MÉXICO DF 25 DE OCTUBRE DE 2015 (La Silla Rota).- En la colonia de la Condesa, ubicada en la capital mexicana, los perros domésticos no sólo están expuestos al envenenamiento, también son víctimas de secuestro a fin de extorsionar a los dueños de la mascota.

El caso de Julian Morales evidencia esta situación. Vecino de la condesa y dueño de un bull terrier llamado “Horus”, relata que su perro fue secuestrado mientras esperaba amarrado afuera de una tienda Superama, en lo que él realizaba unas compras.

Julian cuenta que al terminar sus compras, que no tardaron más de cinco minutos, su mascota ya no estaba, ““yo lo dejé amarrado, tuvo que ser alguien que realmente tuviera mucho conocimiento de mi perro, es un bull terrier, no cualquiera lo agarra, sólo quienes lo conocen saben que es muy tranquilo, que no mordería, así que fue alguien que nos vigiló mucho tiempo”

Relata que se llevaron a Horus, y que al poco tiempo llamaron pare decir que lo habían encontrado, “llamé a mi pareja y le dije, acaban de secuestrar, robar, no sé, a mi perro, se vino corriendo, rápido fuimos a la casa, se puso en la computadora a sacar fotos, a hacer los anuncios de búsqueda".

“A las dos horas nos llamaron diciéndonos que habían encontrado a Horus corriendo, pero cualquiera que lo conoce sabe que no corre más que por su disco, me dijeron que me lo entregaban en una hora porque se lo habían llevado hasta Satélite, una zona muy alejada de la Condesa, pero les dije que no tenía problema en desplazarme a donde me dijeran, que quería a mi perro y lo quería ya”.

Los responsables, bajo el argumento de que habían cuidado y alimentado al perro, pidieron una remuneración, narra Julián, “¿qué se pueden gastar en un perro en dos horas?, en ese momento, mil pesos, cinco mil, veinte mil, los hubiera dado porque lo único que quieres es que te regresen a tu perro, es lo más importante para mí, después lo ves más fríamente y dices, esos canijos debieron irse al bote”.

“Yo les iba a dar mil pesos, al fin de cuentas es mi perro y lo adoro, mi pareja dijo ni maíz, yo les doy quinientos y digan que les estoy dando, y si no traigo patrulla es porque hay un Dios”, el dueño de Horus tomó fotos de los responsables y les advirtió que si los volvía a ver por el parque los iba a demandar.

Al igual que el caso de Julián, hay historias similares de extraños que intentan llevarse a estos animales de compañía. Aunado a esta situación, también están a los casos de envenenamiento, es por ello que elementos de Protección Civil y de Seguridad Pública, mantienen guardias en la zona para prevenir a los dueños de mascotas que las traigan amarradas, al igual que alertan a los padres de familia de no descuidar a los niños.

Las redes sociales han jugado un papel importante para la difusión de campañas de prevención; a través de la red social Facebook, la página “Cuidando a nuestros perritos” presidida por Alexander, dueño de Romi (pitbull que también murió envenenado) exhortó a los dueños de mascotas a protestar en el parque México el domingo 25 de octubre pero sin su perro, sólo con la correa.

Así mismo, ,la organización internacional “PETA”, dedicada a defender los derechos de los animales, se sumó a dicho movimiento para exigir el castigo de los responsables y ofreció cinco mil dólares a quien ayude a localizarlos.

El Código penal del Distrito Federal establece en su artículo 350 castigo por maltrato o crueldad animal, que se clasifica como delito culposo y va de dos años de prisión por provocar lesiones al animal hasta cuatro años por causarle la muerte.