La cuesta arriba
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La cuesta arriba

TIJUANA, BC - martes 30 de diciembre de 2014 - AFN.
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Palco de Prensa

Aunque ya pasó el Día de los Santos Inocentes, no se trata de una broma. Es la puritita verdad.
 
A partir del 2015, desaparece la llamada “cuesta de enero”. Esa difícil situación económica que enfrentan muchos mexicanos al inicio de cada año. Luego de haber disfrutado la temporada decembrina.
 
Y es que, la tradición no cambia. La cena de navidad y los regalitos, el brindis de despedida del año y la bienvenida al que empieza. Si sobra algo, pues la rosca y el chocolate. Ninguna cantidad de dinero alcanza.
 
Es lógico que resulte difícil enfrentar el inicio de cada año.
 
Tan seria está la cosa, que a partir de este 2015, desaparece la llamada “cuesta de enero”. No, no es gracias a alguna propuesta de los flamantes legisladores. Aclarando, la cuesta de enero se prolongará a lo largo de los 12 meses del año.  
 
Ahora será la cuesta de enero, la cuesta de febrero, la cuesta de marzo y así, sucesivamente, durante cada mes del año.
 
Los economistas, conocedores de la materia, son optimistas y auguran que la cuesta se prolongará hasta marzo, conforme a las estadísticas oficiales.  
 
Pero, la realidad, es que todo el año 2015 será cuesta arriba.
 
Irónicamente, lo que vendrá a aliviar un tanto esta crisis, son las campañas políticas. Y en esta ocasión aún más. Después de los comicios del 2015, en que se elegirán diputados federales, que en Baja California son 8 posiciones, en el 2016 vienen las locales, que implicará la renovación de alcaldes, regidores, síndicos procuradores y síndicos sociales, así como diputados locales.
 
En cada proceso electoral, se da un fenómeno socioeconómico. Los que concluyen sus respectivas gestiones, pues se van a descansar, con sus respectivos equipos de colaboradores. Gorditos y con las bolsas llenas. Condiciones estas que les permitirán afrontar, las futuras crisis.
 
A su vez, los que “por el voto popular”, llegan al cargo, junto con sus colaboradores, recibirán jugosos sueldos y prestaciones, que les permitirán aliviar hambres y frios.
 
Definitivamente, las contiendas electorales, reactivan la economía. Las obligadas reuniones de corte político en los expendios de comida, dan trabajo e ingresos a propietarios y empleados de restaurantes, desayunadores y otros espacios propicios para ello.
 
Las labores proselitistas, reactivan muchas actividades. Por ejemplo, el diseño, impresión y colocación de todo tipo de propaganda política. Camisetas, banderolas y artículos diversos.
 
En esta ocasión, la cuesta será aún más pronunciada que en otros años. “Gracias” a la homologación del IVA y al estancamiento general de la economía, provocada por las reformas estructurales propuestas por el Presidente priísta Enrique Peña Nieto, avaladas y aprobadas por los legisladores de todos los partidos políticos, que, en su mayoría, siguen cumpliendo con lo estipulado en el Pacto por México. Claro, esto no es de a gratis.
 
Y ojalá que la cuesta, fuese simplemente de penuria económica. Así, a secas.
 
La pobreza, genera hambre, frio, enfermedades.
 
Además, desintegra familias. Muchos hombres, se sacuden sus responsablidades y abandonan esposa e hijos. La mujer tiene que laborar, para subsistir y los hijos abandonan sus estudios y se involucran en actividades delictivas.
 
Desgraciadamente, la pobreza genera muchos males sociales. Aumentan los robos, los asaltos, el narcomenudeo, los homicidios. Las relaciones sociales, en general, se degradan.
 
Eso es, al menos, el panorma desolador, de una cuesta tan prolongada.
 
Una cuesta, que  no será de uno, dos o tres meses. Quizás hasta más allá de los doce meses del año.  
 
Pudiese ser distinto, si se impartieran cursos de economía doméstica, en todos los niveles de la educación. Aprender a administrar, los recursos y fomentar el ahorro.
 
Gastar, solamente lo necesario y guardar lo que sea posible, precisamente para los malos tiempos.
 
Recurrir a las celebraciones de tipo simbólico, con austeridad, sin derroches.
 
A su vez, que los gobernantes cambien sus políticas asistencialistas, esas consistentes en regalar cobijas o despensas, por cursos de capacitación técnica. El enseñarles a pescar, en lugar de regalarles los pescados.
 
Esto no ocurre, porque se llevan a cabo, con propósitos meramente electoreros. Las despensas y las cobijas, son los “argumentos” que utilizan, para demostrar a los electores, que ellos “sí saben gobernar”. Algo así como “dar atole con el dedo”. Lo peor, se los dan con su propio dinero. Bueno, mejor dicho, con dinero público. 

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