Ensenada BC 16 de abril de 2015 (AFN).- Cuarenta por ciento de los menores hasta los cuatro meses, presentan problemas de cólicos, por lo que es importante tomar una serie de medidas preventivas, señaló el doctor Juan Manuel Álvarez Marín, Jefe de Pediatría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS 8) de Ensenada.
Explicó que cuando el bebé está sano, tiene menos de cinco meses y llora de manera continua es debido a que tiene cólicos; también puede ser que se encuentre intranquilo y llore al final de cada tarde y al principio de la noche, ya que los menores que padecen cólicos tienden a estar anormalmente sensibles a la estimulación.
Algunos tienen más molestias a raíz de los gases intestinales y del hambre; otros por sobrealimentarse.
Esta problemática inicia cuando el menor tiene tres o cuatro semanas de nacido y termina alrededor de los 4 meses de edad. Sin embargo, si continúa llorando excesivamente después de ese lapso, generalmente la causa es otro problema de salud.
Otro factor que debe tomarse en cuenta –dijo el especialista- es cuando presentan cólicos con heces normales; pero si hay diarrea o evacúan sangre, es recomendable llevarlos a consulta con el pedíatra.
Álvarez Marín, indicó que algunos bebés no pueden tolerar ciertos alimentos o proteínas de la leche materna o de fórmula. Entre los detonantes de los cólicos está el miedo, la frustración y hasta la excitación; cuando las personas alrededor del bebé están preocupadas, ansiosas o deprimidas, los bebés lloran más.
Los síntomas, indicó, inician de manera repentina; empuñan las manos, encogen las piernas y el vientre se ve hinchado, estas señales pueden durar minutos u horas y terminan cuando el niño cae exhausto, defeca o pasa el gas. No obstante el malestar, es normal que coman bien e incrementen el peso de acuerdo a su crecimiento.
Los gases también ocasionan cólicos, como resultado de tragar mucho aire al llorar. Otros factores son cuando el alimento se mueve con demasiada rapidez a través del sistema digestivo, problemas de reflujo gastroesofágico; y niños pequeños de madres que fuman.