Palco de Prensa
Apenas el pasado sábado, 4 de octubre, comentaba el columnista la farsa montada por el rector de la UABC, Felipe Cuamea Velázquez, haciendo un desesperado llamado a defender la autonomía universitaria, pero no precisamente porque le preocupe la existencia y destino de la Máxima Casa de Estudios, sino como parapeto, para eludir responsabilidades por su pésima labor administrativa.
Incluso, aprovechó la ocasión para empatar el lío en que está involucrado, al invertir en la Bolsa Mexicana de Valores recursos económicos universitarios, con la designación de quien habrá de sucederlo en el cargo de rector, a partir de fines de enero del 2015, argumentando que esto ocurre siempre en cada proceso de sucesión rectoril.
Sobre todo, fue más que evidente, la intención de Cuamea Velázquez de tratar de sacudirse a los diputados locales, que insisten en cuestionar sus malos manejos financieros de la UABC, aseverando que es un botín apetecible y que muchos quisieran meterse hasta la cocina. Por ello la farsa de que la autonomía universitaria está en peligro.
El rector trató de blindarse, escondiéndose tras la autonomía universitaria, pero con la única intención de salvar el pellejo. Por ello, desempeñó el papel de un niño, al que otros le quieren arrebatar su juguete favorito.
En principio, mediáticamente, logró su propósito. Hubo quienes empezaron a ver con ojos de pistola a los políticos, que supuestamente pretenden meter las manos a la UABC. Aunque se recuerda que ninguna advertencia hizo al respecto, cuando el gobernador Osuna Millán las tenía metidas, a través de su secretario de Desarrollo Económico y ex rector, Alejandro Mungaray.
Sin embargo, lo que el rector Cuamea no tomó en cuenta, es que los universitarios, o sea los que cursan estudios en la UABC, o los que los cursaron, no cayeron en el engaño y lo cuestionan seriamente. De paso, el desarrollo del proceso de designación del nuevo rector, ha evidenciado que la legislación que regula a la Máxima Casa de Estudios, es obsoleta y antidemocrática.
Al interior de la Universidad, Cuamea no ha podido sofocar y evitar los reclamos de los universitarios, pese a las acciones, casi dictatoriales, que ha emprendido. Para empezar, dieron de baja a todo aquel alumno que no cubrió el 100% del costo de inscripción, separó de la función docente a maestros disidentes, e impidió toda manifestación sobre el asunto de los malos manejos de la administración de la UABC.
Lo que no pudo evitar, es que los universitarios utilizaran las redes sociales, para hacer circular textos y videos, no solamente sobre las cuestiones financieras de la UABC, sino también respecto a la obsoleta o anacrónica legislación universitaria.
YouTube, Facebook e incluso correos electrónicos, han sido el conducto de las inquietudes de los universitarios, que no cayeron en el engaño de la farsa de Cuamea, esa de que había que defender la autonomía universitaria.
En especial, un video en YouTube, llama la atención. Es relativo a la participación del joven estudiante de Maestría en Administración Pública, Isli Neftalí Pérez López, durante el Foro para la elección de rector, celebrada el pasado 3 de octubre, en Ensenada.
De manera sencilla, el universitario mostró, que ni los miembros de la Junta de Gobierno, ni el rector, reúnen, fehacientemente, los requisitos que exige la Ley Orgánica de la UABC. Subrayando, de manera particular, haberse distinguido de su especialidad, haber demostrado interés en asuntos universitarios o de índole cultural y gozar de estimación general como persona honrada y prudente.
Al respecto, cuestiona a los presentes: “Yo les pregunto, porque dice al último, gozar de estimación general, como una persona honorable y prudente… ¿estimación general? ¿Cuántos de ustedes conocían a los miembros de la Junta de Gobierno?” Observa a los presentes e indica: “son pocos. Si gustan, tomar las cámaras, yo no estoy inventando”.
Y sigue: “¿Cuántos no conocían a los miembros de la Junta de Gobierno?” En el video, se observa que la mayoría levantan la mano e indica que es la mayoría.
Luego, pregunta: “¿entonces, cómo podemos determinar, que existe estimación general, y que son personas honorables y prudentes?
O sea, que este criterio, también le fue aplicado a nuestro distinguido Felipe Cuamea Velázquez. Qué bárbaro…”
Entonces, hace hincapié en que un reducido número de personas, 11, supuestamente honorables y prudentes, designan al rector, por más de 50 mil estudiantes y más de 100 maestros.
Luego, entre otras cosas, señala que : “no es posible, que un pequeño grupo, elitista, denominado Junta de Gobierno, tome la decisión de elegir rector, la cual nos corresponde también a alumnos y maestros”.
Y recalca: “en UABC, al rector, lo elegimos todos. Despidamos a la Junta de Gobierno, porque seguramente será la última que pase por nuestra universidad”.
Por cierto, para el colmo del rector Cuamea y los 11 “notables” de la Junta de Gobierno, que desesperados agitan la bandera de la autonomía universitaria, cabe observar que la Ley Orgánica de la UABC, puede ser reformada por la Legislatura estatal y establecer que en lo sucesivo, el rector sea electo en un proceso democrático por el Consejo Universitario, integrado por maestros y estudiantes. Y ni modo que digan que no pueden.
Aunque le pese a Cuamea Velázquez y al grupo que domina a la UABC, somos muchos los que podemos decir: #YoSoyUABC.
