Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT

Ayer ocurrió algo casi insólito, en el ámbito político. El exlíder nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, expulsado de las militancias panistas a principios del 2011, se sumó a la campaña del candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto, junto con su organización “Volver a Empezar”, integrada por casi un millón de personas.

Seguramente habrá quienes traten de minimizar este hecho. Sin embargo, habría que agregarlo, a otros hechos similares o en el mismo sentido. En abril pasado, el exPresidente Vicente Fox, dijo que de acuerdo a las evidencias, el PRI será la opción que llegue a la Presidencia en las elecciones del 1 de julio.

La expresión del vaquero simplón, fue un tanto folklórica, como es su costumbre. Dijo entonces que su parte racional y pensante, le dice que sólo un milagro podría hacer que la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, triunfe, aunque observó que ahora eso es muy difícil.

Días después Fox y Josefina tendrían un encuentro en Monterrey, en donde el expresidente dijo que se sumaría a la campaña de su candidata y ésta exclamó que ya se había dado el milagro. Pero Fox, como si fuese uno de los personajes de El Chavo del Ocho, así como dice que sí, también dice que no, por lo que días después dijo que no participaría en los mítines de la candidata panista, porque se trataba de acarreados y que para él eso sería perder el tiempo.

A esto hay que agregar un fuerte rumor que ha venido circulando desde hace días en el sentido de que antes del 1 de julio, Josefina declinará la candidatura a favor de Andrés Manuel. Sus coordinadores afirmaron que eso es un sueño guajiro y que en todo caso quien declinaría sería López Obrador a favor de la panista. Lo cierto es que el rumor persiste.

Algo más. Ayer martes, la encuestadora Mitofsky, dió a conocer los resultados de la última encuesta, realizada del 18 al 20 de mayo, e indicó que Peña Nieto mantiene una ventaja de dos dígitos rumbo a los comicios presidenciales de julio, en tanto que Andrés Manuel y Josefina se mantienen en un empate por el segundo lugar.

El candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto, registró una preferencia electoral de 37.9%, en tanto que el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, registró una intención de voto de 20.5% y la candidata panista, Josefina Vázquez Mota, obtuvo 20.1%. Se observa que ni los ataques y descalificaciones del primer debate, ni los de las manifestaciones juveniles del pasado fin de semana, afectaron las preferencias electorales a favor del priísta.

Así es que volviendo con el tema de la adhesión de Espino y compañía a la campaña de Peña Nieto, tiene un significado importante, en este que será un proceso electoral con un cierre sumamente complicado, a base de denostaciones, descalificaciones y acusaciones.

Espino, se había constituido en el principal crítico de la gestión de Felipe Calderón. Era algo más que “una piedra en el zapato”, pues habiendo sido el líder nacional del PAN, durante la campaña calderonista, era válido e incómodo que señalara abiertamente las fallas o errores del panista que ocupa la Presidencia de la República.

A principios del año pasado, la Comisión de Orden del Consejo Nacional del PAN, confirmó la expulsión de Espino como militante del partido. El expulsado dice que fue una acción arbitraria del Presidente Calderón. La expulsión se había dado inicialmente en noviembre del 2010 en el comité directivo estatal del PAN en Sonora. Espino se inconformó y el Comité Ejecutivo Nacional confirmó la expulsión a principios del 2011 y declaró el asunto como total y definitivamente concluido.

Ayer Espino se sumó a la campaña de Peña Nieto, al igual que los integrantes de su agrupación “Volver Empezar” y anunció el inicio de una campaña para invitar a sus amigos que voten con responsabilidad, con visión de Estado, a favor de Peña Nieto.

Parece algo incongruente, aunque algunos dicen que no lo es tanto, porque Espino fue expulsado del PAN. Sin embargo, el exlíder nacional panista, se declara de corazón azul y afirma que quiere a su partido, que no se trata de una negociación con el PRI, ni tampoco pidieron algo a cambio del apoyo.

De cara al candidato priísta, le dijo : “…Aunque a tí y a mí, nos separan filiaciones partidistas, eso no ha sido impedimento para que podamos coincidir en un propósito superior que es nuestra nación”.

Así es que a partir de ayer, la campaña del candidato tricolor, tendrá algunos matices azules, cuando panistas y expanistas, lidereados por Manuel Espino, salgan a las calles a promover el voto a favor de Peña Nieto.

Los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, opinan que cualquier mención relativa a Peña Nieto, es casi un pecado, casi un delito, porque según ellos representa negros intereses, que es el regreso del viejo PRI y que eso significará un retroceso.

Los que se conducen por esa corriente, reclaman respeto a sus libertades y derechos, pero se muestran intolerantes ante opiniones que sean contrarias o diferentes a sus intereses. Tal parece que se quieren convertir  en calificadores y rectores de las opiniones ajenas o contrarias. Al margen de descalificaciones, con la adhesión de Espino a Peña Nieto, los priístas aplicarán aquello de que “para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo” y ahora agregarán a sus porras : “…Azul, pintado de azul”.

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