*.- Consignan a homicida, el móvil fue una venganza

TIJUANA BC 11 DE FEBRERO DE 2013 (AFN).- Marco Antonio Negrete Hernández, alias “El Gory”, fue consignado por el crimen de una persona a quien, en venganza, lo asesinó a golpes con una herramienta y después lo encostaló, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Por parte de la Unidad Orgánica de Homicidios Dolosos de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada, se informó que fue resuelto el homicidio calificado donde perdió la vida el de nombre Luis Ernesto Morado Rodarte; esto el pasado 26 de enero de 2013 en la casa habitación ubicada en la calle Prolongación Aceituna Manzana 7 Lote 21 de la colonia Rancho Los Olivos, logrando establecer que el móvil del Homicidio fue venganza.

Como se desprende de las actuaciones que obran dentro de la indagatoria, del desahogo de la diligencia de fe de cadáver, y la confesión de Negrete Hernández, se supo que el viernes 25 de enero, el inculpado fue a la casa de sus padres ubicada en la dirección expuesta, a dejar a su sobrino y a buscar al occiso, para que le prestara dinero.

Subió a su cuarto que se encuentra en el segundo nivel, y al no encontrarlo se quedó esperándolo; y aproximadamente a las 01:00 horas ya del sábado 26 de enero, aquel llega y empezaron a reñir; al calor de la discusión, negrete agarró una “pata de chiva” o tubo de metal, con el cual golpeó en la cabeza a Morado en repetidas ocasiones.

Le provocó fractura de cráneo (según el certificado de necropsia, traumatismo craneoencefálico), y el cuerpo del occiso quedó sentado en un sillón; y entonces el agresor tiró el arma utilizada en un arroyo a una cuadra detrás del domicilio, para luego posteriormente regresar al cuarto, confirmar que el hombre estaba muerto, e intentar ocultarlo.

Para esconderlo lo cubrió con una cobija azul que estaba en el sillón y después lo metió en dos costales blancos, amarrándolo bien para que no se viera su ropa; lo arrastró el cuarto contiguo tapándolo con ropa sucia y volteó los cojines del respaldo y asiento del sillón para que sus familiares no vieran la sangre; después huyó a casa de su novia y no volvió a regresar al cuarto del occiso por temor a que lo fueran a encontrar y lo detuvieran.

El hombre fue presentado por la Policía Ministerial y confesó el crimen, se le mantuvo bajo arraigo por diez días, y al agotarse dicho término se le ejercitó acción penal, solicitando orden de aprehensión urgente en su contra.