TIJUANA BC 31 DE MARZO DE 2024 (AFN).- La tragedia por el asesinato de la niña Camila en Taxco Guerrero no solamente confirmó una vez más la falta de seguridad en el país, sino que "desnudó" el lado más oscuro de la sociedad y exhibió -una vez más- la falta de control que tienen las autoridades y el fracaso de la política actual de "abrazos y no balazos".

El linchamiento de la mujer que presumiblemente la mató, de nombre Ana Rosa, y el de sus hijos (que no se aclara bien a bien si uno de estos murió o no, por las informaciones confusas que existen al respecto), impidieron a su vez conocer las razones por las que falleció Camila (de 8 años) y la forma en la que su asesinato, según se ha catalogado hasta ahora, ocurrió.

Esa muerte de la pequeña, supuestamente invitada a jugar a la casa de su "mejor amiga", con cuya madre, la mamá de la víctima tenía amistad, fue lo que detonó lo que vimos después, pero dentro de todo esto, también está la paliza inmisericorde que se dio a los hijos de Ana Rosa, entre estos, uno de ellos supuestamente menor de edad, de los que en ese momento no se sabía, ni todavía hasta ahora, si participaron o no en el referido crimen, pero que fueron "molidos" a golpes por la turba que llevada por el odio, no sólo apaleó a una semidesnuda presunta asesina, sino también a sus hijos.

El linchamiento en el que participaron vecinos de la comunidad en la que vive la familia de Camila, debe de llevarnos al horror de comprender los tiempos que estamos experimentando, y no porque no se entienda (no que se justifique) la bárbara reacción de estos vecinos que actuaron bajo el dominio de la ira, sino porque con su acción no solamente hicieron "justicia por propia mano", sino que además impidieron -en primer término- que se conocieran las causas por las que Ana Rosa (o alguien más de su familia) presumiblemente mató a la niña.

La forma se puede conocer por la autopsia que debió practicarse al cuerpo de la menor, sin embargo, hasta el momento son pocas las informaciones que han surgido con respecto a esto, lo cual podría dar luz a saber un poco más acerca de la forma de su muerte.

Apenas este 29 de marzo, el tío de la menor -César Gómez- dijo que esos resultados de la autopsia, que las autoridades no han hecho públicos de manera oficial, arrojaron "asfixia por estrangulamiento", lo que podría hablar (sin ser confirmado) de un terrible odio hacia la familia de la niña, aunque pudieran existir otras causas.

Hubo versiones en el sentido de que se trató de un secuestro porque se dieron supuestas exigencias del pago de un dinero a la madre de Camila, pero si eso era así ¿Para qué matar a la menor, a la que necesitaban para cobrar la recompensa?

También hubo quienes afirmaron que la muerte pudo ser natural y que al entrar en pánico la dueña de la casa y vecina de la madre de la víctima, decidió deshacerse del cuerpo, como se ha visto infinidad de ocasiones que hacen los delincuentes del crimen organizado sin tener ninguna consecuencia por sus actos, temerosa de que se le pudiese detener e incriminar por esa muerte.

La niña Camila, según los informes más claros que desde un principio circularon, acudió la tarde del 27 de este mes de marzo a la casa de su mejor amiga, en el barrio La Florida, cabecera municipal de Taxco, invitada para jugar y pasar un buen rato en una alberca inflable que le habían comprado.

Su madre le dio permiso de asistir a esa casa por tratarse supuestamente de personas conocidas, y porque hechos de esta naturaleza no deben ocurrir, no obstante que Doroteo Eugenio Vázquez, titular de Seguridad en Taxco de Alarcón en Guerrero, en su momento dijera en una entrevista periodística que los padres "tenían también la culpa de lo ocurrido, por haber permitido que la niña fuera sola a una casa ajena", lo cual ha sido de lo más común en México cuando no existía tanta impunidad. Posteriormente se disculpó por esa innecesaria y desafortunada declaración.

