Palco de Prensa
No importa cual sea la situación económica de los mexicanos, unos solventes y otros pobres, cabe advertirles, que ayer no abrieron las instituciones bancarias y hoy viernes operan normalmente. Efectivamente, hoy puede ser uno de los tradicionales viernes negros. Puede haber desagradables sorpresas.
El pasado jueves, al cierre de operaciones de la Bolsa Mexicana de Valores y de las instituciones bancarias en general, la cotización del dólar en las ventanillas bancarias, estuvo a 15 pesos por 1.
Desde la administración de José López Portillo, la paridad peso-dólar, es un reflejo de la crisis económica de México.
La historia de las devaluaciones del peso mexicano, muestran la debacle de la economía de México. Da pena saber que en el imperio de Agustín de Iturbide, la paridad del peso era de 0.97 pesos por cada dólar.
Peor aún. Wikipedia, la Enciclopedia Libre, narra que cuando Estados Unidos logra su independencia, se vió en la necesidad de crear una moneda nacional, pero mientras esto ocurría, mediante decreto de 6 de julio de 1785, las monedas fabricadas en México, pasaron a ser la base del sistema monetario estadounidense, solo que se les drenominaría dólares y la paridad se fijó en un peso por dólar estadounidense.
El dólar estadounidense se empezó a acuñar hasta el 2 de abril de 1792, en que se estableció la Casa de Moneda de los Estados Unidos. Incluso, en 1793 el Congreso de los Estados Unidos declaró a las monedas mexicanas medio de pago legal, y en esa calidad se mantuvieron hasta el 21 de febrero de 1857.
Sin embargo, después de esta posición extraordinaria, la historia de la monedamexicana ha sido desastrosa. Casi dramática.
Durante los primeros 100 años, a partir del imperio de Agustín de Iturbide, y hasta 1911, cuando concluye el porfiriato, el peso se mantuvo estable, salvo algunas variantes, pero logró regresar a una paridad de tan solo 2 pesos por dólar.
En la administración de Lázaro Cárdenas del Río, 1934-1940, la paridad del peso creció de 3.50 a 6.48 pesos.
Con Miguel Alemán Valdés, 1946-1952, creció un poco más, de 6.88 a 8.65 pesos.
Luego, en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, 1952-1958, llegó a la paridad de los 12.50 pesos, que se mantuvo durante 20 años.
Con López Portillo, 1976-1982, vinieron los descalabros. Las devaluaciones aceleradas, la nacionalización de la banca. De nada sirvió su promesa de que defendería el peso, como un perro. Al finalizar la administración de Miguel de la Madrid, 1988, la paridad llegó a 2.289.58 pesos por dólar.
Con Salinas de Gortari, 1988-1994, las cosas estuvieron peores. La paridad llegó a 3,410 por dólar. Era rídiculo, grotesco, cargar 30 mil pesos, para comprar una camisa o un pantalón.
Dizque para facilitar las operaciones mercantiles, el 22 de junio de 1992, se publica un decreto, para hacer un cambio en la denominación de la moneda, en base al cual, a partir del 1 de enero de 1993, se establecen los llamados Nuevos Pesos, que eran similares a los anteriores, pero eliminando 3 ceros.
Así, 1000 pesos, se convierten en un peso. Esto ocasionó un serio trastorno, porque no fue fácil la sustitución de la moneda y durante algún tiempo, se utilizaban ambas. Todo equipo, de medición de productos o registro de ventas, fue necesario ajustarlo. El proceso tardó 3 años, para luego eliminar la denominación de los nuevos pesos.
Sin embargo, las devaluaciones no terminaron. En la administración de Ernesto Zedillo, 1994-2000, la paridad llegó a 9.360, bajo la denominación de los nuevos pesos, equivalentes a 9 mil 360 pesos por dólar.
Con Vicente Fox, 2000-2006, llegó 10.880 Pesos. Con Felipe Calderón, 2006-2012, alcanzó los 11.350, aunque debido a la crisis económica mundial, llegó a estar hasta 15.365 pesos por dólar, pero logró recuperarse.
Con Enrique Peña Nieto, el miércoles pasado, cerró a 14.40 pesos por dólar, aunque a la venta al público alcanzó los 15.00 pesos por dólar. Si le regresaran los 3 ceros que le quitó Salinas de Gortari, la paridad sería de 15 mil pesos por dólar.
En esas condiciones, el salario mínimo general para esta zona, en lugar de los 70.10 pesos diarios, sería de 70 mil 100 pesos, o sea 490 mil 700 pesos por semana. Pero como dicen los empresarios que aquí les pagan 2.5 veces el salario mínimo, entonces a cada trabajador le pagarían 1 millón 226 mil 750 pesos semanales. Todos los mexicanos serían millonarios, aunque se estuvieran muriendo de hambre.
Sin embargo, sería el caos, pues un kilo de tortillas no costaría 14.00 pesos, sino 14 mil pesos. Sería más costosa la emisión de las monedas, que el valor nominal de las mismas.
Claro, hay muchos otros factores que intervienen en la fijación de la paridad, como lo son los intereses internacionales, pero refleja la ineficiencia de los gobernantes. Nadie se salva.
