POLITEIA
Por: Javier Iván Maldonado Preciado.
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TIJUANA BC 26 DE JUNIO DE 2019.- Luego de la catástrofe electoral que sufrió el PAN en las elecciones locales, donde perdieron la gubernatura de Baja California (que por 30 años retuvieron), las 5 alcaldías en disputa y las 17 diputaciones de mayoría, los bajacalifornianos anticipábamos la resistencia de los gobiernos tradicionales a la transición democrática.

Quien ha mostrado mayor nerviosismo frente a la rendición de cuentas es el actual alcalde de la ciudad de Tijuana y quien buscaba reelegirse en el cargo, Juan Manuel Gastélum Buenrostro, personaje que se ganó el apodo de “el alcalde de 10”, pues en las urnas obtuvo poco más del 10% de las preferencias.
 
Para entender la poca disposición de Juan Manuel “El Patas” Gastélum para iniciar los trabajos de transición, debemos entender que, desde los primeros días de su gobierno, su administración ha sufrido señalamientos por malos manejos del presupuesto público y por otorgar polémicas licitaciones a sus allegados. Una de las primeras acciones del gobierno municipal en turno fue colocar enormes vallas en las instalaciones del ayuntamiento, lo que ilustra a la perfección el aislamiento que el alcalde en funciones procura mantener hacia los ciudadanos, y hacia la propia realidad. 

Cegado por el ego y la soberbia que seducen a aquellos que acceden a los mendrugos oficiales y que prontamente se vuelven dependientes de ellos, Gastélum Buenrostro se niega a reconocer que los ciudadanos exigieron un cambio de régimen, y que haber sido, quizá, el peor presidente municipal en la historia de Tijuana, fue uno de los factores principales que resolvieron la ecuación a favor del partido de AMLO y MORENA.

Habiendo puesto en contexto que en Tijuana tenemos gobernantes con falta de oficio político y soberbios, debemos añadir que “El Patas” intenta entorpecer los trabajos de transición del próximo gobierno municipal, pues en la reunión que sostuvo hoy miércoles 26 de junio, con el alcalde electo Arturo González Cruz –y quien lo venció 4 a 1 en las casillas-, dejó muy en claro que interpretará la ley de entrega-recepción de los asuntos y recursos del Estado y la normatividad municipal, para retrasar los trabajos del próximo Ayuntamiento. 

Con lo anterior, Gastélum Buenrostro no solamente busca ganar tiempo antes de que se ventilen los diversos actos de corrupción de su gobierno, sino también retrasar el diagnóstico de la ciudad que buscan realizar los siguientes funcionarios del gobierno municipal, de tal forma que el primero de octubre la administración pública no logre maximizar su utilidad, sin embargo, la afectación real es para los ciudadanos tijuanenses, pues, en todo caso, es a ellos a quienes afecta la poca estatura política del alcalde “de 10 (10%)”.

De la reunión entre el equipo de transición del alcalde electo y “El Patas”, destaca la estatura política del primero, pues, respaldado por la legitimidad que le brinda el amplio margen de victoria sobre sus contendientes, se dedicó a conducir el rumbo del encuentro, y a pedirle frente a frente a Gastélum que se conduzca mediante los principios de transparencia y rendición de cuentas. En el caso del actual alcalde, se le percibió nervioso y a la defensiva, siendo incluso auxiliado por los funcionarios de la nómina del municipio, cuando el propio Arturo González, la síndico procuradora electa o el coordinador de la transición Carlos Murguía lo colocaban en apuros. 

El marco normativo señala que los trabajos de transición deberán iniciarse cuando menos 60 días antes de la toma de protesta de los próximos gobernantes, es decir, que a partir de la entrega de constancia de mayoría puede comenzar dicha etapa, siempre y cuando exista disposición por parte de los diversos actores políticos implicados. 

Si la entrega-recepción era tensa entre los partidos mellizos PAN y PRI, era de suponerse que MORENA recibiría trabas en esta etapa de transición, lo que llama la atención es el cinismo de los actuales gobernantes, pues han velado por transgredir cualquier forma política que salvaguarde la poca reputación que les quedaba.

Al final de cuentas, como es habitual en los gobiernos tradicionales, los afectados seremos los ciudadanos, quienes deberemos asumir los saldos que nos arrojen las improvisaciones del gobierno estatal y municipal.

Como reflexión final, y a manera de conclusión, faltan 97 días para que se vaya “El Patas” del gobierno y, tal como se vislumbra el escenario, serán eternos.

Javier Iván Maldonado Preciado es un joven de letras libres, egresado de la Licenciatura en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Baja California, ha sido distinguido como campeón nacional de investigación política, además de fungir como analista político.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.