Cuenta voces.
Por: Armando Lares
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Cerca de tres décadas tuvieron que pasar para que los gobiernos de acción nacional estén al borde del ocaso, aunque resulta irónico no es el PRI quien los tiene en la lona sino una emergente fuerza política que en la reciente elección presidencial, obtuvo el apoyo mayoritario del electorado y de paso le dio una bofetada al abstencionismo.
Recordemos que corría el año de 1989, cuando un político carismático, de apellidos poco comunes se consolidaba como una opción de cambio para el gobierno del Estado, que en aquel entonces y desde su fundación todos habían sido emanados del revolucionario institucional, la Ruffomanía despertó el interés del ciudadano para elegir algo diferente, convirtiéndose en el primer gobernador de oposición en la historia, y desde entonces acción nacional se consolidó en el poder, parecían volverse eternos pero como en toda democracia las cosas tienen un antes y un después, ese después en la actual administración está manchado por negocios a la sombra del poder, así como por un sin número de actos de corrupción y de un control institucional donde unas cuantas familias han acaparado la nómina gubernamental.
Esa efervescencia que logro la alternancia política en la entidad ha venido a menos, tan es así; que actualmente el hartazgo es inmenso, un electorado que se creía era conservador volteo hacia la izquierda, lo que quedó manifiesto con el avasallante triunfo logrado en el proceso electoral de 2018, sin duda fue la antesala de las próximas elecciones locales, los resultados reflejan que existe una gran posibilidad para la alternancia, esa que no llegó en 2007 cuando el PRI de la mano de un polémico empresario se puso al tú por tú contra la maquinaria estatal que tuvo que acudir a argucias legales para mantenerse, o bien esa alternancia que en 2013, cuando más cerca estuvo, pero nuevamente se negó a llegar ante la propuesta de un aguerrido líder político que durante años y con gran determinación construyó un proyecto real de cambio, mismo que sucumbió con una diferencia mínima de votos, consecuencia de una impresionante guerra sucia y con todas las características de una concertaseción, que en el argot político no es otra cosa que una negociación de poder, para que así acción nacional lograra retener el gobierno durante seis años más.
Hoy el sexenio agoniza y deja una puerta abierta con la posibilidad real para la alternancia, esta por fin podría llegar a Baja California, eso dependerá en gran parte de las alternativas que presente el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y de que la nueva administración federal no inicie con el pie izquierdo, si bien es cierto este partido obtuvo un gran número de votos no hay que dejar pasar un detalle muy importante, en las próximas elecciones Andrés Manuel no estará en la boleta, así es que el reto será mayúsculo. En las decisiones que tomen respecto a quienes serán sus candidatos y las alianzas con otras fuerzas políticas, podría estar la respuesta; alternancia ¿si o no?. Eso lo veremos pronto, o sabremos si nuevamente el aparato cerró la puerta, la hora se acerca.
Lararium: La elección de 2019 importa, pero no tanto como la de 2021.
Armando Lares es Licenciado en Derecho, egresado de la Universidad Autónoma de Baja California, es abogado titular del despacho jurídico Orden Legal, además de desempeñarse como consultor en materia legislativa, en su trayectoria ha sido reconocido con el premio estatal de la juventud, fue campeón estatal de debate político juvenil y participa como asesor en Organismos de la Sociedad Civil.
Twitter: @armandolares
