El propio Sylvester Stallone fue quien trajo a colación a Mel Gibson en la época en que The Expendables 3 aún no tenía director. El protagonista bromeó con que el realizador de Braveheart podría ser quien se encargue de esta tercera parte, luego de una posible quinta y el tema se acabó cuando Patrick Hughes fue confirmado para la silla. ¿Esto excluyó a la conflictiva figura del esquema? ShowBiz411 opina lo contrario.

 

La información del sitio indica que el actor, más famoso en los últimos años por sus sonoros escándalos que por sus películas, podría sumarse al ensamble de estrellas del cine de acción de los '80 y '90 en el rol del villano. Esto se daría después de que este fuera fichado por Robert Rodriguez en el primer papel de antagonista de su carrera en Machete Kills, a estrenarse en los próximos meses.

 

Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Chuck Norris, Nan Yu, Randy Couture, Terry Crews, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger estuvieron involucrados en la segunda parte, pero de momento se desconoce si alguno de ellos volverá a las armas. Mickey Rourke, quien estuvo en la original pero no en la secuela, es de momento el único confirmado que acompañará a Sly, mientras que se ha informado en días pasados que Jackie Chan, Wesley Snipes, Nicolas Cage y Milla Jovovich están en negociaciones finales para sumarse.

 

Hollywood parece no querer perdonar a Mel Gibson, quien en el último tiempo tocó fondo y cavó para ver si podía seguir descendiendo. Lo cierto es que, hoy por hoy, tiene cuanto mucho un promedio de película por año y es muy difícil que los estudios se jueguen a contratarlo otra vez. Edge of Darkness, The Beaver y Get the Gringo -esta última se estrenó directo a DVD en Estados Unidos- fueron sus trabajos más recientes y han sido producciones más que dignas, no obstante en su país de origen no quieren olvidar su lado oscuro y continúan golpeándolo. Esto no será lo ideal para Gibson, pero es un principio para hacer aquello que necesita: volver a ocuparse de una carrera que ha dejado de lado, tomar un perfil más bajo y apartarse del escarnio público, y hacernos creer, nuevamente, que puede ser un héroe.