PAN Y CIRCO.- Por Francisco Ruiz.

Y se salió con la suya

Sinceramente no me sorprendió la designación de Josefina Vázquez Mota como candidata a la Presidencia de la República, por el partido oficial; aunque a decir verdad, tenía la incertidumbre si de nueva cuenta Calderón impondría a quien se decía, era su predilecto.

Tuvimos una muestra de ello hace unos años, en las últimas elecciones locales; el titular del Ejecutivo Federal consideró que su ex secretario particular y actual delegado de la SEDESOL en Baja California, Carlos Alberto Torres Torres, era el indicado para gobernar el municipio de Tijuana, sin embargo solo consiguió “ganar” una desastrosa derrota.

Y no es que el partido que actualmente preside la actual administración tijuanense sea el que la sociedad deseaba, tan solo es el resultado de lo que la gente NO quería. Que como dijeran por ahí: “no es lo mismo, pero es igual”.

Ciro me indignó

Lo que me ha desconcertado demasiado hasta ahora, es la columna periodística de Ciro Gómez Leyva, quien en su artículo “Josefina se enojó y tenía toda la razón”, comparó a la aspirante panista con Dilma Rousseff, actual presidente (si PRESIDENTE, no presidenta, como mal pronuncian muchos), de la República de Brasil. Sinceramente me escandaliza pensar siquiera en la frase que utilizó: “la primera Dilma mexicana”.

No sé que espera Ciro, pero definitivamente no comparto su opinión, para empezar haría falta un Lula que antecediera a la “Dilma mexicana”, el cual definitivamente no existe. Tampoco existe el liderazgo ni experiencia de la brasileña en la mexicana, en fin, en gusto se rompen géneros.

Aquí no hay novedad

Josefina hoy en día es la novedad, aunque la antecedieron cuatro mujeres más, ninguna representó un proyecto viable; el motivo principal, la falta de un respaldo partidista sólido les impidió figurar. Hoy, uno de los partidos más enraizados en la vida política nacional, y mejor aun, el partido en el poder, la cobija. Eso es lo que realmente hace la diferencia, eso y que el presidente en turno quiere ganar.

El curriculum de Josefina, aunque muchos intentan hacerlo basto, en realidad es gris. Para mí, la experiencia no se mide en años sino en buenos resultados. Pero por más que intento ser generoso con la candidata, no le encuentro meritos para ocupar la Silla.

A tal grado llega su falta de meritos, que me atrevo a sugerir que el ex gobernador mexiquense tiene más experiencia en gobernar, por lo menos tiene una idea, tiene contactos, asesores y ha ocupado la sede del Ejecutivo Estatal.

Ausencias, retrasos y nulas iniciativas caracterizaron su “labor” como coordinadora de la bancada blanquiazul en San Lázaro. Falta de liderazgo en la SEDESOL, a la que irónicamente representa Carlos Torres en Baja California.

Como secretaria de Educación Pública tan solo afianzó la relación con la lideresa Elba Esther. Insisto, no basta ser la primera en ocupar el puesto, sino en que su trabajo de resultados de primera, algo que hasta ahora no se ha visto.

No por ser mujer va a ser mejor, y no se entienda esto como un comentario machista, sino como la realidad, y para ello me basta mencionar un solo nombre como ejemplo: Elba Esther Gordillo.

El capricho del presidente

Continuando con la temática de la semana pasada, me preguntó ¿qué motivos tiene Josefina para ganar? No quiero sonar negativo o fatalista, pero ni como ciudadano ni como político aficionado le encuentro alguno, analicemos un poco.

Existe un solo motivo por el cual Josefina puede ganar y es simple: por capricho del presidente. Calderón es obstinado, autoritario y necio; eso para nadie es novedad, sin embargo puede que en su estado de soberbia, crea conveniente convertirse en el “Lula mexicano” y eso lo motive a intentar colocar a su mal llamada “Dilma”.

Felipe quiere ganar, basta con darse cuenta de los “apapachos” que le ha dado a la aun precandidata, sin mencionar la intensa actividad pública y repartición de materiales que ha dado bajo su programa “Vivir Mejor”, que dicho sea de paso, es nieto de la “Solidaridad” de don Carlos.

Las delicias del poder

Con motivo de la nominación de Vázquez Mota, me viene a la mente aquella película que la comediante María Elena Velasco, mejor conocida como la “India María”, estelarizara en 1998: “Las delicias del poder”.

En ella se refleja mucho de nuestra realidad política, de manera burda para entretener, pero no creo que este muy alejada de la realidad. Incluso hay personajes que en mucho son similares a los de verdad. Bien dicen que la realidad supera la ficción.

En fin, de la película hay mucho rescatable, pero con lo que yo me quedo es con este mensaje, que ajeno al género de quien lo pronuncia, mucho tiene que enseñarnos, se trate de candidato o candidata:

“YO NO QUIERO PROMETERLES LO QUE NO LES VOY A CUMPLIR, CREO QUE HEMOS LLEGADO A LOS LÍMITES DE LA TOLERANCIA, POR LO TANTO ES NECESARIO UN CAMBIO IMPERIOSO PERO UNA SOLA MUJER NO PUEDE HACERLO, EL CAMBIO TIENE QUE SER DE TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS, ASÍ QUE DE NOSOTROS DEPENDE SEÑORES, O CAMBIAMOS EL RUMBO Y SALIMOS A FLOTE O NOS HUNDIMOS JUNTOS”, María Elena Velasco.

(SEGUNDA PARTE)

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*** Francisco Jesús Ruiz Hernández (“RuHe”), es licenciado en Comercio Exterior y Aduanas por el Tecnológico de Baja California, campus Tijuana; ex miembro fundador de “Juventud Evolucionando la Política, A. C”, catedrático universitario, y ha impartido diversas charlas orientadas a la participación ciudadana en la agenda pública. Actualmente radica en el estado de Texas, dentro de los Estados Unidos.

Nota Importante: las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.