Columnista de la SillaRota: GABRIELA VISANI
La Copa del Mundo ha traído muchos turistas, en su mayoría hombres, al Brasil. La gran cantidad de hombres extranjeros en Brasil añadida a la difusión para el resto del mundo de la imagen de las mujeres brasileñas como "exóticas y disponibles" han hecho que el turismo sexual crezca mucho. La imagen de las brasileñas para el exterior es evidente, por ejemplo, en las camisetas que Adidas lanzó para la Copa Mundial, que tienen fotos de mujeres semidesnudas.
Con el aumento del turismo sexual, en el período de la Copa, también hay un aumento de la prostitución y del tráfico sexual. Cerca de muchos estadios, como el Itaquerão en la ciudad de São Paulo, se instalaron varios burdeles, así como denuncias de prostitución infantil.
La prostitución – así, sin tráfico y con mujeres adultas – es una forma de explotación sexual, porque la prostitución es la apropiación de los cuerpos de las mujeres por los hombres. No hay consentimiento encontrado en la prostitución; las mujeres entran en la prostitución debido a necesidades financieras, o porque han aprendido a ver sus propios cuerpos como una mercancía, o porque fueron obligadas por un tercero. Por lo tanto, ¡el sexo de la prostitución es una forma de violación!
El gobierno brasileño, por no comprender a la prostitución como una violencia contra las mujeres, en este periodo de gran aumento del turismo sexual está haciendo campañas direccionadas sólo para erradicar la prostitución infantil.
La explotación sexual infantil es un gran problema, pero debemos considerar que la prostitución infantil no está separada de la prostitución adulta. La mayoría de la infancia en situación de prostitución son mujeres y la mayoría de las mujeres adultas que están en situación de prostitución empezaron cuando eran niñas. Así, el equívoco del anuncio del gobierno con animales de peluche que sugieren que la prostitución no tiene un género específico, está en no mostrar que la explotación sexual es un problema que afecta las mujeres.
Entonces, para luchar contra el turismo sexual, el gobierno debería combatir con mayor fuerza la imagen de que las mujeres brasileñas son “exóticas y disponibles” y debería rechazar todos los tipos de prostitución. Solamente siguiendo el ejemplo de países como Suecia, que tratan la prostitución como una violencia contra las mujeres, el Brasil podrá avanzar en esa problemática.
@CATWLACDIR