Osuna no cumplió contra el narcotráfico; Aponte
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Osuna no cumplió contra el narcotráfico; Aponte

TIJUANA BC - jueves 17 de diciembre de 2015 - AFN.
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*.- Y Elorduy no aceptó que su Procurador estaba “metido”

*.- De la Rosa: Timorato, no participaba, no tenía iniciativa

*.- No aceptaría la Secretaría de Seguridad pero “recomendaría”

DORA ELENA CORTÉS

  TIJUANA BC 17 DE DICIEMBRE DE 2015 (AFN).- El general retirado del Ejército mexicano Sergio Aponte Polito dijo esta mañana que el ex gobernador José Guadalupe Osuna Millán no cumplió con lo que acordaron para combatir el narcotráfico y los secuestros y aseguró que entonces se dio cuenta de que había compromisos políticos y de otra índole, en los estados.

  El general estuvo esta mañana con representantes de medios de comunicación, invitado por el empresario y aspirante a la alcaldía de Tijuana por el PRI, David Saúl Guakil, para hablar sobre sus experiencias en el combate al crimen organizado, en varios estados del país lo que le permitió descubrir que “el narcotráfico subsiste con el apoyo de diversas autoridades federales, estatales y municipales; jueces gobernadores corporaciones estatales municipales y otros más.

  En un desayuno en el que se extendió hablando de sus vivencias y en el que recordó el enfrentamiento que sostuvo con autoridades estatales, lo que le llevó a ser retirado de la Segunda Región Militar, el castrense acusó al ex gobernador Eugenio Elorduy Walther de no haber hecho nada cuando le refirió que su Procurador -“el blindado”, como le llamó y del que no dijo su nombre este día pero que se refería a Antonio Martínez Luna- estaba involucrado con los narcotraficantes.

  También rememoró cómo fue visitado por el gobernador entrante José Guadalupe Osuna Millán para pedirle su colaboración en la lucha antidrogas, y cómo no le cumplió después de que le puso como condición que nombrara como secretarios de seguridad, al teniente coronel Julián Leyzaola Pérez, en el estado; al capitán Eduardo Montero en Tijuana; Justo Buenaventura Jaimes Villarreal en Rosarito y otro militar de su confianza en Tecate. No obstante eso, después de que le dijo que lo habría de analizar no hizo ninguno de estos nombramientos.

  En su lugar comentó que nombró al todavía Secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa Anaya, por compromisos políticos, ya que dos de sus hermanos tenían fuerte influencia política y su mamá había sido “dizque” activista social,señaló. Sin aceptar haber tenido evidencias entonces de que de la Rosa Anaya estuviera involucrado con narcotráfico o que hubiese recibido dinero del crimen organizado, como asegura que ocurre, el general sentenció que también se favorece al crimen cuando no se hace nada.

  Con dificultades para escuchar claramente, adjudicadas a la edad, el general en retiro reconoció que cuando se da una ausencia se pierde contacto con la realidad y no se tienen todos los datos necesarios, por lo que aceptó que no puede decir en estos momentos si De la Rosa Anaya ya tiene conocimiento del tema y si está combatiendo el crimen, pero repitió que cuando a él le tocó conocerlo, era un hombre: “timorato que no participaba en las reuniones de seguridad que realizaban; que no objetaba; que no tenía iniciativa, aunque no sé si con el tiempo haya cambiado, apuntó.

  De esas reuniones de coordinación que sostenían, ya bajo el mandato de José Guadalupe Osuna Millán, Aponte Polito, aseguró que nadie hablaba, nadie apoyaba en sus intentos por erradicar la corrupción de las corporaciones policíacas, salvo el teniente coronel Julián Leyzaola Pérez, a quien finalmente pusieron “como director en Tijuana”, bajo las instrucciones de “un tal Capella (así lo llamó) a quien pusieron como Secretario de Seguridad Pública.  Contra el actual mando único del gobierno del Estado de Morelos Jesús Alberto Capella Ibarra, también arremetió y afirmó que no sabía nada de seguridad “y ahí sigue de seguridad”.

  Por otra parte evitó hacer un análisis del tema, actualmente, en esta frontera, aunque sí dijo que en la comida sostenida ayer con un grupo de empresarios, recibió algunas “reclamaciones” de éstos, y advirtió que si no se toman las medidas pertinentes, como en toda enfermedad “la recaída es más grave”.

