Niña era "correo" y la madre ordenó el crimen
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Niña era "correo" y la madre ordenó el crimen

TIJUANA BC - jueves 18 de abril de 2013 - AFN.
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*.- Supuestamente lo hizo porque la maltrataba “El Sargento”

TIJUANA BC 18 DE ABRIL DE 2013 (AFN).- La niña Vianey García Anaya, de 9 años de edad, que ayer fue ejecutada, murió por la orden que dio su madre Silvia Patricia Anaya Santarosa, quien pidió a sicarios que ejecutaran a su esposo Víctor Manuel García Morales “El Sargento” -principal distribuidor de drogas en la delegación de Playas de Tijuana- sin considerar que también moriría su hija.
 
Afortunadamente en este caso, salvó la vida otro niño, amiguito de la menor, quien también viajaba en el auto de García Morales y que solamente sufrió un fuerte golpe en la boca, al estrellarse el vehículo –tras perder el control- contra una unidad de transporte público.
    
Al revelar esto, el Secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Jesús Alberto Capella Ibarra, fue más allá al apuntar que Anaya Santarosa y García Morales, utilizaban a su propia hija para entregar los paquetes de droga que les eran solicitados y que distribuían en zonas como los fraccionamientos Soler, Lomas del Porvenir y Playas de Tijuana, como parte del grupo de “Los Talibanes”.
 
Capella Ibarra, cuya policía logró la captura de los autores materiales de la doble ejecución ocurrida en Lomas del Porvenir, refirió que tras las declaraciones de los criminales, se pudo establecer que esta mujer “puso” a su marido, para que lo asesinaran, ya que supuestamente, “El Sargento” de 51 años de edad, la abusaba física y moralmente.
 
Por esto, habló con una persona a quien apodan “El Cero” para informarle sobre los lugares donde podrían atacar a su pareja y entre éstos señaló la calle Netzahualcóyotl sobre el tope de la avenida, donde detendría la marcha de su vehículo y en la escuela de su hija que era la primaria “Josefa Ortiz de Domínguez”.
 
Por la información recabada, tras detenidos los asesinos, se pudo saber que “El Sargento” estaba considerado como el principal distribuidor de droga en amplia zona de la delegación Playas de Tijuana y también se dedicaba a la venta de cristal.

Él operaba para el grupo delictivo que se autodenomina “Los Talibanes”, que se han asentado en esa área de la ciudad.
 
En el caso de Vianey, sus progenitores la utilizaban para entregar la droga que les era solicitada, para no ser detenidos por las autoridades. Según el jefe policiaco, la droga que le fue decomisada a la madre cuando pretendía huir tras el crimen, “El Sargento” la recogió tres días antes, en el estacionamiento de un centro comercial del fraccionamiento “El Rubí”.
 
Como se hizo público, tras cometido el doble crimen, Silvia Patricia, quien ahora aparece como autora intelectual del mismo, trató de huir de su casa, llevando consigo a dos de los asesinos, no importando que entre las víctimas estuviera su niña. Ella reveló que su “trabajo” era cuidar la droga, administrar el dinero que recibían por la venta de la misma y que éste era depositado en una cuenta de Bancoppel.
 
Tras ser detenida, Anaya Santarosa hizo saber a los policías que tenía problemas con su marido, por  el hostigamiento que denunció y por situaciones familiares derivadas de su participación en el “negocio” del narco-menudeo.
 
También reveló que el dinero que llevaba al momento de su detención, se lo entregó su marido la noche anterior para que lo depositara y que lo tomó para pagar una presumible atención hospitalaria de su hija, de la que pensaba que solamente estaba lesionada.
 
Para no ser detenida, esta mujer, pretendió sobornar a los oficiales policiacos con 100 mil pesos para que la dejaran en libertad, ya que supuestamente esperaba irse a Mazatlán Sinaloa, sin importarle la suerte que corrió su hija.
 
Como presuntos responsables de estos hechos ocurridos a las 7:35 de la mañana, los policías detuvieron a ocho presuntos implicados, entre los que ya estaba la esposa y un hijo de ésta. Los asesinos confesaron que la mujer les ordenó asesinar a su esposo.
 
En un primer momento y con esas confesiones recabadas, Capella Ibarra reconoció que pensaron que el ataque también habría sido directo a la niña Vianey por dedicarse a “mover” la droga, sin embargo señaló que esto corresponde aclararlo a la Procuraduría General de Justicia en la entidad (PGJE) para luego, deslindar responsabilidades.

A García Morales, "El Sargento" y a su hija, de 9 años, los ejecutaron a balazos cuando se trasladaban a bordo de una camioneta Durango y apenas habían recorrido unos cuantos metros desde su vivienda.
 
El dinero que llevaba la mujer en su frustrada fuga, eran 1,274 dólares y 11 mil 150 pesos; también tenía consigo  tres teléfonos celulares, una pistola y cinco bolsas que contenían "cristal".
 
Al ser capturada, ella iba en una vagoneta y con ésta viajaban José Rodríguez Vázquez, de 39 años e Isaac Rafael Núñez Rodríguez, de 25 años, que son quienes accionaron sus armas en contra de su marido e hija. Habían salido del domicilio de la pareja, de donde sacaron varias mochilas”, reveló Capella.
 
Junto con ellos, fueron remitidos al Ministerio Público como posibles participantes en esta ejecución: Francisco Ernesto Burgos Quintero, de 42 años; Joel Piedra Chitica, de 24 años; Anthony Bryan Estrada, de 20 años y Marco Antonio Zamorano Anaya, de 21 años, hijo de Silvia.
 
Basado en este caso, el Secretario de Seguridad, deploró que los narcotraficantes estén usando a menores de edad y a niños como Vianey que todavía no llegan a la adolescencia, como “escudo” para disfrazar sus actividades ilícitas, sin importarles el daño que puedan sufrir, inclusive la muerte, como ocurrió con la niña.

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