*.- Condena de 50 años por matar a su hijastra de dos años, "porque una voz se lo ordenó".

*.- Tiró el cuerpo en construcción, dijo que desconocido la secuestró

 

Ensenada BC 18 de mayo de 2014 (AFN).- Cristian Ulises Cambell Padilla, de 22 años, recibió una sentencia de 50 años de prisión, dictada por el delito de homicidio, al comprobársele homicidio calificado de la niña Ariadne Esmeralda Hernández Ballesteros, de 2 años de edad, quien era su hijastra.

 

El padrastro privó de la vida a la niña a golpes por puñetazos y dijo que fue "porque una voz se lo ordenó", esto la mañana del 13 de febrero de 2012 cuando ella estaba bajo su cuidado; y de quien tiró el cadáver en una vivienda en construcción, y después dijo que un desconocido encapuchado la robó.

 

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) dio a conocer que a través de la Dirección de Control de Procesos fue notificada de la sentencia de 50 años de prisión dictada al hombre, de quien los elementos probatorios presentados por la fiscalía ante el juzgado Tercero de lo Penal establecieron su responsabilidad.

 

Pone denuncia el asesino

 

Según la PGJE, posteriormente al abandono del cuerpo en una construcción ubicada en el fraccionamiento San Rafael, a un par de cuadras del domicilio de la víctima; a las 18:00 horas, cuando la madre de la menor regresó de trabajar, Cristian Ulises para no ser descubierto le dijo que la niña fue robada por un encapuchado que irrumpió en el domicilio y lo golpeó.

 

Por ello la pareja acudió a la agencia del Ministerio Público y denunció la supuesta sustracción de la menor, dando inicio a las primeras diligencias de investigación por parte de los agentes de la Policía Ministerial.

 

El cuerpo de la niña fue localizado dos días después en una casa en construcción ubicada en calle Río Pánuco del fraccionamiento descrito; y los médicos legistas determinaron que falleció por traumatismo craneoencefálico y que presentaba rasgos de haber sido ultrajada sexualmente.

 

De las indagatorias realizadas por los agentes ministeriales adscritos al Grupo Contra Homicidios, se establecieron contradicciones en las declaraciones  del hombre, quien finalmente confesó haber privado de la vida a su hijastra "porque una voz se lo ordenó".