Sobre el desdén de los panistas a su candidato Max García y los nuevos episodios en la tragicomedia del Sindicato de Burócratas.

“Un pesimista es un optimista bien informado” Antonio Mingote.

El Búho Sabio se había quedado dormido cuando estaba viendo en el noticiero cuando el líder sindical quería hacerla una vez más de paladín de la justicia y defensor de sus agremiados.  

En las pasadas elecciones internas del PAN para elegir a sus candidatos a las diputaciones federales llamó la atención la postulación de Max García al distrito V, sobre todo por el hecho de que parece que su candidatura no la causa mucha gracia a sus correligionarios.

Max García fue uno de los hombres cercanos al ex gobernador José Guadalupe Osuna Millán y durante la pasada administración consiguió de todo, desde altos nombramientos en el Gobierno del Estado hasta una diputación local, pero al parecer eso no le basto al panista que ahora será candidato a diputado federal por el distrito V.

Si bien es cierto Max fue candidato único en ese distrito (no queremos pensar que eso se debió a una de esas extrañas negociaciones que acostumbran las diversas corrientes en Acción Nacional, lo cierto es que eso no fue garantía para que este personaje consiguiera las simpatías necesarias.

Y es que resulta que Max García consiguió poquito más de 600 votos de sus correligionarios, pero también acumuló poco más de votos anulados con abucheos incluidos. Es decir más de una palabra altisonante salió a relucir en dichas boletas anuladas.

Pero la pregunta es que podríamos leer entrelineas de este hecho: dos cosas que los panistas van a entregar el distrito V y que la actual administración estatal que encabeza Kiko Vega va a dejar sólo a Max en su próxima empresa y lo malo para él es que ya no está su gran amigo Osuna Millán para salvarlo como dirían en el Chapulín Colorado ¡Oh y ahora quien podrá defenderme¡

Habrá que ver como juega sus cartas Max García con un panorama muy diferente a las ante pasadas elecciones locales, donde toda la maquinaria del sistema gubernamental se movió para que el señor consiguiera un escaño en el Congreso Local para hacer un papel modesto por calificarlo de alguna manera.

Y dicha tarea va a estar todavía más difícil porque uno de sus contrincantes será Javier Camarena Salinas en el PRI, quien a diferencia de Max tendrá todo el apoyo del Presidente Municipal de Tijuana, Jorge Astiazarán Orcí y por lo tanto de la nómina municipal.

Y cambiando un poquito de tema la tragicomedia continúa en el Sindicato de Burócratas a nivel estatal y municipal, porque la guerra de declaraciones continúa entre Manuel Oceguera Villa, Martín Plascencia y Victoria Bentley.

Los unos le tiran a los otros, y estos otros la devuelven. Van y vienen a la PGJE acusándose de todo y mientras la falta  de liderazgo en esta agrupación es evidente.
Recientemente Oceguera Villa denunció a su antecesor Martín Plascencia en la PGJE por desvió de recursos, y este le devolvió la bolita denunciando a su vez a José Luis Parra, Secretario de Conflictos por difamación, mientras Victoria Bentley acusa a Manuel Oceguera y éste dice que ella no quiso apoyar el asunto de la reforma a ley del Servicio Civil.

Lo cierto es que no hay ni a cual irle, porque es un hecho que Oceguera Villa por alguna razón desconocida se resiste a convocar a una asamblea a casi un año de haber asumido el puesto de Secretario General y que su principal operador Parra Vázquez continúa metido en broncas porque lo acusaron de abuso sexual en la misma instancia, la PGJE donde nadie ha dicho esta boca es mía.

Pues habrá que esperar a ver en que termina toda esta historia que parece una tragicomedia donde nadie tiene la culpa, pero todo mundo acusa a su compañero y total que nada se resuelve. Como siempre ahí lo dejamos a la reflexión.