La alianza PRI, PVEM y PES: entre la ideología y el pragmatismo.

Por: Abel Muñoz Pedraza

 

Un tema que causó revuelo a inicios de la semana pasada, y en parte gracias al oportuno seguimiento periodístico que le dio AFN, en voz y letra de Dora Elena Cortés y Gilberto Lavenant, fue el de la reunión celebrada para conformar una alianza, de “trabajo” y no “político-electoral”, entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Encuentro Social (PES). Los pronunciamientos de los representantes de los tres partidos coinciden en el sentido de que esta alianza es para resolver problemas de inseguridad, sociales y de salud pública, temas planteados durante la campaña electoral de 2010 por los tres institutos políticos.

 

Si revisamos los antecedentes, no es extraña la alianza entre el PRI y el PVEM, ya que en 2001 el verde rompió con el PAN durante el primer informe de gobierno del ex presidente Vicente Fox, argumentando, en voz del ex senador Jorge Emilio González Martínez, conocido como el niño verde, que se tenía que hacer un alto y reflexionar sobre lo que se había prometido en campaña y lo que se había hecho como gobierno: “… ¡hoy anunciamos nuestra oposición a la dirección que ha tomado el Gobierno emanado de la Alianza entre el PAN y el Partido Verde! Nos hacemos a un lado de las promesas incumplidas y anunciamos que combatiremos en el Congreso para que este Gobierno retome el rumbo perdido. ¡Nos declaramos oposición mientras el gobierno de Vicente Fox no enderece el camino prometido!...”. (Diario de los Debates, 2001: 23).

 

Este suceso marcó el inicio de una relación estrecha entre el PRI y el PVEM en comicios federales y en algunos comicios locales. En el caso de Baja California, estos partidos han competido juntos en la elección de 2004 para elegir diputados y presidentes municipales (con excepción de la elección de presidente municipal en Tijuana), en la de 2007 para todos los cargos, incluido el de gobernador, y en la de 2010 para diputados y munícipes.

 

Lo que llama la atención, es que el PRI haya incluido al PES en la alianza del pasado 8 de agosto y aquí entran en juego dos conceptos: la ideología y el pragmatismo. El PES se puede ubicar a la derecha dentro del llamado “espectro ideológico”, ya que a pesar de que ellos se autonombren de “centro”, uno puede observar cuatro características, presentes en la historia de algunos partidos políticos de derecha, que nos permiten sostener lo afirmado:

 

1)    Cuentan con una estructura partidista de “cuadros”, la cual se caracteriza, entre otras cosas, por diferenciar a los miembros del partido, y en función de tales distinciones, los derechos y obligaciones varían al interior del partido, al igual que el PAN. El PES clasifica a sus miembros en cuatro categorías: simpatizantes, adherentes, militantes y dirigentes.

 

2)    El PES, y en general, los partidos que tienen características de “cuadros”, prefieren la calidad de sus miembros a su número, ya que al establecer distinciones entre los miembros del partido, se refleja, implícitamente, una limitación para participar al interior de la organización de manera igualitaria.

 

3)    Uno de los objetivos del PES es la “preservación de los valores y principios morales a través del ejercicio de la política, con lo cual busca favorecer la cohesión social por medio de la unidad familiar, tomando en cuenta que trabajan con el concepto tradicional de “familia.”

 

4)    A pesar de que el PES reconoce el Estado laico establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, su militancia la forman, en gran parte, organizaciones de carácter cristiano-evangélico.

 

Carl J. Friedrich (1963) define a las ideologías como “sistemas de ideas conectados con la acción, los cuales comprenden típicamente un programa y una estrategia para su actuación, están dirigidas a cambiar o a defender el orden político existente y tienen la función de sostener simultáneamente a un partido o a otro grupo comprometido en la lucha política.”

 

Siguiendo esta lógica, se puede deducir que una alianza de trabajo o político-electoral es más comprensible entre el PAN y el PES, ya que ideológicamente comparten una serie de principios e ideas que les permiten establecer acuerdos para la solución de problemas. Sin embargo, existe una dosis de pragmatismo que siempre estuvo presente, y a pesar de que las posiciones ideológicas sean muy cercanas, la búsqueda del voto nunca dejó de ser, para estos partidos, el motor principal para aliarse y buscar espacios de gobierno.

 

En este sentido, la alianza PRI-PVEM-PES muestra una fuerte dosis de pragmatismo y racionalidad, dejando a un lado una mínima convergencia ideológica. El PRI ha sido un partido que, desde que participa en la oposición (y quizás antes, cuando el presidencialismo mexicano se empezó a debilitar), busca acomodarse ideológicamente en función de la coyuntura política, lo cual le permite adquirir beneficios políticos en el corto plazo. El PVEM ha sido un partido con una ideología indescifrable; de hecho, es muy difícil ubicar a los partidos ecologistas, alrededor del mundo, dentro del eje tradicional izquierda-derecha, además de que ha existido un fuerte control de la familia González en la toma de decisiones respecto a cuestiones de alianzas electorales y posiciones políticas ante diferentes problemas. El caso del PES ya fue comentado líneas atrás.

 

Es difícil creer que los partidos políticos que integran esta alianza se conformarán con establecer una serie de acuerdos para trabajar a favor de problemáticas que actualmente afectan al estado. En un contexto local que se traduce en un gobierno gris y bajo en popularidad de José Guadalupe Osuna Millán, sumado al contundente triunfo del PRI y el PVEM en las elecciones para diputados locales y presidentes municipales en 2010, y considerando el panorama nacional, el cual refleja una recuperación del PRI desde 2009 en el Congreso Federal, los triunfos arrolladores en varios estados de la república y el fenómeno mediático de Enrique Peña Nieto; no sería descabellado pensar que el PRI, el PVEM y el PES, bucarán encaminar sus acciones en una dirección que les facilite el camino a la victoria en la próxima elección de 2013, estableciendo así una alianza político-electoral que también podría incluir al PT y al PEBC (ya que estos partidos fueron contemplados a futuro para conformar la alianza de “trabajo” anunciada el 8 de agosto), sin importar la dimensión ideológica que hemos tratado.

 

Abel Muñoz Pedraza es estudiante de la maestría en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la Ciudad de México. Es egresado de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Tijuana.