MÉXICO DF 12 DE OCTUBRE DE 2015 (Milenio).- Desde hace un mes, en la esquina de Liceaga con Vértiz en la colonia Doctores, de la Ciudad de México, se aprecia al famoso santo de los narcotraficantes con dos playeras estampadas con la imagen del prófugo líder del cártel de Sinaloa.

Atrás quedaron las camisas blancas con pañoleta negra, los sombreros de vaquero y los trajes norteños. Hoy su estilo es nuevo por una simple y sencilla razón que Alicia Pulido, vendedora ambulante, creadora y responsable de este altar desde hace cinco años, cuenta a MILENIO.

"Un devoto me trajo una playeras y dijo que era su petición ponérselas a Malverde. Son 15 y todas diferentes", dice.

Alicia guarda tres de ellas dentro del altar, pero el resto las conserva en su casa. La playera que porta el santo sinaloense es blanca; al frente revela una fotografía de El Chapo acompañado de las armas y los celulares que le fueron confiscadas cuando fue detenido en 2014.

Una segunda efigie del santo (que se localiza en plena calle, dentro de una vitrina junto a la Santa Muerte) luce otro modelo de playera ésta es verde olivo y anuncia una recompensa por quien ofrezca informes del narcotraficante que hace unos meses se fugó del Altiplano.

"En realidad lo vi normal. Aquí nadie nos espantamos. El Chapo es una persona que anduvo fuera de la ley como lo fue Malverde, ¿pero quién no anda fuera de la ley cuando se puede?", pregunta Alicia.

"Ora sí que no está mal ni bien. Cada día 3 de mes se le cambia la ropa a Malverde, le traen camisas o trajes norteños. Hay quien trae vinos y hasta cerveza de Malverde, cigarros, piedras de río, botas, sombreros. ¡Las playeras le quedaron perfectas! Y se las vamos a seguir cambiando, porque creo que una playera no hace daño a nadie".

Alicia cuenta que en su experiencia, cuando Malverde o la Santa Muerte no quieren ponerse la ropa que les llevan sus seguidores, ésta regularmente no se les acomoda: cuando les queda chueca, no les ajusta o les queda grande. Por el contrario, cuando la vestimenta es de su agrado les queda como mandada a hacer.

—¿Cree que El Chapo pudiera verse beneficiado con esta manda.

—Pues mire, no sé de qué santo sea devoto él. Pero mientras uno crea en lo que crea, a todos se nos abren puertas, caminos y senderos. Para mí es solo una anécdota curiosa, porque es la primera vez que traen unas playeras tan pícaras para Malverde. De hecho, tiene un mes que se las pusieron y nadie había preguntado nada.