La obligan a desnudarse y hacer "sentadillas"
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La obligan a desnudarse y hacer "sentadillas"

TIJUANA, BC - jueves 8 de diciembre de 2011 - AFN.
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TIJUANA BC 8 de diciembre de 2011 (AFN).- Una profesionista que fue obligada a desnudarse y a hacer “sentadillas” –tras una detención irregular- presentó denuncia penal en contra de un juez municipal y una celadora de la Estancia Municipal de Infractores, según  pudo constatar Agencia Fronteriza de Noticias de Tijuana.
 
Además acusó a policías municipales que intervinieron en su traslado a la Estancia Municipal, de haber sustraído el dinero que traía en su bolsa, lo cual fue atestiguado por otras varias personas que también fueron arrestadas por diversas causas.
 
Los hechos ocurrieron el pasado 5 de noviembre de este año de acuerdo a la Averiguación Previa AP: 9517/11/211/AP presentada ante la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común, por la ofendida, cuyo nombre omitimos por razones obvias.
 
La denuncia involucra al juez municipal de apellido Kiwi, quien no quiso escuchar su testimonio y a una celadora de la que no conoce su nombre, pero que reconocería si se le presenta, por haberla vejado e insultado.

La historia inició cuando después de atender una diligencia en la zona Central, llegó al expendio de cacahuates “El Tostador”, ubicado en avenida Mutualismo entre calles Tercera y Cuarta para hacer una compra.
 
Afirma que se formó en la fila, en la que se encontraba un hombre, con un estuche de guitarra colgada en la espalda, cuando una niña de diez años, se situó delante de éste, sin hacer fila, lo que provocó el enojo del individuo.
 
La profesionista asegura que el mencionado tomó bruscamente por el hombro a la menor, mientras le ordenaba que hiciera “fila”, pero lo niña asustada no supo cómo reaccionar, por lo que éste volvió a “zarandearla”.
 
La denunciante afirma que le recriminó al hombre el maltrato y le dijo que no era forma de tratar a una niña y que además ya la dejara hacer su compra, que no le afectaba a nadie, reclamo que otros clientes formados en la fila avalaron exigiendo al individuo que no agrediera a la pequeña.
 
Tras hacer su compra, la afectada salió y subió a su vehículo, sin embargo a los cinco minutos de haber iniciado su marcha, la alcanzaron los elementos de la patrulla 4938, quienes le ordenaron dar vuelta en “U” y regresar al punto de partida.
 
Ella hizo esto y en el lugar uno de los oficiales le advirtió que quedaría bajo arresto por haber insultado al hombre (que ahí se encontraba) y le exigieron que le ofreciera disculpas.

Ella informó lo que sucedió dentro del establecimiento pero el agente no le hizo caso y le ordenó subir a la patrulla debido a que la presentaría en barandilla.
 
La profesionista se negó a hacerlo diciendo que traía su vehículo y que prefería seguirlo, por lo que el uniformado habló por radio y en clave indicó el “asunto” que tenía para agregar “ésta no es mi zona” por lo que llegó otro oficial que dijo ser “supervisor”. A éste le explicó lo sucedido, sin embargo el elemento decidió retirarse y volvió a quedar con el patrullero inicial, quien insistía en que subiera a la unidad.
 
Al no conseguirlo, le ordenó que lo siguiera y así llegaron a las instalaciones de la policía municipal en la Zona Norte, donde la presentaron ante el Juez Municipal mencionado, quien le advirtió que la llevaron ahí por “escándalo en la vía pública”.
 
Cuando pretendía explicarle los hechos el funcionario le ordenó que se callara e instruyó a una oficial de policía que la trasladara a las celdas. Ya ahí, la agente le ordenó abrir su bolsa para revisarla y cuando lo hizo, exclamó en voz alta: “traes mucho dinero” y se fue.
 
Ella pidió que le permitieran hacer una llamada sin embargo no le hicieron caso, por lo que al ver que un joven -que estaba cerca del lugar donde los formaron en hilera- traía un celular, le ofreció 50 pesos para hacer la llamada y para esto abrió su bolsa. Sin embargo cuando apenas intentaba comunicarse con sus abogados, otro policía abrió la reja y la jaló hacia el exterior mientras ella le pedía al joven que hiciera la llamada a un número que le dio.
 
Se le ordenó subir a una patrulla Pick Up, de la que el conductor le advirtió: se va a ir aquí atrás, se va a caer y se va a romper todos los dientes porque me voy a ir muy rápido”, por lo que atemorizada trató de regresar, sin embargo otro oficial –del que no conoce su nombre pero que reconocería- la tomó con fuerza del brazo para conducirla a la unidad.
 
Dijo que para ese momento, todavía tenía abierta su bolsa ya que había sacado los 50 pesos para el joven del celular, por lo que este oficial metió una mano y sacó el dinero que ella afirma sumaban $3,200.00 pesos. Apenas le dejaron como 400.
 
Las personas que también estaban en la unidad empezaron a señalar al oficial que robó el dinero y durante el trayecto hacían ruido e insistían en el robo, por lo que el conductor estuvo haciendo giros bruscos que los hacía golpearse, para que guardaran silencio y no continuaran denunciando el atraco.
 
Al llegar a la Estancia Municipal, la afectada denunció el robo a otros policías pero uno de éstos ordenó: “Llévatela a que la revisen, viene drogada”. La presentaron en un consultorio médico donde sólo le hicieron algunas preguntas y luego un policía la sacó de ahí para tomarle fotos, para de nueva cuenta llevarla al mostrador.
 
Pidió hacer una llamada y le indicaron dónde estaba un aparato público. Ella informó que en 15 minutos irían por ella por lo que pidió que le informaran a cuánto ascendía su infracción, sin embargo una celadora de cabello corto “como de hombre” y de complexión delgada y tez blanca, le espetó que no traía para pagarla “ya que serían 600 pesos”. Por esto ordenó a un oficial: “pásala a revisar y ya”.

Ya en el lugar a donde la llevaron, la misma celadora le ordenó quitarse la ropa pero la profesionista se negó a hacerlo, por lo que fue amenazada con que si no lo hacía llamaría a dos oficiales (hombres) que la esposarían y desnudarían, además de que le daría “36 horas de arresto”.
 
Ante una nueva negativa, la celadora repitió su amenaza y dijo que no esperaría porque ya estaba por salir, por lo que la ofendida se desvistió pero se dejó la ropa interior.

¿Qué no oyó que le dije que todo? ¿O quiere que llame a dos hombres para quitársela? Ante esta nueva amenaza se desnudó totalmente y la mujer le ordenó hacer tres sentadillas “hasta el suelo”.
 
Anota la afectada que no las hizo porque le indicó a la mujer que tenía una lesión” y la celadora le afirmó que no le importaba, que las repitiera otra vez o que se iba a quedar toda la noche a hacerlas.
 
“Me obligó en tres ocasiones a hacer tres sentadillas, por lo que hice un total de nueve”, dijo.
 
En seguida la celadora le aventó prenda por prenda, de forma despectiva y le espetó: “tú no me gustas, estás muy obesa ¡vístete!

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