POLITEIA
Por: Javier Iván Maldonado Preciado
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TIJUANA BC 21 DE FEBRERO DE 2019.- El Presidente de la República sostiene que, a lo largo de la historia, nuestra sociedad política se ha encontrado dividida entre liberales y conservadores. Aportaría a la teoría de AMLO que militar en un partido liberal o abandonar las filas de un partido conservador para incursionar en filas liberales, no te vuelve en automático un hombre liberal.

Baja California no es la excepción en el país, pero tiene una particularidad: hace 30 años vivió la alternancia en favor de los conservadores, para nunca más retornar al camino liberal. Hoy que el Estado se encuentra a punto de volver a vivir la alternancia política, aparece en escena el fantasma de León Trotsky (Lyev Trótskiy), el traidor de la revolución soviética que vivió sus últimos días exiliado en México. 

León Trotsky fue un revolucionario renegado, que envidiaba a Vladimir Lenin por ser él quien terminó obteniendo el protagonismo y mando de la revolución. Trotsky conspiró en contra de la propia causa a la que juraba lealtad, haciendo afirmaciones tales como que “el leninismo descansa por completo en estos momentos en la mentira y la falsificación, y lleva en su seno el elemento emponzoñado de su propia desintegración” (justo cuando la revolución demandaba unidad). Hasta su muerte, continuó oponiéndose abiertamente a Lenin en cada conferencia, además, cuando llegó el momento de organizar al “Ejército Rojo”, decidió rodearse de ex oficiales zaristas, en lugar de las bases revolucionarias, por si fuera poco, desde su exilio y mientras colaboraba con el FBI estadounidense, escribió un libro negando los triunfos del socialismo en la Unión Soviética. 

Fue Karl Marx, el principal teórico y padre del socialismo, –en quien tanto Lenin como Trotsky basaron sus obras– quien alguna vez sentenció que “la historia se repite, la primera vez como tragedia y la segunda como comedia”. Hoy que nuestra coyuntura política demanda la unidad de las fuerzas pro alternancia del Estado para echar a los conservadores del poder, aparece el fantasma de León Trotsky, reflejado en Jaime Martínez Veloz, Rigoberto Campos. José Ángel Peñaflor, entre otros.

No habiendo resultado favorecidos del proceso interno de MORENA, para ser candidatos a la alcaldía de Tijuana o escaños en el congreso, estos personajes –encabezados y corrompidos por Veloz– conspiran en contra del movimiento liberal, que busca precisamente lograr la alternancia política en Baja California.

El historial de Martínez Veloz es digno de un trotskista que se respete como tal. Por muchos años militó en el Partido Revolucionario Institucional, escudado en su supuesta lucha en favor de los campesinos y pueblos indígenas (por cierto, fue Trotsky el primero en negar el papel histórico del campesinado en la revolución), hasta que la causa demandó otro protagonista histórico y decidió mudarse al Partido de la Revolución Democrática. Ahí conoció al empresario Arturo González, quien en 2006 fue el único miembro de la clase empresarial que “se la jugó” con AMLO, siendo su candidato al Senado por Baja California. Veloz fue en fórmula con González Cruz, pero relegado a una posición secundaria. Esta fue la primera vez que el movimiento progresista identificó, por encima de Jaime, a un agente mejor posicionado y que ofrecía mayor certidumbre al proyecto del hoy Presidente.

Mientras Jaime Martínez Veloz colaboraba con gobiernos a los cuales la izquierda era oposición, por ejemplo, Arturo González se consolidaba como un actor fiel al movimiento pro alternancia en Baja California. El segundo llamó a votar por el Dr. Fernando Castro Trenti en 2013, en ese entonces el actor político mejor posicionado para desterrar al PAN de B.C, mientras que Veloz colaboraba con Osorio Chong, en pleno sexenio peñista. Fue desde gobernación que se operaron los fraudes en contra de la alternancia para nuestra entidad en 2013, y también desde donde se corrompieron y silenciaron las voluntades de diversos activistas.

Así llegamos, en resumidas cuentas, al año en curso (2019), donde Jaime Martínez buscó convertirse en abanderado de MORENA a la gubernatura del Estado, pero, tras perseguirlo nuevamente el fantasma de la incertidumbre, el movimiento decidió contender con el actor político que mayor confianza genera y también el que garantiza la alternancia en Baja California: el Ing. Jaime Bonilla Valdéz. 

Tras percatarse de que no tendría posibilidades de hacerse con la candidatura a gobernador, interpretó en su favor las palabras del delegado y presidente en funciones de MORENA en la entidad (Leonel Godoy), para invitarse a la contienda por la alcaldía de Tijuana. Para su mala suerte, se inscribieron otros actores políticos que brindaban mayor certeza y confianza a las fuerzas pro alternancia, entre ellos, quien a la postre se impondría en la encuesta de selección: Arturo González Cruz. 

Una vez derrotado, Jaime Martínez se dedicó a sabotear al movimiento que juró lealtad, y a provocar división entre sus filas, liderando un “ejército” cuyos miembros se caracterizan por ser ajenos al partido político MORENA, es decir, como el de Trotsky y los zaristas. Veloz ha descalificado la candidatura de González Cruz, pronunciado las mismas palabras que Trotsky sobre Lenin, lo que lo vuelve un personaje sumamente interesante de analizar, pues el error del marxismo, en su momento, fue no lograr identificar al enemigo interno. 

La historia de Baja California se divide entre actores políticos que buscan la alternancia, desde la trinchera que consideran pertinente y otros actores que son funcionales a los conservadores. Curiosamente, muchos de estos últimos emanan de las propias banderas de la izquierda, como el caso del PRD, que en 2013 fue aliado al Partido Acción Nacional y terminó siendo una pieza clave para que estos –junto a un ala conservadora del PRI– lograran su quinto triunfo consecutivo. Hoy el PRD les ofrece refugio a los renegados de MORENA, con el propósito de intentar debilitar al movimiento progresista y con ello, terminar siendo funcionales a los conservadores. 

Un fantasma recorre Baja California, es el fantasma del trotskismo. 

Javier Iván Maldonado Preciado es egresado de la Licenciatura en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Baja California, ha sido distinguido como campeón nacional de investigación política, además de fungir como columnista para diversos portales y analista político.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.