Palco de Prensa
A menos de un año de iniciar su operación la llamada Sindicatura Social, se ha desatado una campaña para plantear supuestas incomodidades por su existencia, a fin de poner a consideración la posibilidad de desaparecerla. Como si fuese un juego.
Los promotores de esto, principalmente políticos panistas, argumentan, básicamente, un costo elevado y duplicidad de funciones con la Sindicatura Procuradora, para pronunciarse por su desaparición. Dicen, que no tiene razón de ser.
Aunque no decían eso, cuando la crearon.
La Sindicatura Social fue creada mediante Dictamen Número 6, de fecha 16 de octubre del 2012, como parte de la Reforma Política Electoral, aprobada con 22 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones.
La iniciativa específica para su creación fue presentada por el Grupo Parlamentario del PRI en la Legislatura estatal.
La intención era que el partido político que no lograra la Alcaldía, al quedar en segundo lugar de votación, tuviese una representación destacada en las labores del gobierno municipal en turno.
Los panistas daban por hecho que la alcaldía de Tijuana sería para ellos. En especial, por el cúmulo de “leyendas urbanas” surgidas por supuestos malos manejos del XX Ayuntamiento, encabezado por el priísta Carlos Bustamante Anchondo.
Pero resulta que no les salieron las cuentas, y la posición que suponían sería para los priístas, les tocó a ellos. La legislación correspondiente determina que la Sindicatura Social la ocupará el síndico procurador de la planilla perdedora.
El síndico procurador de la planilla panista, que encabezaba Alejandro Monraz, lo era Antonio Valladolid, pero a lo largo de la campaña electoral, logró amarrar con Kiko Vega, la Secretaría de Planeación y Finanzas del gobierno estatal.
Obviamente, ser el titular de Finanzas del Ejecutivo Estatal, es mucho más que simplemente ser síndico social. Por eso, Valladolid desdeñó la posición en el gobierno municipal de Tijuana.
Como esta es una posición de elección popular, no es renunciable. Se suponía que Valladolid acudiría a tomar posesión como síndico social y que luego pediría licencia, para asumir la titularidad de la Secretaría de Finanzas.
El caso es que el gobernador Kiko Vega y sus colaboradores tomaron posesión un mes antes, o sea el 1 de noviembre del 2013. Entonces, parecía absurdo que tuviese que pedir licencia al cargo estatal, para asumir el municipal.
Esto generó confusión en el evento de toma de posesión del XXI Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por el doctor Jorge Astiazarán Orcí, el día primero de diciembre del 2013.
Se recuerda que el propio alcalde, aprovechando la presencia del diputado René Mendívil, con el carácter de presidente de la Legislatura, le pidió hiciera constar la inasistencia de Antonio Valladolid, quien debería de rendir protesta como síndico social.
El legislador priísta hizo la observación de que el asunto era competencia exclusiva del Ayuntamiento, que el Congreso era ajeno al respecto.
Ante la confusión, el ingeniero Bernabé Esquer, suplente de Valladolid, asumió el cargo.
Hubo polémica para el inicio de actividades de la Sindicatura Social, pues no había espacio en donde funcionara. Se trató de acomodarla dentro de las instalaciones de la Sindicatura Procuradora, pero el titular, Arturo Ledesma Romo, se opuso.
Se tuvo que habilitar oficinas provisionales en un pasillo.
A casi un año de distancia, el síndico social, Bernabé Esquer, dice que ha atendido un total de mil 500 quejas, asesorías o solicitudes de información y que esto se incrementará, a partir de haber instalado un módulo en las oficinas de la Delegación Municipal de La Mesa y que luego se instalarán en el resto de las delegaciones.
Sin embargo, los panistas insisten en que durante la segunda etapa de la Reforma Político Electoral de la actual Legislatura, plantearán la desaparición de la Sindicatura Social.
Obvio, resulta extraño que ostentando un panista dicha posición en el XXI Ayuntamiento, sea el PAN el que pretenda su desaparición.
No hay que darle muchas vueltas al asunto. Los panistas presumen que en los comicios del 2016 recuperarán la Alcaldía de Tijuana, y entonces la Sindicatura Social les sería incomoda. De eso se quejan con frecuencia los funcionarios priístas de la actual administración municipal.
El índico social se las ha arreglado para participar en la mayoría de las reuniones de comisiones de regidores, que generalmente son privadas. Y los cuestiona.
Asimismo, se la pasa “bombardeando” con escritos a todos los funcionarios municipales, para integrar expedientes en relación a los asuntos más controvertidos.
De paso, es miembro del Cabildo y por lo tanto, en los casos en que estima pertinente, plantea posicionamientos especiales, con los que generalmente genera incomodidades.
Incluso, más incomodidades que la Sindicatura Procuradora, que inicialmente provocó un escándalo, cuando el alcalde Astiazarán reveló que estaba siendo extorsionado por los hermanos Ledesma Romo.
Ese es el meollo del asunto, de la pretendida desaparición de la Sindicatura Social. Las incomodidades que genera.
