Mexico DF 01 de junio 2015 (La Silla Rota).- Cada elección es una nueva oportunidad de decidir hacia dónde queremos avanzar. Es el momento en que debemos expresar con un voto si estamos de acuerdo o no con el camino que estamos siguiendo.
 
En la Ciudad de México hace ya 18 años que está en el poder el mismo partido. Apenas en la elección pasada parecían haber llegado al cenit de esa aprobación capitalina, ilusión que muy rápidamente se desvaneció. El descontento, la preocupación y la frustración de los habitantes del Distrito Federal es patente en cualquier lugar que miremos: las expresiones en los medios de comunicación (tradicionales o no), los planteamientos y demandas de la sociedad organizada, así como la expresiones individuales a través de una charla de café o un comentario en las redes sociales.
 
Todas las encuestas de los últimos meses han registrado una caída en el nivel de aprobación del Jefe de Gobierno. En esas mediciones se refleja menos del 40% aprueba la gestión actual y la gran mayoría —seis de cada diez— quiere un cambio en la ciudad. 
 
Ese cambio empieza con una nueva configuración en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de manera tal que constituya un auténtico contrapeso. Ésta es una de las razones que vuelve crucial esta elección intermedia.
 
Como nunca antes se presenta un escenario inédito que nos permitirá experimentar por primera vez una pluralidad política real. La decisión de cómo se configuren esos equilibrios y cuál es la visión que debe orientar nuestro futuro está en las manos de todos los capitalinos. 
 
La participación de todos y cada uno de nosotros es imprescindible. No votar o anular el voto tiene un doble efecto negativo para nuestra política. Por un lado, supone una aprobación tácita al orden de funcionamiento prevaleciente. Es decir, la abstención legitima una lectura que busca minimizar el descontento social como un mero efecto en la percepción pública sin asidero real en la gente. Por otro lado, el no expresar una preferencia y dejar a la deriva la decisión de quiénes habrán de representarnos magnifica el peso de los partidos pero no en la misma proporción. Beneficia a quienes mayor capacidad de movilización, coacción o compra del voto tiene: Justamente aquéllos que a lo largo de 18 años nos han ofrecido más de lo mismo.
 
Acción Nacional tiene una historia de afinidad con la capital del país, por su visión crítica con énfasis ciudadano. Por ello, seremos el partido de oposición al gobierno más fuerte en la ciudad para poner a las personas en el centro de las decisiones públicas, llevando a cano acciones legislativas y de gobierno que mejoren nuestras vidas en lo cotidiano: con mejores servicios públicos en las colonias y un gobierno que no se recargue en la sociedad, sino al contrario, que le permita desarrollarse sin estorbar. 
 
Conscientes de la importancia de nuestro voto hay que reflexionar a qué proyecto vamos a apostar: Votar por los mismos de siempre o votar por un cambio de verdad.