La visita de Camila a su amiguita habría ocurrido alrededor de la 1 de la tarde, y a las 4, tres horas después, su madre acudió por ella, sin embargo, la vecina le habría dicho que en ningún momento Camila llegó a su casa, por lo que la señora decidió acudir a las autoridades para solicitar apoyo, enfrentando un burocratismo que ya se ha hecho común y que también ha costado varias vidas en el país.

En ese lapso, otra vecina -según se dijo- proporcionó los videos de una cámara de vigilancia que tiene en su casa y ahí se vio cómo, en primer lugar, la niña sí acudió al domicilio señalado y la forma en que después, la madre de la amiguita salió cargando un canasto (supuestamente con ropa), mientras que otro individuo llevaba en hombros una bolsa negra, que se dijo contenía el cadáver de la menor.

Los restos los subieron al taxi del hombre que cargaba la bolsa y la fueron a tirar a la carretera Taxco-Cuernavaca, en un sitio que luego este individuo (ya detenido por la policía) tras ser identificado como José Ricardo Amado Gaytán, quien conducía el taxi número 14 (captado en videos) les señaló.

Él no fue víctima del linchamiento debido a que desde su identificación, quedó detenido y en poder de las autoridades estatales.

Al conocer de esa presunta responsabilidad por parte de Ana Rosa Díaz Aguilar, los vecinos ya iracundos y "levantados en armas" se dirigieron al domicilio de esta para ser testigos de que era detenida por las autoridades, sin embargo, la tardanza de un juez para librar la orden de cateo y de aprehensión y de la policía por detenerla, enervó todavía más los ánimos y de repente, surgió la convocatoria que detonó la actuación de la horda.

Los pocos policías presentes en el lugar, que en los últimos años han recibido (como todas las corporaciones) instrucciones para no enfrentar disturbios ni perseguir a delincuentes, mucho menos a narcotraficantes en aras de una supuesta paz que esta política gubernamental debía traer, se mantuvieron impasibles observando las acciones de los iracundos vecinos, que sacaron a rastras, a golpes y con patadas a la mujer señalada y a quienes -luego se dijo- que eran dos de sus hijos.

También, sin hacer ningún llamado ni pretender, mucho menos detener a los cabecillas, los agentes que custodiaban el sitio se dedicaron a observar cómo masacraban a los tres, ya en poder de la turba, que recibieron -sobre todo de parte de hombres- contundentes patadas en el rostro; en todas partes del cuerpo y hasta pisotones en la cabeza, con toda la fuerza que les daba su impulso.

Lo más grave fue -también- ver a personas de ambos sexos (y de todas las edades) no sólo incitar a que continuara la "carnicería" sino que sin el menor asomo de piedad, considerando que "se lo merecían", observaban sin inquietarse y varios de ellos -hasta jóvenes y mujeres- tomando en video con sus teléfonos celulares, las criminales acciones.

Y aunque hasta el momento no se ha hecho muy público que las autoridades estén buscando, ni que vayan a actuar -de manera judicial- en contra de quienes encabezaron el linchamiento, todo parece indicar que también abrieron una carpeta de investigación contra los presuntos responsables de ese linchamiento, ya que por más que grandes sectores les pudiesen justificar, o que por la adrenalina que en ese momento les corría se pudiese comprender su acción, no es posible que queden exentos de una acción penal, porque sería legalizar el crimen en México y promover que muchas personas más, se tomen la justicia por su propia mano.

Por su parte, la gobernadora del Estado de Guerrero Evelyn Salgado (como en todos los otros asuntos de alto impacto que se han registrado en su entidad) se mantuvo "desaparecida" por lo menos dos días, hasta que finalmente lamentó lo ocurrido en un Estado en el que han sucedido muchos hechos criminales, e inclusive naturales, como el que devastó Acapulco, sin que se le viese ni mucho menos sintiese solidaria.

La tragedia del asesinato de Camila ocurrió, en el marco de la conmemoración del Miércoles Santo.