¿Qué pasó el domingo 1 de julio?
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¿Qué pasó el domingo 1 de julio?

Monterrey NL - miércoles 4 de julio de 2018 - Fernando Núñez de la Garza Evia.
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Plaza Cívica
Por: Fernando Núñez de la Garza Evia
www.plaza-civica.com @FernandoNGE

MONTERREY NL 4 JULIO 2018.- La elección mexicana del pasado domingo primero de julio fue histórica. Los comicios mexicanos representan un claro “parteaguas” en nuestra vida nacional, integrándonos así a los cambios políticos tectónicos que ocurren en Occidente. Una variedad de razones nos indican lo anterior, algunas buenas y otras no tan buenas.

Nuestra democracia. Existe un profundo descontento con nuestra clase política, afectando seriamente la popularidad de nuestra democracia (ver Latinobarómetro 2017). Por ello, no resulta raro que nuestro régimen democrático no recibió un mayor espaldarazo en éstas elecciones a pesar de las altas expectativas, ya que los niveles de participación y abstención ciudadana fueron básicamente los mismos que aquéllos vistos anteriormente; vaya, no hubo “votación masiva”. Sin embargo, una mayoría del electorado mexicano salió a votar (62%), en forma pacífica, en las elecciones más grandes, y hubo una importante alternancia.

Los perdedores. Los tres partidos tradicionales (PRI - PAN - PRD) pierden fuertemente. Las bases del PRI y PRD son de izquierda, y se fueron con MORENA; el PAN logra distinguirse más como opción y por ello pierde menos, aunque vaya que pierde: una parte importante de su electorado en el norte y bajío se fueron con MORENA, de esperarse por las corrientes conservadoras que éste último tiene. Por otra parte, José Antonio Meade sale bien librado, pero Enrique Peña Nieto y su grupo salen seriamente perjudicados; Ricardo Anaya sale muy mal librado porque obtiene una baja votación, no consolida el segundo lugar, y fue autor de una coalición que no funcionó. Lo que sigue son las peleas al interior de los partidos, y como hay un contexto con tufo de sobrevivencia, serán especialmente duras.

Los ganadores. Andrés Manuel López Obrador y su coalición fueron los grandes ganadores: obtuvo una votación presidencial no vista desde Miguel de la Madrid Hurtado, su movimiento ganó al menos cinco gubernaturas de un total de nueve (Chiapas, CDMX, Morelos, Tabasco, Veracruz, y con Puebla en disputa), tuvo una muy alta votación en el norte y bajío, y probablemente tendrá mayoría absoluta en el Congreso de la Unión; una coalición con representación en todo el país. Sin embargo, cabe recordar que lo logró abriéndole las puertas a todo y todos, lo que habrá de ocasionar contradicciones internas y muchas facturas a pagar. Si la popularidad de AMLO disminuye rápidamente, aflorarán las incoherencias.

Cacicazgos debilitados. Hubo tres intentos para establecer y/o consolidar cacicazgos: Puebla, poniendo el impresentable de Rafael Moreno Valle a su esposa; Veracruz, poniendo el impresentable de Miguel Ángel Yunes Linares a su hijo (“Gracias, pa” le dijo el hijo al papá en el cierre de campaña); Morelos, poniendo el impresentable de Graco Ramírez Garrido a su hijastro. Parece que, a excepción de Puebla, los caciques pierden. Sin embargo, en Morelos gana un futbolista: Cuauhtémoc Blanco. Y ahí tienen el lado oscuro de la democracia.

Reconfiguración del sistema de partidos. Éste es el punto más interesante, el cual se enmarca en una tendencia internacional, aunque especialmente occidental: la irrupción de partidos nuevos, con un fuerte componente anti-sistema, y sin claras distinciones ideológicas. MORENA es un “catch-all party”, recogiendo a los descontentos vengan de donde vengan, aunque ubicado más a la izquierda con banderas políticas clásicas como el combate a la pobreza y desigualdad. Los partidos de extrema-derecha europea igualmente recogen a votantes de los partidos tradicionales de derecha e izquierda, pero se ubican más a la derecha porque su bandera política es la inmigración. Y todos, todos tienen fuertes componentes populistas, nacionalistas, comunitarios.

Una democracia que gana por la alternancia, con perdedores muy perdedores, con ganadores muy ganadores, con cacicazgos frenados, y una muy fuerte reconfiguración de nuestro sistema de partidos. Aún es difícil saber a qué nos llevará todo esto, pero lo que es seguro es que son tiempos sumamente excitantes.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.

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