Por: Manuel Hernández
TIJUANA BC 24 DE SEPTIEMBRE DE 2015.- Las personas que formamos este Grupo, somos personas sumamente comprometidas con la flora y la fauna no solo de México, sino del mundo entero.
Amamos mucho a los animales. La mayoría cuenta con una mascota y exigimos a la sociedad en general que trate de manera digna a todos los animales. A TODOS, no solo los perros o los gatos, sino a TODOS, incluyendo claro está, a los animales de circo y al toro que se usa para dar corridas de toros.
Hemos visto con gran sorpresa que hoy en día es tema muy comentado hacer propuestas en diferentes estados de la república mexicana pretendiendo prohibir las corridas de toros.
Tan preocupados estamos sobre este tema por nuestro aprecio al toro de lidia, que tocamos la puerta del lugar de origen de estos hermosos animales. Es decir, de donde provienen: Las ganaderías de toros bravos. Porque, como sabrán algunos de ustedes, aparte de que el toros de lidia no existe sino está bajo el resguardo de un ganadero, nos ha tocado ver el debacle de los animales de circo y ver como la mayoría de ellos han muerto por descuido de quien los tenía.
Sin entrar mucho en el detalle, el toro de lidia existía salvaje en todo Europa pero al no poderlo domesticar y no siendo de “ganado de engorda”, se dieron a la tarea de casi aniquilarlo.
Caso muy distinto es el de los animales cirqueros que fueron removidos de su hábitat para dar espectáculo.
Solamente en la península ibérica y los lugares aledaños en donde habitaron los moros durante ocho siglos se siguieron creando toros bravos para que el ejército practicara con ellos, lanceándolos como parte de su entrenamiento cotidiano.
Pero en fin. Abordamos a varios de ellos (los ganaderos de Piedras Negras, San Mateo y de José Julián Llaguno, por mencionar algunos). Les planteamos una consecuencia sumamente elemental que traería consigo esto de prohibir las corridas de toros: ¿Ustedes seguirían creando y cuidando del toro bravo si no hubiera corridas de toros?
En todos los casos y con una gran pena, les digo que la respuesta obtenida fue un muy condolido no. Y al decir condolido no exageramos. Ellos quisieran ver que la raza que ellos con tanto esmero procuran jamás desaparezca.
Pero por razones lógicas de economía y al no ser, como concluyeron los europeos hace muchos siglos, un animal domesticable o con gran demanda comercial por su carne, los enviarían al matadero para por lo menos intentar recuperar una parte de la cuantiosa inversión de su crianza.
Amén de los estragos económicos que causaría a las personas que viven de las corridas de toros (ganaderos, vendedores, toreros, boleteros etc.), tema que no consideramos como nuestro común denominador como grupo, sellaríamos la suerte de miles de toros de lidia que irían al rastro para que en la mayoría de los casos, fueran sacrificados de manera poco digna.
Porque si no lo sabían, en los mataderos o rastros, los animales son sacrificados a palazos, degollados, electrocutados o en el mejor de los casos, por un certero balazo en la sien.
Lo único cierto en lo anterior, es que van a morir. Más dignos o menos, si es que la muerte pueden catalogarse de esas formas.
Platicando vía electrónica con el ganadero de Santa Bárbara el Lic. Borrego, me hizo llegar una foto de un toro llamado “Yerbabuena”, que se le perdonó la vida en la Plaza de Monumental del Playas de Tijuana. Y me comentaba que ha dado buenas crías y pasta feliz en las praderas de su ganadería. Y como ese caso hay muchos.
Esto nunca ha ocurrido en algún rastro del mundo.
En conclusión y por tanto amor que le tenemos al toro de lidia, no queremos que se extinga. Tampoco queremos que muera de manera contra-natura, sin sus cualidades en todo momento de bravo que lo distingue de los otros bovinos; y dando empleo a muchos y aprovechando sus carnes aunque nos sean de la mejor calidad.
Muchas gracias por sus atenciones. No permitamos que este hermoso animal deje de existir sobre la faz de la tierra. Defendamos su derecho de existir y de ser.
¡VIVA SU MAJESTAD EL TORO DE LIDIA!
Foto: La Luz del Monte
