Procesos Políticos
Por: Abel Muñoz Pedraza
En esta última semana varios políticos y distinguidos analistas en los medios se han dedicado a tratar de medir el impacto político-electoral que tendrá para el PRI la ruptura con el PANAL y viceversa. Recordemos que el PANAL es un partido construido con la base de maestros del SNTE, en donde el liderazgo de la maestra Elba Esther Gordillo pesa en demasía. Se han empleado argumentos que indican que al PRI le favoreció romper con Nueva Alianza, sin embargo, también existen puntos de vista que tratan de justificar que la ruptura entre estos dos institutos políticos puede perjudicar al candidato que actualmente va arriba en las encuesta, es decir, a Enrique Peña Nieto (EPN).
En lo personal, yo me ubico en esta segunda posición, es decir, todos conocemos o tenemos nociones de quién es la maestra Elba Esther Gordillo y muchos estamos en contra de la estructura de poder que tiene a su disposición, lo cual le permite contar con una serie de privilegios a costa de intereses públicos, sin embargo, en términos meramente pragmáticos, creo que el PRI cometió un error. A continuación trataré de plantear cuatroescenarios que se podrían dar en el futuro próximo tras la salida del partido Nueva Alianza de la coalición “Compromiso por México”.
Antes de empezar, hay que dejar muy en claro que en política no existen las “profecías” ni cabe el “futurismo”, ya que el actuar del ser humano, en este caso el de los políticos, es muy impredecible. Lo que sí es posible es identificar tendencias y recurrir a la experiencia que nos brinda la historia o la vida cotidiana. Por tal motivo, el lector de este espacio podrá no estar de acuerdo en muchas cosas o en la totalidad del texto que escribo, lo cual abre la posibilidad para el debate y el intercambio respetuoso de ideas. De lo que sí estoy seguro es que nadie tendrá la razón completa, y en caso de que el tiempo se la dé, será mera coincidencia.
Primer escenario
Para el PRI, el no ir en coalición con el PANAL no es una señal de alarma dentro del partido, de hecho, se restablecerá la unidad que se había puesto en entredichoal interior, ya que se recuperarán posiciones que se daban por perdidas y habrá más espacios para la militancia en busca de obtener un “hueso” en 2012. La idea predominante en el priismo es que la figura de Peña Nieto es abrumadora y será suficiente para ganar el “carro completo” y tener las riendas del país durante un buen tiempo.
Precisamente ese es el riesgo que existe en el PRI y su candidato: el pensar que gracias a EPN arrasarán en la elección, cargar todos los dados a esta persona y subestimar lo que los demás puedan hacer. Por tal motivo, el haber roto la coalición con el PANAL, a pesar de que estaban pagando un alto costo en posiciones, fue una decisión muy soberbia. Una medida racional para el PRI hubiera sido contener a la militancia que estaba en desacuerdo con la coalición, poniendo por encima la importancia de regresar a Los Pinos y, ya instalados, empezar a repartir posiciones. El pago para Nueva Alianza iba a ser caro debido a las posiciones que hubiera tenido dentro del Congreso, sin embargo, la estructura que ofrece este partido a lo largo de todo el territorio nacional reforzaría a la del PRI durante la campaña, sumado a que la operación política de la coalición sería mucho más abarcadora y eficaz.
Segundo escenario
Enrique Peña Nieto y la maestra no rompen del todo. En este escenario, el PANAL buscaría mantener su registro lanzando a un candidato carismático y atractivo para la gente. Posiblemente aplicarían la estrategia electoral “1 de 3 votos” que utilizó en la elección presidencial de 2006, buscando así superar el umbral de 2% de la votación emitida en alguna de las elecciones federales ordinarias para diputados o senadores, lo cual lepermitiría mantener el registro, reservando así el voto de la elección presidencial para EPN.
De darse esta situación y de ganar el PRI la presidencia, es muy probable que la maestra tenga garantizado un sexenio más para seguir disfrutando la serie de privilegios que han tolerado los gobiernos priistas y panistas. Lo más lamentable de este escenario es quela maestra Elba Esther Gordillo seguiría manejando la educación en México. Además, veríamos crecer las carreras políticas de su hija y cuñado, lo cual sería “cosa de orgullo” para muchos mexicanos.
