Por : Gilberto LAVENANT
La Coparmex de Mexicali, realizó una encuesta, con el auxilio de Explora,Investigación Estratégica, denominada “Los gobernantes que queremos”. Los resultados, dados a conocer ayer, son interesantes. Jorge Florentini Cañedo, Vicepresidente de Participación Ciudadana, explicó que esta encuesta realizada por Coparmex en Mexicali, se aplicó a 300 personas, a fin de tratar de conocer los rasgos más importantes de personalidad sobre los gobernantes que quieren los mexicalenses y cuyos resultados serán presentados a los partidos políticos que compiten en el actual proceso electoral. Dicho en pocas palabras, es para determinar el tipo o modelo de candidato que quieren en la capital del estado.
Para empezar, a los encuestados se les presentó una lista de 12 características que pueden reunir los candidatos, y se les solicitó que seleccionaran las más importantes que en su opinión deben tener los candidatos.
El mayor porcentaje, el 16.3%, quiere que sean honestos. Algo difícil, tratándose de políticos. Por algo son los más repudiados, no solo por corruptos, sino también por ineficientes y por la baja productividad legislativa. Pero en fin, soñar no cuesta nada, los mexicalenses quieren que los gobernantes sean honestos.
En segundo lugar de porcentaje, con un 12.9%, los quieren con liderazgo. Al respecto cabe aclarar que no es lo mismo ser dirigente de una organización política, laboral o social en general, que ser líder. Se puede ser líder sin estar al frente de alguna organización y la mayoría de quienes se ostentan como dirigentes de algo, no son líderes.
En tercer lugar, con un 12.0%, quieren que sea comprometido. Pero no solamente que establezca compromisos y los firme ante notario público, sino que sea manifiesto el interés por resolver la problemática social, aunque no firme nada ante fedatario público. Se nota cuando alguien es sincero.
En cuarto lugar, con un 11.4%, quieren que sea inteligente. Un político que razone y muestre facilidad en la resolución de problemas. Pues esto es básico, obviamente, aunque, teniendo el caso de Vicente Fox, como ejemplo, habría que observar que hay quienes parecen inteligentes y luego parecen alucinados. No hay duda alguna, una campaña electoral no basta para conocer a un candidato, y seis años en funciones, son demasiados para tolerar ineptitudes, frivolidades o excesos.
Luego de escuchar a Fox, seguramente habrá quien cuestione : ¿Y este individuo fue Presidente de México ? Si, efectivamente, y muchos mexicanos le creyeron cuando prometió que habría un cambio, luego de 70 años de gobierno del viejo PRI. Al final, resultó ser un vaquero simplón y ocurrente.
En quinto lugar, con un 9.7%, quiere que los gobernantes sean proactivos, con iniciativa. La mayoría de los políticos son buenos para el “rollo”. Hablan y hablan y hablan. Prometen y prometen y prometen. Pero no dicen nada concreto y cuando establecen un compromiso, muchas de las veces no cumplen. Esa es otra de las características por las que los electores no creen en los políticos.
En sexto lugar, con un 9.3%, los mexicalenses quieren que los gobernantes sean transparentes. Esto también es difícil encontrar en un político, la transparencia, o sea que se note la sinceridad con que se conduce. Generalmente dicen una cosa y hacen otra. Las únicas ocasiones en que son transparentes, es cuando cometen actos de rapiña. Los cometen a la luz del día, prácticamente todos lo notan y ni se ruborizan. Son cínicos. Curiosamente México es uno de los países con el más alto nivel de corrupción, pero con el más bajo número de políticos en prisión. La mayoría fallecen ricos, en casa y por muerte natural, por la edad.
En séptimo lugar, con un 8.0%, quieren que sean disciplinados. Quizás se trata de decir que sean ordenados, sistemáticos, de buena conducta. La mayoría de los políticos, son disciplinados pero con su partido. Sólo hacen lo que la dirigencia partidista les ordena y no lo que los ciudadanos o electores les reclaman.
En octavo lugar, con un 7.4%, quieren que los gobernantes sean hombres de familia. Tal vez sirva de ejemplo el empresario de las casas de juego, Jorge Hank Rhon. Es hombre de familia. Ha tanido 4 o 5 familias diversas, en las que ha procreado más de 20 hijos. La mayoría de los mexicanos, son hombres de familia. Muchos tienen como mínimo dos familias. Otras más que eso.
En noveno lugar, con apenas el 4.9%, quieren que tenga buena reputación. Si observamos que el mayor porcentaje, un 16.3% los quiere honestos, resulta absurdo que en menor porcentaje reclamen buena reputación. Los políticos, una gran mayoría, salvo honrosas excepciones, tienen mala reputación. Muchos tienen una “cola” tan larga, tan larga, que ellos mismos suelen pisársela.
En décimo lugar, con 4.6%, quieren que sea académico. Que al menos tenga una licenciatura o que haya cursado diplomados. Los políticos no son muy dados al estudio. Su tiempo lo dedican a la “grilla”. Los que ostentan grados académicos, solo es para “pavonearse”. La mayoría no ejerce las profesiones que presume.
En décimo primer lugar, con un 2.1% quieren que tenga buena apariencia. No parece importar a los mexicalenses que los gobernantes puedan llegar a tener mala apariencia. Seguramente recuerdan al diputado panista que fue sorprendido en condiciones deplorables y con una pésima apariencia. Nadie reclamó su destitución. Finalmente, con un 1.3%, los quieren espirituales. Dicho con todo respeto, no son exigentes en este aspecto. Que al menos muestre respeto por las divinidades, aunque no sea de golpes de pecho.
Aunque los resultados se les darán a los partidos políticos que compiten en este proceso electoral, ya es un poco tarde para exigir a los candidatos en campaña, tales características. La mayoría no pasarían el exámen. Sin embargo, más bien puede servir como el “traje a la medida” que se les puede exigir en el 2012.
