Tijuana BC 11 de mayo de 2014 (AFN).- Con lágrimas en los ojos, Lorena Valle, una mujer de 34 años procedente de Los Ángeles, California; dijo que con motivo del 10 de mayo, "Día de las Madres", vino a Tijuana de manera expresa para conseguir un permiso y llevarse a su progenitora de regreso a Estados Unidos.

 

Eustolia Hernández es el nombre de la mujer que le dio la vida, manifestó la entrevistada, quien le dio la vida y a nueve hermanos más, y quien a sus más de setenta años no puede caminar y no se puede valer por sí sola.

 

Lorena dijo que ella también es madre de dos niñas, una de once y otra de diecisiete años; mientras junto con su madre, quien utiliza una silla de ruedas, hoy deambulaban por la zona Centro acompañada por su marido José Luis, su cuñada Carmen, y su hija menor.

 

“Es muy duro no tener a mi madre cerca, yo me la quiero llevar de regreso pa’ tras, porque yo sé lo que se siente tener también a tus hijos lejos (…); cuando yo me crucé al otro lado yo tuve que dejar a mis niñas y luchar, pero cómo cuesta, yo todas las noches lloraba”, dijo la entrevistada, al tiempo que soltaba el llanto, tras narrar las vicisitudes y penurias que representa tener a su familia dividida entre dos países.

 

Sobre la celebración del día de las madres y de lo que esto significa en su historia familiar, dijo que pertenecía a una familia numerosa “de las de antes”, que estaba acostumbrada a ser muy unida; pero que “cuando la migración se hizo necesaria” en sus vidas a raíz de problemas económicos, empezó un “viacrucis de separación”. 

 

Reveló que tres de sus hermanas radican actualmente en Cuernavaca Morelos, y que desistieron de perseguir el "sueño americano" por la dificultad que les representó; que otra más radica en Tijuana y que fue con ella con quien el día de ayer, el “Día de las madres”, festejó a la persona más importante de su vida. 

 

“Está un poco enfermita pero yo no sé qué haría sin ella, la verdad no lo sé” afirmó Lorena Valle.

 

Con relación al permiso que requiere para llevarla de vuelta a Los Ángeles, manifestó que precisamente esta semana se le vence la autorización para su estancia en Estados Unidos, y que tiene que esperar hasta el próximo sábado 17 de mayo para concertar una cita con las autoridades de migración para gestionar que le permitan expedir uno nuevo.

 

Por el momento, dijo “la estamos disfrutando ahorita en el ratito que la tenemos, pero lo que quiero es que se quede con nosotros ya de por sí hasta cuando Dios la recoja, para tratarla como se merece y regresarle todo y lo más que se pueda de lo que ella nos ha dado”.

 

La mujer, dando por finalizada la entrevista, limpió sus lágrimas, besó a su madre, abrazó a su hija  y a su marido, y dijo “espero que todo nos salga, bien primero Dios”.