Tercer escenario
El Partido Nueva Alianza logra un acuerdo con el PAN para impulsar la candidatura presidencial del precandidato que haya sido electo (muy difícilmente lo haría con el PRD, ya que AMLO ha sido muy claro en esto).Juntos elaborarían una estrategia de desprestigio hacia el candidato del PRI. El PAN, de nueva cuenta, contaría con la gran estructura operativa y territorial del PANAL para impulsar al candidato blanquiazul (como ocurrió en 2006) y así tratar de arrebatar el primer lugar de las encuestas a EPN.
Por los tiempos electorales, ya no es posible que el PANAL y el PAN establezcan una coalición formal con registro ante el IFE, lo cual hace imposible negociar espacios para el Congreso, sin embargo, los espacios para la militancia de Nueva Alianza se negociarían dentro del gobierno. De nueva cuenta, veríamos a personajes muy allegados a la maestra ocupando posiciones importantes en el gobierno federal.
Cuarto escenario
Nueva Alianza se queda solo. La ruptura con el PRI y con EPN es definitiva. Ni el PAN ni el PRD establecen acuerdos no formales, lo cual obligaría al PANAL a buscar mantener su registro por méritos propios. El umbral de 2 por ciento parecería un objetivo fácil gracias a la sólida estructura con la que cuenta el partido en todo el territorio nacional. El reto sería elegir a candidatos atractivos para la ciudadanía y presentar propuestas que sean acordes a las problemáticas nacionales. En términos numéricos, Nueva Alianza necesita poco más de un millón de votos para conservar el registro y seguir existiendo. En caso de no alcanzarlos, el PANAL pasaría a la historia y la figura de la maestra quedaría muy debilitada y, sobre todo, con un alto riesgo de perder sus privilegios, ya que sería muy redituable para cualquier partido despojarla del control de la educación. Recodemos el “Quinazo” en el sexenio de Salinas, el cua le trajo mucha legitimidad tras una elección polémica a pesar de que Joaquín Hernández Galicia pertenecía a la estructura corporativista del PRI.
Recordemos que aun no inicia lo bueno, es decir, las campañas político-electorales. De finales de marzo a finales dejunio, los tres candidatos estarán expuestos durante 90 días a una serie de dificultades en dondeparticiparán diversos actores y habrá debates entre los abanderados, lo cual hace muy difícil que los diferentes equipos de campaña tengan todo bajo control. Cuando lleguemos al momento de las campañas, es muy posible que Enrique Peña Nieto siga liderando las encuestas, sin embargo, también es posible que la contienda se vaya emparejando y que uno de los dos de abajo persiga más de cerca o empareje a EPN. Tanto Andrés Manuel López Obrador, como el candidato que represente al PAN, buscarán bajar de su nube a Peña Nieto, lo cual, sin duda le restará puntos porcentuales en la intención de voto, porque me parece que EPN ya alcanzó su máximo en este rubro y ahora tendrá que mantenerse, o no caer tan bajo y poner en peligro lo que hasta hoy parece ganado.
Algunos analistas han mencionado que la ruptura de EPN con la maestra beneficia a la campaña del abanderado priista, ya que la imagen de la lideresa magisterial es muy negativa ante la sociedad y hubiera podido afectar al ex gobernador del Estado de México, sin embargo, cuando el convenio de coalición fue firmado en noviembre, y se dio a conocer a los medios, no hubo cambios significativos que perjudicaran la imagen de Peña Nieto en las encuestas.
Si la ruptura entre el PRI y el PANAL va en serio, y no hay acuerdos políticos por debajo de la mesa, el PRI podría sufrir mucho, ya que la maestra puede ser una buena aliada electoral para otro partido y/o una terrible pesadillapolíticapara Enrique Peña Nieto, capaz de hacer muchas cosas para seguir manteniendo sus privilegios dentro de la política.
Abel Muñoz Pedraza es estudiante de la maestría en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la Ciudad de México. Es egresado de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Tijuana. Correo electrónico: [email protected]
Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.
