sin embargo hoy en día, ya no es tan grande la diferencia, ya que ellos también tiene que pagar, servicios como, recolección de basura y cuotas de permisos, por lo que han tenido que aumentar los precios, disminuyendo así las ganancias.
“Las reformas del centro del país van a joder más al jodido y muchos no vamos a poder aguantar con las pocas ganancias que se logran”, afirmó y refirió que en ocasiones tan sólo ganan 500 pesos. Y en su caso pierde mucho si la gente no compra, ya que su mercancía es perecedera y tiene que salir en dos días, tres como máximo.
Como trabajador de más de 40 años el sobreruedas es una opción, afirmó, pero sólo para sobrevivir si te va bien, ya que no da para más, debido a la vida cara que se tiene en la región y que la federación no reconoce; por el contrario hace la situación más complicada.
La señora Amelia, compradora en el sobre ruedas dijo que sí ha notado un aumento en la ausencia de clientes y estableció que en general la gente compra menos, y el número de comerciantes informales va en aumento, porque hay que sacar para pagar las deudas o los servicios básicos del hogar.
Acompañada de su nieta la señora dijo que los precios ya casi son los mismos en el comercio informal que en el formal, y que los de la informalidad también tienen que pagar cuotas y eso se ve reflejado en los precios de sus productos.
Comentó que algunos comercios formales pequeños como abarrotes, han tenido que cerrar debido a las condiciones difíciles que ha impuesto el gobierno federal, y que sin duda eso afectará la economía de sus familias, ya que esos pequeños negocios son el sustento de algunas personas mayores, o de madres solteras que necesitan de éstos para salir adelante.