El "gato encerrado"
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El "gato encerrado"

TIJUANA, BC - jueves 17 de julio de 2014 - Gilberto LAVENANT.
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Palco de Prensa
 
Los conocedores del beisbol saben que en dicho deporte se da un fenómeno especial, en cuanto a la velocidad con la que el “pitcher” lanza la bola. El lanzador que arroja la bola a gran velocidad, es común que “ponche” a muchos bateadores. Sin embargo, curiosamente, quizás tenga mayor efectividad, el de “bola lenta”, pues los bateadores al turno, en su afán de volarse la cerca, por regla general “abanican”, sin que logren “conectarla”.
 
Va con peras y manzanas. Normalmente, suben a la “loma de lanzamiento” los “pitchers” que lanzan “piedras”. Aquellos que lanzan a gran velocidad, de forma tal que los bateadores no alcanzan a ver la bola y por lo tanto comúnmente fallan en su intento de hacerla “volar”.
 
Sin embargo, a esos lanzadores es relativamente sencillo “conectarles”. Sólo se requiere mantener la serenidad y tratar de “chocar” la bola. Al “conectarla”, se va, se va, se va, hasta que se pierde del otro lado de la cerca.
 
Irónicamente, no ocurre lo mismo con los lanzadores de “bola lenta”. Les llaman “bola de humo”, porque, aunque lanzan la bola como en “cámara lenta”, los bateadores se apalancan y batean con todas sus fuerzas, confiados en que lograrán un imparable. Pero la desesperación les gana, pues al tratar de “conectar” la “bobita”,  lo hacen antes de que la bola entre a la zona de “strike”, y los “ponchan”.
 
Sirva esta explicación, para referir la primer parte del comentario de este día. El síndico social, Bernabé Esquer, subió a la loma de lanzamientos, utilizó la treta de la “bola lenta” y varios de los bateadores, simplemente abanicaron. Se vieron pésimamente los hombres al bat. Traducido al lenguaje común, varios funcionarios involucrados, serán “liquidados”. 
 
¿De qué se trata esto? Es relativo al asunto de las luminarias, del que en los últimos días se ha hablado poco. Bueno, pues luego del receso por la fiebre futbolera, vuelven los escándalos por los manejos irregulares en la administración pública. Concretamente el caso del Programa de Modernización del Alumbrado Público de Tijuana, desarrollado de manera notoriamente irregular en el XX Ayuntamiento, encabezado por el empresario priísta, Carlos Bustamante Anchondo, que tanta polémica ha generado.
Cabe recordar que se adquirieron en arrendamiento poco más de 63 mil luminarias, con un costo de 144 millones de pesos, cuando que el precio de compra en el mercado, era de tan solo 30 millones de pesos. Aunque no se instalaron todas las lámparas, resulta que “desaparecieron” las retiradas, muchas de las cuales aún funcionaban. 
Cuando se desató el escándalo sobre este tema, por ahí salió a relucir la extraña desaparición de las lámparas retiradas. Inicialmente se dijo que las habían acumulado en un predio de la Zona Río. Pero desaparecieron, sin que el gobierno municipal pudiese acreditar su paradero final. Una tibia aclaración habría de decir, que fueron distribuidas en las delegaciones municipales. Y dieron números: 43,275 las “desaparecidas”.
Aquí es donde se da lo de la “bola lenta” del síndico social. Por una parte, por escrito, solicitó a los delegados municipales le indicaran si es que habían recibido luminarias en las cantidades que señalaba la versión oficial y conforme a supuestas constancias de entrega-recepción. Las respuestas fueron en el sentido de que no recibieron ni una sola luminaria. 
 
Intrigado por la presunta falsedad de las supuestas constancias de             entrega-recepción, sobre todo ante la negativa de los delegados municipales o confirmación de no haber recibido ni una sola, el síndico social, Ing. Bernabé Esquer, solicitó al Lic. Óscar Manuel Báez López, perito grafóscopo del Poder Judicial del Estado, que analizara las firmas estampadas en las supuestas constancias de entrega-recepción. 
 
La opinión pericial no deja lugar a dudas, en este asunto “hay gato encerrado”. Comparadas, la firma que se atribuye a Arturo Moreno Montenegro, en su calidad de Supervisor de Alumbrado Público de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, quien supuestamente  entregó las luminarias en las delegaciones municipales, fue estampada por la misma persona que presuntamente las recibió, bajo los nombres de José Manuel Orosco, Ricardo Valdez Martínez y Óscar Martínez Sánchez.   
 
Dicho en otras palabras, fue “puro cuento” eso de que fueron entregadas a las delegaciones municipales las luminarias retiradas, muchas de las cuales aún iluminaban la ciudad, cuyo número ascendió a 43 mil 275. O sea, desaparecieron “misteriosamente” y elaboraron las supuestas actas de entrega-recepción, simplemente para tratar de “taparle el ojo al macho”.
 
Esto lo hizo saber el síndico social al síndico procurador, Arturo Ledesma Romo, mediante Oficio SINDSOC/928/2014, de fecha 15 de julio del año en curso, indicándole, que conforme a los resultados de la indagatoria en el caso de la sustitución de las luminarias, “los elementos, consistentes en balastros, focos y fotoceldas, a que se contraen las actas de entrega-recepción y que supuestamente fueron entregadas a los delegados municipales para su debida utilización, nunca llegaron a su requerido destino, o fueron utilizadas en un fin distinto al uso público que les reviste, presumiéndose la comisión de conductas irregulares en cuanto a su disposición final, debiendo aclararse la responsabilidad de aquellas personas que tenían a su cargo la obligación de su resguardo, cuidado y debida utilización en su caso”.
 
“Lo anterior –le indica- para los efectos de que, atendiendo a las facultades persecutoras y atribuciones punitivas que le son propias a la Sindicatura Procuradora a su digno cargo, se realicen las indagatorias correspondientes, determinando las responsabilidades que el caso arroje y aplicando las medidas correctivas y las acciones sancionadoras que la Ley mandata en contra de los responsables”. Habrá qué ver a cuántos “ponchó” el síndico social, con su “bola lenta”.
 
Por cuanto hace a lo de que “hay gato encerrado”, debe entenderse que cuando se encierra al gato, los ratones y ratas “hacen su agosto”, como ocurrió en este caso. Los protagonistas de esta historia, han de haber dicho: “Como no le van a hacer nada a Bustamante, archivarán este asunto. Así es que ¡atáscate Matías!, que de esto no hay todos los días”. Y, como el “gato” estaba “encerrado”, pues dispusieron de las luminarias retiradas, y cuya desaparición, ahora tratan de justificar. Que liberen al “gato”, para aplacar a los ratones.
 
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