Columnista de la SillaRota: FEDERICO LING SANZ CERRADA
Pero en esta ocasión quiero tocar el tema de los funcionarios diplomáticos mexicanos y de cuáles son los retos que enfrentan (también desde mi punto de vista). En ese sentido debo decir que he conocido a muchos de ellos, puesto que en Washington se concentran quizá la mayor cantidad de diplomáticos mexicanos por varias razones: es la Embajada de México más grande, de todas aquellas con que cuenta nuestro país, (y esta es la relación bilateral más intensa, significativa y relevante para nosotros, sin lugar a dudas); además, no solamente está la embajada de nuestro país en el Distrito de Columbia, sino que también tenemos una “Misión Permanente” ante la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo titular se denomina “Representante Permanente” y tiene personal diplomático a su cargo, y existe la “Sección Consular” (o consulado, de forma más fácil) que se encarga de todas las actividades propias antes las autoridades locales (que no federales, pues esa es labor de la Embajada), y existe el Instituto Cultural de México, que constantemente tiene actividades en la capital estadunidense. Como se podrá uno imaginar, el intercambio con diplomáticos mexicanos es sumamente intenso. Yo mismo no lo soy, pero tengo trato con ellos prácticamente diario y los cuento entre mis amigos y entre los grupos de mexicanos que conviven constantemente en Washington.
En general, la relación que yo tengo con la Embajada de México es buena. Gracias a la estupenda labor que ha hecho el embajador Eduardo Medina Mora y su equipo de trabajo, The Washington Center ha colocado a “interns” (o estudiantes y profesionistas jóvenes) de México en las distintas oficinas diplomáticas del país, donde aprenden y se desarrollan en el campo laboral. Tenemos un intercambio muy intenso y normalmente nuestras actividades están llenas de eventos en conjunto. La relación con el Consulado también es inmejorable, porque en este nivel local, los jóvenes mexicanos han tenido interacción con las diferentes autoridades de Estados Unidos, y también han logrado aprender los obstáculos comunitarios a que se enfrentan los connacionales en este país.
Pienso que el principal reto de los funcionarios diplomáticos en Estados Unidos es la conexión con la inmensa comunidad de mexicanos en el exterior. Esto no quiere decir que no lo hagan, pero solamente pienso en los múltiples subgrupos que existen y en lo complejo que es conectar con todos y cada uno de ellos, y me parece que es algo extremadamente difícil. Finalmente, todos buscamos lo mismo, y somos representantes de nuestro país en el exterior y queremos que el nombre de México sea reconocido por cosas buenas. Luego entonces, las alianzas entre el gobierno de México (en voz de la Embajada, la Misión, el Consulado, etc.) tiene que ser estrecha con la sociedad civil de mexicanos viviendo fuera de las fronteras nacionales. Por supuesto que este reto no solamente se encuentra fuera del país, sino dentro también: ¿cómo vincular la labor que hace el gobierno, de forma más cercana y más profunda con la sociedad civil, para impulsar un proyecto común en conjunto?
Debo reconocer la relación que hemos logrado establecer con la Embajada de México (sin que eso excluya los momentos complejos, o de negociaciones con funcionarios diplomáticos en momentos o temas difíciles, como sucedería en cualquier otra cosa en esta vida), pero en general, tenemos una intensa alianza estratégica, puesto que cada semestre tenemos a más de 100 mexicanos de diferentes estados de la República de paso durante 15 semanas por Washington, para desarrollarse y tener una experiencia transformadora. Esa es nuestra manera de contribuir al desarrollo de México, de sus jóvenes, de sus líderes y de su sociedad civil.
Esta es la parte de la diplomacia mexicana que no se nota en las grandes declaraciones de política exterior de nuestro país, o no aparecen en los planes de desarrollo o sectoriales de forma detallada; los puntos finos del trato de los mexicanos con sus funcionarios diplomáticos se vive en el día a día y en cada asunto o tema que se debe tratar entre todos. Allí está la importancia de la vinculación social, especialmente cuando se vive en otro país, en condiciones diferentes y con unas reglas del juego que distan mucho de todo aquello a lo que estamos acostumbrados.
@fedeling