Warner Bros. Pictures anunció oficialmente que Ben Affleck se pondrá en la piel y traje de Bruce Wayne en la secuela de Man of Steel de Zack Snyder. La información tiene un alto impacto en el público, lo de Ben Affleck como el nuevo Batman no parece grave en comparación a lo que Warner Bros. anunció; Básicamente se ha dicho que se ignorará la trilogía del Caballero Oscuro, y que Christopher Nolan no se contará entre los involucrados. Es, claramente, una maniobra apurada de parte del estudio que decidió poner en marcha rápidamente una secuela en vez de desarrollar el Universo Cinematográfico de DC Cómics como este necesita.

 

Si dejamos a un lado a Ryan Reynolds, el cine de superhéroes ha demostrado ser muy generoso con las segundas oportunidades, si no fuera así, Mark Ruffalo no podría ocupar la vacante de Edward Norton como Hulk, y Chris Evans hubiera muerto como la Antorcha Humana en vez de renacer como el Capitán América, por lo que hay que guardar esperanzas respecto a la capacidad de Affleck -¿quién imaginaba a Heath Ledger como El Guasón?- para poder recoger el guante dejado por Christian Bale. La ausencia de Nolan y el "reboot" del personaje, eso es lo que debería preocupar y a lo que hay que prestar atención.

 

Que Warner no logró poner en funcionamiento el mismo mecanismo que Disney y Marvel es evidente. Green Lantern fue un fiasco y las películas de Man of Steel y The Dark Knight, si bien han cumplido los objetivos con creces, no terminaron de abrir las puertas para una estructura que eventualmente debería confluir en Justice League, lo que ha puesto sobre la mesa los malos manejos de los directivos sobre las propiedades.

 

BATMAN VS. SUPERMAN es, sin dudas, un proyecto llamativo. El título solo basta para garantizar el éxito en la taquilla. Sin embargo, el estudio parece haber puesto en riesgo el posterior desarrollo de su Universo en pos del apuro de una película que tendrá que batallar duro para hacerse de un título que se disputarán entre The Avengers: Age of Ultron, Ant-Man, Star Wars Episode VII y el relanzamiento de Fantastic Four, entre otras grandes producciones. Abrir y cerrar la trilogía del Caballero Oscuro demoró cerca de una década, con un final abierto para una continuación y la puesta en pie de un personaje vapuleado. Man of Steel debió limpiar los destrozos de Superman Returns más de un lustro después de su fallido estreno. ¿Es prudente poner estos logros en riesgo para apurar una nueva contendiente en un año repleto de competidores?