Por: Dr. Marco Antonio Samaniego López *
TIJUANA 02 DE SEPTIEMBRE DE 2016.- La noticia recorrió los medios con celeridad. La presencia de Donald Trump en México, en vísperas de ofrecer un discurso en Arizona, donde tocaría el tema de la migración. La sola idea llevó a cientos de mexicanos a manifestar sobre el encuentro con quien detenta el ejecutivo en nuestro país: Enrique Peña Nieto.
¿Para qué reunirse con un candidato de un partido político que en las encuestas no parece tener mucho éxito? ¿Para qué darle reflectores a un personaje que no necesita más micrófonos? ¿Para qué generar una polémica en vísperas del cuarto – apenas el cuarto, todavía faltan dos – informe de gobierno? ¿Qué abonaría al abollado gobierno de Peña Nieto la presencia de Trump en la ciudad de México?
Desde las primeras notas acerca de la reunión el resultado es lamentable. Careció de sentido. No había para qué. Las declaraciones de Trump no tienen nada nuevo: se pueden aplicar a finales de la década de 1920, a la Segunda Guerra Mundial, a lo sucedido por el temor del comunismo en la década de 1960, y a la semana pasada. Son temas que se reiteran en función de una vecindad que tiene implicaciones sobre el papel de Estados Unidos y México en el mundo. Y por supuesto, a que la migración de mexicanos al vecino país no cesa desde el gobierno de Porfirio Díaz.
Sobre el muro, tema que tanto llama la atención en ambos lados de la frontera, reiteramos, ese ya está desde hace dos décadas. Lo manifestamos en esta misma columna hace varias semanas, la construcción se inició con Bill Clinton y la continuaron George Bush y Barack Obama. Es una necedad de Trump decir que va a construir lo que ya está. Y todos quieren preguntar lo mismo ¿con qué dinero? En ocasiones resulta una discursividad que olvida temas de mayor importancia, como los recursos naturales, el medio ambiente, el comercio, los acuerdos en materia de energía como la electricidad o la importación de gas.
¿En que se benefició el gobierno de Peña Nieto con la presencia de este personaje mediático? A menos de que los documentos que se rebelen sobre la candidata Hilary Clinton, como lo amenazan, tengan una resonancia de tal magnitud que se reduzca su posibilidad de triunfo, no se observa un beneficio. Con la información que se tiene en este momento, no se le ve sentido a un evento que sólo ha generado un sinfín de comentarios negativos. Puras perdidas y en vísperas del informe presidencial.
¿Cuáles fueron los objetivos de una invitación a un candidato? ¿Para qué gastar tiempo, dinero y esfuerzo y terminar escuchando las mismas agendas que han sido tema en el último siglo? ¿Quien asesoró o sugirió al ejecutivo esta visita? ¿Cuáles pudieran ser las razones de Estado?
Hoy sabemos que el Divo de Juárez escribió un breve documento a Peña Nieto. Y también que a Peña Nieto le gustaban algunas canciones de Juan Gabriel. Supongo que de alguna forma, la música que debe estar escuchando nuestro plagiador presidente lo remite a una canción que describe un momento por demás inútil ¿pero qué necesidad?
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.
* Marco Antonio Samaniego López. Doctor en historia por el Colegio de México. Su tesis doctoral, Los ríos internacionales entre México y Estados Unidos, fue galardonada como la mejor tesis en el año 2004 por la Academia Mexicana de Ciencias.