El próximo miércoles 1 de octubre, el gobernador Francisco Arturo Vega de Lamadrid –le gusta que le digan Kiko- deberá rendir su Primer Informe de Gobierno.

 

La fracción V del artículo 49 de la Constitución Política del Estado, en el Capítulo II, de las facultades y obligaciones del gobernador, señala, entre otras obligaciones, la de “Rendir un informe general, por escrito, del estado que guarda la Administración Pública, remitiéndolo al Congreso a la apertura del primer período de sesiones ordinarias”.

 

Esa es la formalidad prevista y exigida por la Constitución local. El gobernador, habrá de hacer llegar su Informe a la Legislatura estatal, por conducto del secretario general de Gobierno.

 

Sin embargo, argumentando un supuesto programa de austeridad, Kiko eliminó el evento político relativo al Informe, que tradicionalmente celebra el jefe del Ejecutivo Estatal, en el que hace una síntesis de sus supuestos logros y además da un mensaje ante representantes de las fuerzas políticas de la entidad, incluyendo el sector empresarial y otros más.

 

Se le conoce como el clásico “besamanos”, porque los políticos, y los que no lo son, además de que acuden a muestrearse, haciendo una larga fila, van y saludan de mano al gobernador, felicitándolo por su “excelente informe”. Hipocresía pura, pero en fin.

 

En esta ocasión, no habrá “besamanos”. Qué lástima, porque, políticos y quienes no lo son, ya estaban preparando sus mejores ropitas para el lucimiento. En especial, aquellos que aspiran, y suspiran, por una candidatura para algún cargo de elección popular. En el 2015, diputaciones federales. En el 2016, diputados locales, alcaldes, síndicos y regidores.

 

Los voceros oficiales, así como los oficiosos, ya han calificado esta como una atinada medida, “acorde al programa de austeridad, anunciado desde el inicio de su administración”.

 

¿Pero cuál austeridad, si la administración kikista, se ha distinguido por el derroche de recursos públicos?

 

Licitaciones sospechosas, como la de las licencias de conducir, otorgada en forma directa a una empresa, sin experiencia, en algo así como 10 millones de dólares, la que a su vez las adquirirá a una empresa estadounidense, en tan solo 1 millón de dólares. Eso es lo que llaman austeridad. Ni la burla perdonan. 

 

Los constantes viajes, tanto al interior de la República Mexicana, en especial a Baja California Sur, al poblado de Los Barriles, así como al extranjero, acompañado de su comitiva, dizque para atraer inversiones.

 

Claro, antes y después de cada viaje, Kiko o sus colaboradores, hablan de millonarias inversiones y de un panorama halagador y fantasioso para Baja California. Lo que ya se conoce como “kikolandia”, totalmente distinta o ajena a la realidad de la entidad.

 

La verdad, el “besamanos”, fue cancelado, por recomendaciones de sus asesores. Fue la forma más sencilla y efectiva de “blindar” a Kiko. Saben, que de hacer un evento público, de lucimiento, le pudiese resultar contraproducente. 

 

Los políticos, y los que no lo son, aprovecharían la ocasión para muestrearse, pero principalmente porque es sensacional ver en persona a Kiko. Es un fiel imitador del mimo mexicano Mario Moreno “Cantinflas”. El video de “Las kikadas”, lo lanzó a la fama.

 

Además, es divertido escuchar sus referencias sobre las maravillas de Baja California. Sobre todo los logros de su administración, que son meramente virtuales, pues son totalmente contrarios a las cifras o estadísticas oficiales. Por ello lo de “kikolandia”, una tierra fantasiosa, que sólo existe en la mente de los kikistas.

 

Una economía estancada, o mejor dicho, con marcado descenso en las inversiones extranjeras o nacionales, el desempleo desesperante, una incidencia delictiva a la alza, casi nulos programas de inversión en obra pública, un desastre en el área de la educación, miles de jóvenes sin cabida en la educación superior, y la educación básica sin maestros.

 

Programas asistencialistas, como el “De la mano contigo”, que consiste en dar tarjetas, mero “atole con el dedo”, para hacer creer a la gente pobre que Kiko está preocupado por quitarles el hambre y arrebatarlos de la pobreza, cuando que la verdadera intención es conservar la clientela electoral, para futuros comicios..  

 

Pero el problema, ante un evento público, no sería el gran número de invitados especiales. Que finalmente se divierten, ríen, aplauden y se retiran. 

 

El problema o el verdadero riesgo, sería la asistencia de los bajacalifornianos, no invitados, que ya estaban listos para acudir a reclamarle, la no solución a las carencias que afrontan. Seguro, lo lincharían.

 

Ahí estarían, sin duda alguna, en primer lugar, los profesores de educación básica, a quienes les adeuda unos 600 millones de pesos, por concepto de interinatos cubiertos y no pagados, así como pensiones, o jubilaciones que no se concretan, por falta de recursos.

 

Se los prometió, muy formalmente, para evitar que suspendieran clases, apenas al inicio del ciclo escolar. Pero no les cumplió.

 

También estarían ahí, los empleados del gobierno estatal y municipales, a los que tiene amenazados con sacar una nueva Ley del Issstecali para posponerles la posibilidad de lograr una jubilación y obviamente pensionarse.

 

La estrategia de la austeridad, es plan con maña. Se ahorrarán con la cancelación del “besamanos”, pero derrocharán millones en los medios de difusión, que implicará pactar favores, hacia las futuras contiendas electorales. Para que digan, que “kikolandia”, sí existe.