ENSENADA BC 23 DE MARZO DE 2018 (AFN).- La planta desalinizadora que se construyó en la ciudad de Ensenada iniciará su operación en un mes, lo que cubrirá el déficit que prevalece en el abasto de agua y habrá un excedente, por lo que se solicitará al Congreso del Estado el ajuste en las tarifas de consumo, informó el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe), Carlos Loyola Peterson.

Indicó que el desabasto de agua en el puerto es de 15 por ciento, equivalente a 220 litros por segundo, y la planta proveerá de 250 litros por segundo, así será posible garantizar que en el próximo verano no habrá desabasto, como ha ocurrido en los veranos pasados.

Precisó que si bien habrá un excedente este será sólo en un corto plazo por lo que  inmediatamente habrá que buscar más fuentes de abasto. “Una de ellas, por su factibilidad técnica y económica, sería duplicar el tamaño y la producción de la planta desalinizadora de agua de mar. Sin embargo también se tendrá que iniciar un cambio cultural en todos los sectores para un manejo responsable del agua y para darle un mayor rendimiento al recurso con que se cuenta”, enfatizó.

El director de la Cespe informó que la planta desalinizadora se encuentra terminada al 100 por ciento y actualmente está en la etapa de pruebas, por lo que se espera que un plazo de cuatro semanas inicie la distribución del agua de mar desalinizada en la ciudad.

“El renovado abasto implicará contar con un agua más cara de la que se está distribuyendo actualmente, por lo que se planteará ante el Congreso del Estado la revisión de las tarifas vigentes”, resaltó.

El funcionario explicó que en diciembre del año pasado la propuesta del ajuste tarifario fue rechazada por los legisladores locales, pero se acordó que se revisaría el tema cuando se iniciara la distribución y consumo del agua de la desalinizadora, hecho que está por ocurrir.

Explicó que legalmente no hay impedimento alguno para que las cuotas puedan ajustarse en cualquier etapa del año, y recordó la difícil situación financiera que prevalece en la Cespe, y que la adquisición del agua desalinizada incrementará los costos operativos de la paraestatal, por lo que los recursos y tarifas con los que cuenta no podrán cubrir esa diferencia ante los nuevos costos.