MÉXICO DF 21 DE SEPTIEMBRE DE 2015 (Kaleydoscopio).- La automedicación es muy popular, a pesar de que puede ser muy peligrosa, entre otras cosas porque las personas no responden igual a los medicamentos y es natural debido a que no son idénticas. Por esto, la misma dosis prescrita puede generar respuestas diferentes.
En un mundo globalizado, donde se homologan las formas de vida, la farmacogenética es una ciencia emergente que pareciera ir en sentido contrario a la estandarización, con el fin de lograr medicinas hechas a la medida, capaces de potenciar la eficiencia y reducir los efectos adversos.
El 40% de los pacientes tiene problemas secundarios con los fármacos prescritos y muchos presentan reacciones distintas a la misma sustancia y dosis, cuenta Adrián Llerena Ruiz, director del Centro de Investigación Clínica del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz, dependiente de la Universidad de Extremadura, España.
Se trata de una disciplina que mejora el conocimiento de las enfermedades, optimiza la eficacia de los medicamentos y previene reacciones adversas en los pacientes.
A nivel molecular, esta ciencia indaga por qué unos individuos son más sensibles a un medicamento y cuáles son los factores (genéticos, fisiológicos, ambientales y poblacionales) que participan en esos cambios.
Tras las pistas del citocromo p450
El citocromo p450 (CYP por sus siglas en inglés) es una amplia familia de hemoproteínas que utilizan múltiples sustratos para producir reacciones enzimáticas.
Hay genes que codifican para las enzimas CYP y la relación entre ambos representa mucho del trabajo detallado que desentrañan los expertos en farmacogenética.
El CYP es un complejo enzimático involucrado en el metabolismo de los fármacos en nuestro organismo, pues participa en la fase oxidativa. La combinación particular de una sustancia en cada organismo tiene variables que hacen la diferencia entre el efecto en uno y otro.
Llerena distingue dos tipos de personas respecto a la absorción de fármacos: los metabolizadores lentos, que tardan más en procesar la sustancia y logran un efecto más duradero, y los ultrarrápidos, que tardan menos en procesarlo, pero su efecto es menos duradero.
A estos factores a nivel molecular, la farmacogenética suma condiciones de origen étnico, población y ambientales. Por ello, el avance de esta ciencia requiere de estudios poblaciones en cada parte del mundo.
Hasta ahora, el experto ha encontrado variabilidad individual y regional en la respuesta a los fármacos, que cada paciente necesita un régimen terapéutico individual y cada región del mundo requiere de recomendaciones más precisas. Asimismo, sostiene que la variabilidad depende de la interacción dinámica del estado de los sistemas fisiológicos/patológicos, de la herencia genética y de la interacción ambiental.
Los polimorfismos genéticos de enzimas metabolizadoras de fármacos participan en el metabolismo endógeno y, por tanto, en la vulnerabilidad a la enfermedad. Existe una relación entre esta última condición y la idiosincrasia en la respuesta a los medicamentos, resumió.
En busca de sustancias más eficientes que disminuyan los efectos adversos en su población, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha elaborado guías sobre el uso de pruebas para mejorar la vigilancia en ese ámbito.
Hasta ahora, ha logrado que 34% de los medicamentos aprobados cuenten con un biomarcador en una ficha técnica. Es un avance importante para incluir a la farmacogenética en las medicinas de uso cotidiano, pero requiere de estudios poblacionales para cada región del mundo.
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