Palco de Prensa
Creyendo, seguramente, que Baja California es un rancho grandote, y los bajacalifornianos ignorantes y huarachudos, el delegado de la Secretaría de Gobernación, José Luis Hernández Ibarra, al asistir esta semana a la reunión semanal de la Agrupación Política de Baja California, adherida al PRI, amenazó -porque no fue una simple advertencia- que denunciará penalmente a quien hable mal del presidente Enrique Peña Nieto o difame a alguna institución del Gobierno Federal. ¡Huy qué miedo!
Dicen que nadie podía creer lo que estaban escuchando. Si supiera dicho funcionario, que los bajacalifornianos, dolidos por los serios estragos ocasionados a la economía de esta entidad por la homologación del IVA, constantemente, en especial por las redes sociales, hacen fuertes comentarios, observaciones o señalamientos en contra de Peña Nieto.
Básicamente, por el mentado centralismo, que a 3 mil kilómetros de distancia dicta acuerdos o medidas lesivas para los bajacalifornianos, porque dizque son unos privilegiados. Porque, para ellos, se es privilegiado al tener a corta distancia a Disneylandia, Hollywood, Las Vegas y otros puntos importantes de la Unión Americana.
No entienden que no se puede ser privilegiado, cuando de este lado de la frontera, se gana tan solo 67.28 pesos como salario mínimo diario, cuando que allende la frontera, ganan el doble o el triple, y quizás más, pero por hora. Que la vecindad entre un país de primer mundo y uno apenas en desarrollo, es injusta e indignante.
Que atraídos por esa economía deslumbrante, cada día llegan a esta frontera cientos o miles de mexicanos en busca de mejores condiciones de vida y arriesgan la vida misma, tratando de lograr realizar su sueño.
El citado funcionario, el forastero pues, aprovechó la ocasión para lanzar al aire un reto intimidatorio al joven empresario Juan Manuel Hernández Niebla, coordinador de los Consejos Coordinadores Empresariales en la entidad, porque, según él, ha hablado mal de Peña Nieto y de las dependencias del Gobierno Federal.
Dicen que, cual bravucón y pendenciero, dijo que “este muchacho” hizo una declaración, en la que afirmó que la Policía Federal, en lugar de venir a ayudar, viene a extorsionar.
Luego lanzó la amenaza : “si yo le pido a la Policía Federal, al rato voy a estar con el nuevo comisionado, es el comisario Castañeda, si yo le pido ahorita a él, que presente una demanda en contra de este empresario, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, pues lo voy a meter en problemas”.
Cuentan que, si los ojos fuesen pistolas, muchos de los presentes hubiesen fulminado al forastero. Qué osadía, venir a Baja California, representando al gobierno del presidente Peña Nieto, quien precisamente por las reacciones de los bajacalifornianos ante el incremento de la tasa del IVA del 11% al 16%, no se ha atrevido a visitar por temor al rechazo popular y a recibir reclamos airados. Cuando estuvo en Tecate, la logística lo blindó, para que no hubiera reclamo alguno. En especial, le advirtieron a Kiko Vega que no dijera “ni pío” sobre el IVA. Como no lo hizo, aunque luego mintió diciendo que si.
Pero volviendo a las amenazas del delegado de Gobernación, sobre todo contra Hernández Niebla. Se equivocó rotundamente. En los años 60´s, tales amenazas hubiesen hecho temblar a cualquiera. Ahora todo es diferente. Como lo demuestra la reacción que eso provocó.
Hubo quienes lo tildaron de retrógrada, de atentar contra la libertad de expresión y obviamente se pronunciaron a favor del líder de los CCE e incluso pidieron su retiro al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. El funcionario federal vino a apaciguar a los bajacalifornianos, pero no supo en la que se metió. Lo más que logró, a su favor, es que si nadie lo conocía, ahora muchos lo conocen. Es la “comidilla” del día.
Todo esto se originó, porque luego de que el 3 de septiembre llegaron a Tijuana 300 elementos de la llamada Gendarmería Nacional, los periodistas cuestionaron a Hernández Niebla sobre la presencia policial federal. El líder de los CCE no es dado a las bravatas, pero no le saca a hacer señalamientos.
Dijo que la Policía Federal ha ayudado poco en la región, que por el contrario, ha extorsionado. Asimismo, recalcó que en cada sexenio sólo le cambian el nombre a la corporación federal.
Eso bastó para provocar la ira del delegado de la Secretaría de Gobernación. Ha de haber estado echando espuma por la boca cuando lanzó la amenaza contra Hernández Niebla. Ni siquiera se imaginó el lío en que se estaba metiendo.
Lo bueno es que se trata de un funcionario segundón. Porque, imaginen nada más que en lugar de un simple delegado, fuese el mero secretario de Gobernación. Ya hubiese mandado a fusilar o colgar de algún árbol a muchos bajacalifornianos, por expresarse mal de Peña Nieto. Afortunadamente, como dicen, Dios no da alas a los alacranes.
Además, el funcionario no solamente equivocó las formas o estilos, pues pudo haber solicitado a los bajacalifornianos, que al criticar al presidente de la República, lo hagan mesuradamente, que le den tiempo a que surtan efectos positivos las reformas estructurales.
También se equivocó en la víctima de sus rabietas. Precisamente por ser forastero, no sabe que Hernández Niebla, además de ser un joven empresario, es un individuo valiente, que encabezó el movimiento para formular el amparo de los bajacalifornianos en contra de la homologación del IVA. Que de atreverse a denunciarlo penalmente, por decir la verdad, sería el delegado de Gobernación, el que hubiese salido huyendo de Baja California.
Sí es cierto, el columnista señalaba en días pasados, que todo indicaba que la Secretaría de Gobernación volvería a ser una posición presidenciable y que indudablemente adoptaría la línea dura que ejercía en los años 60´s. Pero a este señor, se le pasó la mano. Los tiempos cambiaron y Baja California no es un rancho. Que se vaya con sus bravatas a otra parte.
