*.- Sobre oficial “bailarín” y la “deuda” de los cuerpos policíacos con la ciudadanía
Tijuana BC 20 de octubre de 2014 (AFN).- La falta de vocación de los cuerpos policíacos, los abusos cometidos y hechos de corrupción fueron las razones fundamentales por las que se rompió el vínculo entre policías y ciudadanos, según lo declaró –en entrevista- el arzobispo de la Arquidiócesis de Tijuana, Rafael Romo Muñoz; agregó no obstante, que esta situación podía llegar a conciliarse.
Romo Muñoz, quien este día anunció -en conferencia- la peregrinación con Nuestra Señora de Loreto, patrona de la Arquidiócesis, que se realizará el próximo sábado 27 de octubre en el antiguo Toreo de Tijuana, a partir de las 4:00 de la tarde, reveló que el origen de que hubiera este distanciamiento entre policías y ciudadanos era una cuestión de mucho tiempo atrás, pero que era posible enmendarse si existiese disposición de ambas partes.
Al respecto dijo: “todo mundo podemos sanar nuestras miserias y nuestras fallas, entonces los mismos policías tienen que hacerse agradables… yo inclusive cuántas veces he dicho que tenemos que ayudar a que la policía sea eficiente y colaboradora, de tal manera que sea también como una referencia para un buen modo de vivir”.
Asimismo, recordó que por parte de la ciudadanía era importante el tratar de tener más confianza en los oficiales y dejar que ellos busquen esa proximidad que se requiere “para que todos tengamos paz, serenidad y tranquilidad”; circunstancias que se tienen que trabajar en conjunto.
Cuestionado acerca de las estrategias de “proximidad” que han utilizado recientemente los cuerpos policíacos, como por ejemplo el caso del policía “bailarín” que dirigió el tránsito vehicular “a ritmo de Michael Jackson” hace unos días y que después fue difundido en redes sociales, el líder católico en Tijuana respondió que era una buena medida la que utilizaron y que le hacía recordar una anécdota sobre una figura similar en Roma, hace 50 años.
Refirió: “fíjate que hace cinco décadas, cuando el ‘Concilio’ en la ciudad de Roma, en un crucero importantísimo había un guardia que era un artista en la conducción del tránsito y todo mundo iba, los peatones desde la banqueta (para) estar admirando la manera como este hombre hacía arte al conducir el tránsito”.
Respecto a la “versión Tijuana” de este “policía artista”, hizo saber que era bueno que lo pudiera hacer con éxito, pero que también era necesario ir ganando terreno en otros rubros para poder eliminar el miedo, la desconfianza, la zozobra y también la “deuda” que todavía existe por parte de la corporación hacia la ciudadanía.
