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Contar con una empresa con la que evitar los impuestos puede ser una excelente idea, pero de nada sirve si los clientes no pagan. Por esta razón, es fundamental conocer las distintas opciones con las que se cuenta a la hora de cobrarles, con independencia de dónde se ubique el negocio.

Las plataformas de venta suponen distintas ventajas. Entre ellas, poder olvidarse del Impuesto sobre el valor añadido en la Unión Europea, un auténtico quebradero de cabeza que queda a un lado, ya que estas plataformas se encargan de cobrarlo según el país en el que resida el consumidor, guardando los datos por si algún Estado se los pidiera, y de pagar dicho impuesto al país que corresponda.

Las empresas offshore como clientes habituales de las plataformas de pago

Los empresarios que utilizan estas plataformas de pago, reciben su comisión sin ningún tipo de impuesto. Estas se muestran bastante abiertas a recibir entre sus clientes a empresas offshore, empresas a las que les cuesta especialmente contratar un terminal de punto de venta online u otro tipo de pasarela para pagar con tarjeta. 

Es muy frecuente que los intermediarios no se ocupen tan solo de cobrar, sino que a su vez oferten otros servicios adicionales, los cuales pueden convenir bastante a los negocios online. Entre ellos, sistemas de afiliados, la posibilidad de añadir ventas cruzadas, downsells, upsells, join ventures, y otras muchas vías para seguir de cerca a los usuarios. Cabe destacar también que estas plataformas permiten configurar la venta de manera flexible, procesando el pago. 

Aquellos que no dispongan de tiempo suficiente para manejar distintas formas de cobro, tienen en esta una excelente opción, ya que les da la oportunidad de aceptar pagos de sus clientes con transferencias bancarias, pagos inmediatos, cargos bancarios, etc.

 
No hablamos de un sistema gratuito, sino más bien de comisiones altas

Evidentemente esto no es algo gratuito. Los intermediarios normalmente exigen una comisión por cada venta, que suele situarse entre el 8% y el 10%. No suele ser necesario pagar ninguna tasa fija mensual, salvo en determinados casos.

Estos servicios suelen merecer la pena, aun a pesar de las altas comisiones, pero según cuál sea el volumen de ventas, quizás sea preferible buscar otra alternativa. Por ejemplo, con ciertas pasarelas de pago, se puede rebajar la comisión hasta entre un 1% y un 3%. 

Los intermediarios no cobran los impuestos en las ventas que se hacen con ellos

En caso de que se alcance una cierta cifra de ventas, no hay duda de que es preferible procesar los cobros y el los impuestos manualmente, aprovechando el régimen MOOS (miniventanilla única). Pero el gran problema de los intermediarios, además de sus altas comisiones, es que no dan la opción de cobrar estos impuestos en las ventas que se hacen a través de ellos.

A la hora de darse de alta como empresa residente fuera de la Unión Europea, la plataforma añadirá el Impuesto sobre el valor añadido siempre en las ventas. Ocurre lo mismo en los productos digitales no automatizados, donde no se debe cobrar dicho impuesto del país consumidor.