  Y sobre la posibilidad de que pudiera aceptar ser Secretario de Seguridad Pública en Tijuana, respondió que no, porque en primer lugar, dentro del Ejército Mexicano, obtuvo el máximo grado de General de División, por lo que no podría atender un cargo de menor jerarquía. Por otra parte estableció que tampoco podría subordinarse a autoridades que “no están cumpliendo con su obligación”, otra vez en referencia las autoridades estatales, lo cual adelantó que lo convertiría en el “general incómodo” por las posiciones que indudablemente tendrían.

Su tormentosa estancia en BC

El general, quien reveló que le gusta la poesía, narró paso a paso lo que le tocó vivir en Baja California, desde que fue nombrado comandante de la Segunda Región Militar, siendo el gobernador, el panista Eugenio Elorduy Walther. Reveló que en su momento se percató de cómo se estaba protegiendo aquí a grupos de narcotraficantes y que directamente le notificó Elorduy acerca del involucramiento de su Procurador Antonio Martínez Luna, al que identificó solamente como “el blindado”.

  Aseguró que Elorduy no hizo nada al respecto y que los narcotraficantes operaron impunemente en la entidad durante su administración. Además dijo que cuando les informo de todo lo que había detectado encontró “cierto desconcierto y sarcasmo” además de que sus palabras no fueron bien aceptadas.

  De esta forma, se lamentó de que el trabajo en coordinación no fue posible porque se alertaba a los delincuentes de los operativos; no había éxito, ni apoyo ni solidaridad del gobierno del Estado.

  Refirió que a la llegada de José Guadalupe Osuna Millán como nuevo gobernador, éste le buscó en las instalaciones de la Segunda Región Militar y le pidió su apoyo en contra del narcotráfico. Aponte Polito le solicitó que lo hiciera por escrito y que se comprometiera con franqueza, porque eso lo convertiría en el mejor gobernador de la entidad, siempre y cuando atacara la corrupción y la impunidad.

  Fue entonces cuando le propuso un plan mediante el cual los puntos importantes para el narcotráfico: Tijuana, Rosarito y Tecate -zona a la que llamó el triángulo dorado- colocada a los militares ya mencionados para acabar con la protección que insistía. Además de no cumplir, apoyó también a su Procurador Rommel Moreno Manjarrez, cuando éste rechazó que sus elementos estuviesen involucrados con el narcotráfico. De ahí vino la acusación pública que hizo; el reto de Rommel Moreno que le exigía comprobar su dicho, y la carta del general que motivó una reunión de alto nivel en el Distrito Federal para llamarlos a la cordialidad y para invitarlos a mostrar públicamente que había buena relación entre ellos. Antes de esa reunión, el general dejó de invitar a Rommel a las reuniones de coordinación.

  Narró que las autoridades encabezadas por el gobernador Osuna Millán solicitaron al “alto mando” su retiro del cargo “pero ni siquiera tuvieron el valor de reconocerlo”. Pidieron una reunión con el titular de la SEDENA que se celebró en el Distrito Federal con la presencia de José Francisco Blake Mora; Juan Camilo Mouriño, Genaro García Luna; el gobernador Osuna Millán y el Procurador Rommel Moreno. A petición expresa, el Secretario de la SEDENA aceptó que Aponte asistiera y ahí les repitió sus acusaciones.

  Recordó que el General Secretario la Defensa lo apoyó aunque le ordenó asistir a esa reunión de “reconciliación” que se celebró en Tijuana, en una ceremonia pública en la zona río, donde emitió un mensaje.

  En esas remembranzas que Aponte Polito hizo,  reiteró que Rommel Moreno, se negó a que se disolviera el grupo de antisecuestros, el cual paradójicamente “en lugar de evitar que éstos se cometieran, eran los propios agentes los que secuestraban y llevaban a sus víctimas a casas de seguridad y las dejaban en manos de los delincuentes”.

  También estableció que Moreno Manjarrez apoyó a la subprocuradora Sonia Navarro y la nombró su asesora no obstante que se demostró que protegía a un grupo de policías conocido como “el comando negro”, y que cometió diversos delitos entre homicidios y secuestros.

  El general de división, quien asistió acompañado de su esposa y su hija, aseguró que los narcotraficantes apoyan con grandes cantidades de dinero las campañas de gobernadores, para en caso de ganar pongan como Secretario de Seguridad Pública a una persona que no  actúe en contra de su organización. Insistió que también “muchas veces protegen a un mafioso cuando no hacen nada”.

  Recordó el caso de un delegado de la PGR, al que afirmó que “le dieron Un  millón de pesos “y no hizo nada.

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