*.- Una parte importante de ellos se convierten en indigentes, ante la falta de oportunidades para adultos mayores
Tijuana BC 30 de junio del 2015 (AFN).- Entre cien y 130 personas son deportadas diariamente de Estados Unidos a Tijuana, y al menos el 30 % de estas personas son pandilleros que ante la falta de oportunidades y discriminación terminan por unirse al crimen organizado.
Así lo expuso Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional de Derechos Humanos, durante su intervención en el coloquio “Migración y derechos humanos: Retos y perspectivas de atención”, organizado en la Universidad de las Californias Internacional (UDCI).
El expositor, quien también es catedrático en la Universidad de San Diego, resaltó que el fenómeno migratorio de los deportados ha tenido diferentes enfoques con el paso del tiempo en esta ciudad, ya que muchas de estas personas terminaban viviendo en la canalización del Río Tijuana, precisamente en la Zona del Río.
Primero a estas personas se les conocía, hace muchos años, "los deportados del canal", hasta que con el tiempo sólo se les identificaba como "los migrantes, adictos y ladrones de 'El Bordo'", dijo, mismos que recientemente fueron reubicados por las autoridades municipales.
El especialista explicó que esta reubicación obedeció a la presión social que por mucho tiempo hicieron residentes de la Zona del Río, quienes los tenían como vecinos, e incluso durante mucho tiempo los gobernantes daban una solución en materia policiaca a este fenómeno.
En ese sentido, aseguró Clark Alfaro que si estas personas hubieran estado en la Zona Este de la ciudad, no hubiera tenido la misma consecuencia, y aunque los residentes de aquella zona se hubieran quejado, "difícilmente" las autoridades hubieran respondido igual.
Los "aprovechan", aunque no a los más mayores
En torno a los deportados, el catedrático señaló que al menos el 30% eran integrantes de alguna pandilla en Estados Unidos, con tatuajes en el cuerpo, por lo que son discriminados y difícilmente encuentran un empleo.
Ante ese futuro, estas personas son reclutados por el crimen organizado que los utiliza como "halcones" o vigilantes, banderas o estacas, cuidadores de "tienditas" de droga; o bien a quienes tienen conocimientos para “cocinar” droga sintética les pagan hasta 18 mil dólares por una producción.
Otro 30% de los deportados son adultos mayores de entre 60 a 65 años, quienes vivieron toda su vida en Estados Unidos y nunca regularizaron su situación en ese país, y muchos de ellos fueron expulsados por violencia intrafamiliar o bien por cometer algún accidente.
El expositor afirmó que es muy fácil que estas personas terminen en la indigencia, porque tampoco encuentran muchas oportunidades en esta ciudad, ya no tienen conocidos en su lugar de origen y su familia en Estados Unidos no quiere saber de ellos.
Algunos de estos adultos mayores, agregó Clark, sobreviven con cien o 150 dólares mensuales que les envían sus familiares, pero quienes no tienen esa suerte terminan de indigentes en ocasiones en menos de una semana de llegar a esta ciudad.