TIJUANA FAUNA
Por: Manuel Villegas
 
TIJUANA, BC 24 DE NOVIEMBRE DE 2011 (AFN).- La tarde del lluvioso viernes 5 de febrero de 1993, en el marco de las torrenciales lluvias que azotaron y azotarían la ciudad dejando muertos y estragos por varias zonas inundables, Tijuana atestiguó el arribo de una serie de aterradoras bestias que acechaban, y que aún permanecen allí, mostrando sus amenazantes colmillos en la oscuridad de un viejo edificio de la calle Primera, en pleno corazón de la Zona Centro.

Junto con el miedo que pueden generar a tijuanenses y visitantes un Hombre Lobo en plena transformación de un animal a otro; el mítico Conde Drácula, el empalador y literario vampiro humano; las brujas y muertos vivientes de saltones ojos; paredes tapizadas de monstruos, cráneos, esqueletos y tumbas; La Llorona y otras mujeres sepultadas o gimiendo ante un muerto, entre otras linduras del cine de horror del siglo pasado, el Museo de Cera de Tijuana ofrece desde hace 18 años y nueve meses, por el mismo boleto, un recorrido por la historia de México.
 
Entre sus paredes y pasillos, en la oscuridad y bajo los reflectores, se puede disfrutar la representación en tercera dimensión de personajes y líderes reconocidos a nivel mundial, así como estrellas del espectáculo y personajes reales y míticos más destacados de la religión y las artes.

Tras la sencilla inauguración, donde no se cortó el tradicional listón pero a cambio hubo un recorrido y brindis con autoridades municipales y estatales, líderes empresariales, periodistas y otros invitados, esta nueva alternativa para la diversión y el entretenimiento se sumó rápidamente a la oferta que entonces representaban el "cine bola" del Centro Cultural Tijuana (Cecut), las salas de los multicinemas de Otay, los Gemelos del Hipódromo, el Tijuana 70, el Tijuana Plus, el Roble, El Gran Cinema, Las Torres Plus y hasta el "Cinelandia" o "Cine Piojito" del mercadito El Popo.

Pero ver a detalle a estas bestias de la oscuridad y tales imágenes de hombres y héroes grabados en cera era otro tipo de experiencia, diferente y más inquietante que las proyecciones, además de que por primera vez en Tijuana se podía observar a dos personajes propios de las leyendas urbanas locales, como eran y son "Juan Soldado" y "La Tía Juana", con quienes en total sumaron 60 estatuas elaboradas en cera y que se observaron aquella tarde de febrero durante el recorrido inaugural.

Fue el empresario dedicado al rubro de las artesanías, Ricardo Parra Montes, quien tuvo la iniciativa de invertir un millón de dólares en las estatuas y en acondicionar el antiguo edificio de la Cámara Nacional de Comercio de la Primera y avenida Madero, para lo cual contrató a 30 artesanos de México, incluidos escultores, diseñadores, peinadores y un pintor; todo para lograr cristalizar su idea de que Tijuana contara con un museo de cera como en la cual él trabajó años antes en la Ciudad de México.

Para promocionarlo, ofreció un recorrido previo donde anunció que con el pago de 9 pesos con cincuenta centavos, que por obra y gracia del Salinismo en esos días se les llamaba "nuevos pesos", los espectadores mayores de 12 años podrían admirar a hombres y héroes, en ese orden, en un recorrido de 30 a 45 minutos que lleva al México Prehispánico, a la Conquista, la Colonia, la Independencia y la Revolución.

A los presidentes y tiranos se les suman sacerdotes, actores, actrices, cantantes, cómicos y princesas, entre los que destacan los recientemente fallecidos Diana de Gales, Juan Pablo II, Michael Jackson y Gaspar Henaine "Capulina", en ese orden; además de personajes aún vivitos como el actor Harrison Ford; la actriz cantante Verónica Castro; el hawaiano Barack Hussein Obama II, incluido por ser el primer presidente estadounidense de color en la historia mundial; y sin faltar el primer presidente mexicano de oposición, Vicente Fox; ni el eterno líder cubano Fidel Castro, entre otros.

El Museo de Cera de Tijuana fue abierto al público en general en una época donde no se avizoraba, al menos no a tan corto plazo, una debacle económica tan fuerte como la ocurrida en diciembre del 94, y que aceleró una crisis cuyos efectos aún perduran en esta zona fronteriza.
 
De 300 personas que a diario entraban y que se duplicaba en un buen fin de semana, actualmente la cifra de visitantes se mantiene en un centenar, y eso ha permitido a los inversionistas mantener el cobro en 15 pesos y no verse en la necesidad de cerrar sus puertas.
 
Pese a las diversas crisis económicas de los últimos 18 años, en el museo hay ya 80 imágenes, y los propietarios me confiaron que se preparan para incorporar próximamente las estatuas de dos reconocidos artistas mexicanos, como son los comediantes Javier López "Chabelo" y Roberto Gómez Bolaños "Chespirito"; al primero lo mostrarán como era en sus mejores tiempos al frente del programa "En Familia", y sobre el segundo aún analizan si lo presentarán como su personaje de "El Chavo del 8" o como "El Chapulín Colorado", con todo y sus antenitas de vinil que le permiten detectar la presencia del enemigo.

Mientras esto ocurre, aunque por las estrecheces económicas ya no hay efectos especiales, aullidos, música aterradora ni música ambiental en general, bestias y hombres de cera esperan a sus visitantes dispuestos a impresionarlos, asustarlos y a educarlos, como lo saben hacer desde aquel lejano viernes 5 de febrero del 93 cuando llegaron mostrando sus vestuarios de época los unos y sus amenazantes colmillos los otros, en la oscuridad del viejo edificio de la calle Primera.

(Texto y fotos: Manuel Villegas).