Palco de Prensa
Como pocas veces antes, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI ha dedicado tiempo y esfuerzo, para formar líderes. Claro, con gente nueva, sana, honesta, dispuesta a superarse y a participar en actividades políticas, al reconocer que enfrenta un gran problema, al igual que las demás organizaciones políticas, que es la falta de liderazgos.
Para ello, cuenta con el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político, que es la instancia rectora, coordinadora y responsable de la formación ideológica y política de sus miembros y simpatizantes, que a la vez tiene a su cargo la realización de programas que impacten en el desarrollo político de la organización y sus militantes.
Se estima que hay aproximadamente 400 alumnos del llamado Icadep. Su forma operativa de capacitación, se le conoce como Escuela Nacional de Cuadros, en donde los conferencistas son expertos en materias o temas de interés nacional. Energía, economía, publicidad, fiscalización, activismo, cultura, imagen, etc. Los trabajos han sido de enorme trascendencia, toda vez que en cada sesión de trabajo, presencial, asiste un secretario de Estado.
El propio presidente del CEN del PRI, César Camacho, ha dicho que : “Son a los jóvenes a quienes el partido habrá de depositar en sus manos, la responsabilidad de encabezar los cargos políticos, para dignificar la política e imprimirle rumbo a México”. Bonito el discurso, pero no coincide con la realidad.
Lo cierto es que los viejos priístas, no les dan paso libre a los jóvenes. Siguen pensando que a los jóvenes les corresponde atender las tareas tradicionales, como ser porristas de sus candidatos, pegar mantas o carteleras proselitistas, distribuir folletos o volantes. Ser simples suplentes en las fórmulas y, en casos especiales, ocupar cargos menores. Algún día aprenderán y alcanzarán la madurez suficiente para puestos titulares, han de decir los viejos priístas.
El Icadep, que a nivel nacional dirige el doctor Guillermo Deloya Cobián, en Baja California es prácticamente inexistente. La supuesta dirigente estatal se llama Daniela Allende Reynoso, desde hace unos 6 años, pero casi nadie la conoce.
Sin embargo, los jóvenes bajacalifornianos que han acudido a la Escuela Nacional de Cuadros, no tienen oportunidad de poner en práctica sus conocimientos en la entidad, ni de preparar a nuevos jóvenes. No organizan foros, debates, las labores de capacitación son intrascendentes. Sólo tienen dirigente en Tijuana, que no recibe apoyo de la dirigencia estatal. En el resto del Estado, no hay representación.
El caso es que, recientemente, el CEN del PRI convocó a elecciones de los nuevos directivos del Icadep. Varios jóvenes egresados de la Escuela Nacional de Cuadros, se entusiasmaron, pues supusieron que al fin pondrían en funcionamiento dicha organización. Aunque para muchos de ellos, no pasó desapercibido que la dirigente estatal priísta, Nancy Sánchez Arredondo, estaba promoviendo a un tal Gerardo de la Torre, para dirigente estatal de la organización, tomando en cuenta una “atenta solicitud” del diputado federal Adán Ruiz. Efectivamente, el suplente de Fernando Castro Trenti, que está aferrado en ser el nuevo dirigente de la CNOP en la entidad y a quien ya muchos identifican como “El fantasma político”, por aquello de que por doquier se aparece, pero nadie lo puede ver.
La cuestión es que el principal aspirante a ocupar la dirigencia estatal del Icadep, lo fue un joven profesionista, Alberto Nava. Licenciado en Negocios, egresado del Centro de Estudios Superiores del Noroeste. Su curriculum es impresionante.
Fue campeón nacional de oratoria del certamen “Jóvenes del Nuevo México” que se realizó en Puebla, en 2006. Igual posición en el Foro Nacional de la Juventud IFE 2009, así como en el Debate Político Nacional que tuvo lugar en Baja California en el 2009.
Recibió el Premio Tijuana Joven 2009, en la categoría de actividades académicas, y dos años más tarde, en 2011, por “Aportación a la Cultura Política y Democracia”, así como el Premio Liderazgo Joven de Baja California, en el 2011.
Aunque aún es muy joven, sintiendo que tiene los méritos para ser el dirigente estatal del Icadep en Baja California, Alberto manifestó sus inquietudes directamente a la dirigente estatal del PRI, Nancy Sánchez Arredondo, al diputado local René Mendívil, líder de la fracción parlamentaria priísta en el Congreso del Estado, así como al diputado federal Adán Ruiz, aspirante a la dirigencia estatal de la CNOP, entre otros.
Se sabe, porque al fin de cuentas en política todo se sabe, que las pretensiones de Nava provocaron un serio berrinche en Nancy, por dos cosas básicas: le echaba a perder el compromiso que tenía con Adán Ruiz, para ubicar en el cargo a su recomendado y, lo peor, Alberto es hankista. “Cruz, cruz, que se vaya el diablo y que venga Jesús”, dicen que exclamaba, desesperada, como si efectivamente se le hubiese aparecido el diablo.
Para la dirigente estatal del PRI, era lo peor que le podría ocurrir, que un hankista pretendiera encabezar la organización encargada de capacitar a los jóvenes priístas en la entidad. Alberto Nava, es secretario particular de Mario Madrigal, el principal operador político del empresario priísta y líder del hankismo, Jorge Hank Rhon. Ufff.
Para no verse mal y tratando de evitar incomodidades, Nancy se comunicó al DF con el doctor César Camacho, presidente del CEN del PRI, y le solicitó que suspendiera el procedimiento de renovación de dirigentes del Icadep. Y como las mujeres pueden todo, o casi todo, pues sus deseos se convirtieron en órdenes, que el líder nacional acató de inmediato.
Total, Nava se quedó con las ganas de ser el dirigente estatal del Icadep y tuvo que experimentar en carne propia, que los buenos deseos de la dirigencia nacional, de dar oportunidad a los jóvenes para ocupar cargos de dirección, son simple discurso político. Nadie le dijo aquello de que: “para que no te desilusiones tanto, no te ilusiones tanto”.
Esto deja en claro, que mientras exista el castrotrentismo y el hankismo, es iluso pensar o hablar de unidad en el PRI bajacaliforniano. Y que doña Nancy, es berrinchuda.
