CIUDAD DE MÉXICO 19 DE ABRIL DE 2017 (La Silla Rota).- El escritor y periodista español, Arturo Pérez Reverte, ha sido protagonista de varias disputas épicas en Twitter. Los mensajes del escritor, a veces desabridos, a veces muy directos, pero siempre polémicos, lo han puesto en el centro de la polémica un sin número de veces.
 
La mayor de las ocasiones es el propio Reverte quien lleva la voz cantante o quien corrige a su interpelado. Pero el guion de la historia tuitera de Pérez Reverte ha sufrido este lunes un dramático giro.
 
El autor de la saga de “El capitán Alatriste” publicó un mensaje (¿un microcuento? ¿un haiku?) sin más relieve, aparentemente, que su interés literario.
 
Sin embargo, al texto le faltaba algo para estar completo. Y lo más importante: le faltaba algo para ser correcto. Fue un tuitero el valiente que, exponiéndose a la conocida ira dialéctica de Pérez Reverte, le señaló el error con disimulo.
 
Si el tuitero no hubiera incluido el “#hecorregidoaReverte”, quizás la historia habría sido de otra forma. Pero no pudo evitarlo y Reverte tampoco.
 
La ira ciega el entendimiento, y ni siquiera Pérez Reverte escapa a esa ley. El escritor se equivocó  y dejó vía libre a su contraparte tuitera para que le restregara su error ortográfico tan monumental como sencillo.
 
Al darse cuenta de su error Pérez Reverte no le volvió la cara a la desgracia (ortográfica) y en lugar de responder con un silencio rebajó los humos:
 
El joven tuitero remató su victoria con otro hashtag.