Dando y dando. Contará la historia que el presidente de la liga apostó todo por la reelección de un dictador recordado al paso de los años como un personaje caricaturesco, uno de esos caciques anacrónicos que a conveniencia retorcía las leyes, la normatividad, lo legal y lo jurídico y todas las sandeces escupidas a modo de flema en cada alocución afiebrada que lanzaba como poseído. El presidente de la liga fue uno de los valedores que le permitió a ese satrapilla alargar su gestión tan longeva como decadente. Por eso esperaba que, llegado el momento, el favor le fuera retribuido de forma incondicional. Y más temprano que tarde, llegó aquella oportunidad. Por un solo resultado en contra, el camino resultó más corto de lo esperado y los suyos quedaron eliminados de la contienda a las primeras de cambio a manos de su histórico rival. Entonces el presidente de la liga llamó al dictador para ponerse a mano. La ecuación era sencilla: dame a favor la protesta que interpuse ante mi rival histórico, ese al que tú tampoco quieres porque no votó por ti, así nosotros seguimos en la competencia y tú cobras venganza contra esa liga opositora que osó desafiarte. El presidente de la liga recibió respuesta afirmativa por parte del dictador, pero con un agregado: te doy la protesta, sí, con gusto, será un placer echar a esos quejumbrosos que me dieron la espalda, pero antes, tú sabes, necesitamos apoyos, recursos, así que entrégame 30 mil pesos y todos contentos. Y mientras el presidente de la liga, endeudado hasta el cuello, analizaba si pagaba o no el costoso favor, recibió la última recomendación por parte del dictador: esto queda entre nos y si alguien se entera diremos que es mentira y que la protesta se resolvió de acuerdo a la normatividad, lo legal, lo jurídico, lo federado. Y si no, que nos lo comprueben.
Buenos muchachos. ¿El Puma? Pero si el Puma es un bonachón, un tipo de esos que jamás pierden la sonrisa. Pura broma, pura alegría el Puma. ¿El Bule? Pues sí, el Bule se transforma cuando dirige. Vaya regañadas que les dedica a sus dirigidos sobre la duela, pero por eso le ha ido bien, por eso es quien es el Bule. ¿El Tarzán? Al Tarzán siempre lo veo igual, serio, reservado a la distancia, pero es de los que traen la música por dentro. Me cae bien por irónico, mordaz, un buen tipo también el Tarzán. ¿Y Ribeiro? Bueno, Ribeiro es uno de esos libradores de batallas perdidas contra el que sea cuando sea y donde sea; un belicoso en el buen sentido. Tampoco creo que mate ni una mosca Ribeiro. Sólo que a veces la gente lanza adjetivos al calor de un berrinche, aunque sea autoridad universitaria y aunque el tema de discusión involucre el homenaje póstumo a otro buen tipo como el “Compa”. ¿El Puma, el Bule, el Tarzán o Ribeiro, vándalos? Por favor.
Se nos va el mundial. Señores que organizan ruedas de prensa o eventos entre las nueve de la mañana y las tres de la tarde, ya falta poco para estar de regreso. Unos días, diez aproximadamente. Sólo ocho juegos. Por su comprensión, gracias.
