JUZGUE USTED
Por: Francisco Castro Trenti
…Pero incomoda. Y mucho…

Eso fue lo que sucedió con mi artículo del pasado viernes, Los ‘justicieros’, que motivó que las subsecuentes publicaciones de mis editoriales en “El Mexicano” fueran suspendidas -dijeron- ‘hasta nuevo aviso’.

A los priístas les caló, hondo, lo que puntualicé, al evidenciar lo inmoral de su quehacer por utilizar tan burdamente el Poder Legislativo para maniobras partidistas.

Enredándose entre sí mismos dictaron la orden: “hay que secar –y sacar- la tinta de esa pluma”, en lugar de intentar precisar o aclarar lo apuntado. Me queda claro que ante la carencia de argumentos optaron a la antigüita, eliminando una columna editorial que les hacía ‘ruido’; pero no contaban con que “Juzgue usted” se publica, también, en cuatro medios digitales y hoy, en cinco, al salir por vez primera en www.afntijuana.info. 

Con sobrada razón el actor Héctor Bonilla dice: “¿qué te parece la nueva cara del partido más viejo?”

Hay quienes han comentado que mis precisiones se trataron de una defensa a los ex gobernadores objeto del ‘punto de acuerdo’, lo que es por demás incorrecto, porque ninguno de los dos necesitan de mi para ello; a Ruffo no lo conozco personalmente, y con Elorduy trabajé en su administración bajo el mando de su procurador. Por el contrario, se trata de cuestiones de congruencia, de ética y moral que, por lo que se observa, los ‘ofendidos’ no conocen, como tampoco el profesionalismo, porque la responsabilidad constitucional de legislar dista, con mucho, de tan absurdas maniobras electoreras, tan incorrectas e inaceptables como las que el presidente Calderón hizo ayer –ante consejeros de Banamex- para apuntalar a Josefina Vázquez Mota confundiendo al electorado, lo que constituye una reprobable intromisión y contaminación del proceso que se avecina.

He escrito siempre por convicción, y sin retribución económica alguna sea por honorario, salario, o por publicación. No lo he hecho tampoco, ni lo haría, por encargo. No vendo, pues, ni rento la tinta. Escribo como un ciudadano más que aprovecha el espacio que le conceden, para decir lo que muchos piensan pero que no tienen la forma de hacerlo.

Escribo sobre lo que pienso y lo que creo, sobre lo que considero debiera ser –o no-, sobre lo que considero justo y legal. Analizo hechos y en algunos casos –según los temas- propongo alternativas, pero siempre dejo el comentario conclusivo al lector: de allí el título de la columna “Juzgue usted”, que como espacio editorial nació en 1997, aunque he publicado desde 1993.

No soy político, y mucho menos grillo: no me desplazo a conveniencia. Acostumbro y prefiero hablar con la verdad, y no caminar vendiendo falsas ilusiones o sembrando falsas esperanzas. Opto por tener amigos, y no aliados o intereses.

He sido y soy apartidista. Voto por la persona, no por los partidos. Lo he hecho por candidatos del PRI, del PAN y del PRD. Voté por Fernando del Monte cuando perdió con Jorge Ramos; por éste, cuando perdió con Hank, y por Joaquín Fernández Rizo como candidato a diputado local por el PRD. No soy apasionado de ningún partido, pero sí de que las cosas se hagan bien, como se deben.

No soy oveja de ningún corral, como tampoco pastoreo rebaño alguno. No comulgo con quienes tienen doble moral –o ninguna, incluso- ni con quienes tienen doble lenguaje.

Yo seguiré escribiendo, ¡claro!, como lo he hecho desde hace tantos años ya.

Últimamente he analizado las fallas del nuevo sistema de justicia penal (NSJP), pero hoy debí ocuparme de este tema.

En mi siguiente artículo continuaré con ello, comentando de las inconveniencias que deben corregirse y de las ocurrencias que siguen saliendo del Congreso al respecto, como lo referente a ampliar los delitos de ‘acción privada’, que no es más que reconocer la incompetencia de la PGJE y legalizar su ineficiencia y mediocridad. Si no se puede esperar más de los diputados hay que evitar, al menos, sus torpezas.

Habremos de dar cuenta puntual de ello.