CIUDAD DE MÉXICO 9 DE OCTUBRE DE 2016 (kaleydoscopio).- Uno de los temas importantes en el desarrollo de los niños es el lenguaje y una de las principales inquietudes de los padres tiene que ver con él, sobre todo cuando observan que otros pequeños de edades similares tienen más avances que su hijo.

Patricia de la Fuente, fundadora de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil (SEDI), asegura que ante estas situaciones surgen interrogantes: ¿hasta qué edad debo preocuparme si todavía no habla?, ¿cómo puedo detectar un posible problema de lenguaje en mi hijo?

Como especialista en desarrollo infantil, menciona que la primera recomendación es tomar en cuenta que no todos los niños son capaces de hablar a la misma edad, además que ni sus balbuceos ni sus primeras palabras serán iguales.

Sí existen temporalidades similares que auxilian a los padres y especialistas para permitirles observar los avances positivos en el desarrollo de su lenguaje, lo que al mismo tiempo sirve para descartar algún retraso leve o incluso grave.

Es necesario considerar que para que un niño pueda desarrollar su lenguaje de forma adecuada, debe ser capaz de escuchar, ver, comprender y recordar. Por lo que algún inminente problema, podría deberse a causas neurobiológicas, psicosocioafectivas, cognitivas o incluso a dificultades motoras.

Un estudio realizado por el Hospital Infantil de México Federico Gómez indica que de 10 a 20% de los niños en México tiene problemas de lenguaje.

En tanto que de 3 a 5% de los niños menores de cinco años presenta riesgo de retraso en su desarrollo, donde las deficiencias más comunes son en el área cognitiva, en la interacción con adultos y con niños de edades similares.

Patricia de la Fuente afirma que un punto importante a tomar en cuenta para desechar la idea de un retraso en un niño, es descartar si existe algún familiar cercano con algún problema de habla o incluso de sordera.

Se considera que, en un proceso normal, las primeras palabras del pequeño empiezan entre los 10 y los 13 meses y están relacionadas con personas cercanas, mascotas, objetos de uso común o actividades de su rutina diaria.

“Una señal de alerta es si pasados los 18 meses el bebé no es capaz de decir papá, mamá o si no trata de pronunciar otros nombres de familiares cercanos u objetos comunes, es decir, si no pronuncia una sola palabra, o si con más de dos años cumplidos no es capaz de pronunciar más de 20 palabras distintas. De igual forma debemos observar que a los tres años los niños ya se expresen en frases de tres o cinco palabras”, agrega.

Ante un panorama con sospechas de un problema del lenguaje, De la Fuente recomienda consultar en primer lugar con su pediatra; si ya va a la escuela, con su maestra o inclusive con un especialista. “Mientras más oportuna sea la detección y la intervención, mejores serán los resultados”, agregó.

La organización Empieza Temprano sugiere a los padres contribuir al desarrollo del lenguaje de sus hijos con actividades sencillas dentro de la rutina diaria como hablarles de manera sencilla y articulada, platicarle lo que ocurre a su alrededor, cantarle o leerle alguna historia mientras hacen alguna otra actividad.

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