Ese 23 de marzo, aproximadamente a las 11.00 horas recibí una llamada telefónica en mi oficina de la  Subordinación de Comunicación Social del Instituto Mexicano del Seguro Social, aquí en Tijuana.

 

En el otro lado de la línea, se encontraba, la licenciada Rosa Aurora Martínez Herrera, quien se desempeñaba como titular de la oficina de Atención y Quejas, también de la Subdelegación Tijuana del IMSS.

 

Me pregunto si estaba en posibilidad de trasladarme al restaurante del Hotel Lucerna, pues deseaba tratarme un asunto de trabajo.

 

Sin más que preguntar me dirigí a ese lugar.

 

Al llegar al restaurante, en una mesa estaba Rosa Aurora Martínez  y Aurelia "yeya" Duran Díaz y un hombre joven, de tez blanca y pelo claro.

 

Me pidieron me sentara y me presentaron a ese personaje. Se trataba de Ivar Sisniega , quien era el coordinador de actividades deportivas de la campaña de Luis Donaldo Colosio Murrieta.

 

De entrada en forma amable y directa me pregunto : ¿ conoces y tienes trato directo con los reporteros y cronistas deportivos de Tijuana ?.

 

Conteste afirmativamente.

 

Luego me dijo que si estaba dispuesto a colaborar con su programa del día siguiente en donde el candidato Colosio Murrieta, deseaba convivir y platicar con los reporteros de la fuente deportiva, en la pista del CREA, a las siete de la mañana, pero sin la presencia de polificos.

 

Mi contestación fue sí. Me comento que yo también acompañaría al candidato en ese recorrido.

 

Luego me presento a uno de sus auxiliares, quien me pidió mis datos, nombre y teléfonos, para estar listo alrededor de las siete de la noche, en ese mismo restaurante, para iniciar los llamados a los compañeros de la fuente deportiva, inclusive visitarlos en sus redacciones.

 

Por la tarde antes de cumplir con mi horario de trabajo, Javier Moncallo, el muy estimado amigo mejor conocido cariñosamente como "La Morsa" que en ese tiempo también laboraba en la Subdelegacion Tijuana, me pregunto si asistiría al mitin de Lomas Taurinas. Le dije que no, que tenía "cosas que hacer".

 

Él estaba indeciso en acudir al evento y creo que finalmente no lo hizo.

Salí de mi trabajo y me dirigí a mi domicilio en Mesa de Otay, subiendo por la rampa Buenavista.

 

Tome mis alimentos y empecé a preparar la lista de los reporteros deportivos, obvió con sus teléfonos y ubicaciones.

 

Después de la cinco de la tarde, mi hijo me hablo y me comento que había visto en la televisión un avance informativo, creo en el Canal 12, dando a conocer que Colosio había recibido un "batazo" en Lomas Taurinas.

 

Minutos más tarde me hablo una de mis sobrinas, desde la casa de mis padres diciéndome: Tío lo andan buscando de su oficina de México. Le dije si vuelven a hablar dales el número de mi celular y del teléfono de mi casa.

 

Más tarde de la Coordinación  General de Comunicación Social del IMSS, vía telefónica me ordenaban me dirigiera a San Diego, y los tuviera informados del estado d Salud del Candidato, debido a que ellos habían recibido la noticia de la agresión al candidato y tenían la versión de que había sido llevado a San Diego.

 

Espere unos momentos y ya para ese entonces tanto la televisión como algunas estaciones de radio locales, daban a conocer que Colosio había sido llevado al Hospital General, de la Zona del Rio.

 

Me acerque al lugar que para ese entonces ya estaba acordonado principalmente por elementos uniformados de la Policía Municipal. Una oficial me impido el paso al interior del hospital, a pesar de mostrarle mi identificación como Jefe de Comunicación Social del IMSS. Me argumentó  que yo no era de la prensa.

 

A un compañero fotógrafo que llegaba en ese momento, le comente lo sucedido y le pedí me prestara una  de sus cámaras y el por delante mostrando su gafete de prensa de la gira del candidato, me "cole" al hospital, en donde era un ir y venir de gente del pueblo confundidos con la clase política.

 

Los policías empezaron a sacar a la gente que nada tenían que hacer ahí. Estuve a punto de que me echaran del, lugar, pero gracias a un compañero periodista de apellido Arechiga, que laboraba en el periódico Baja California, en la fuente policiaca, me presto un engomado que decía : Prensa. y con eso pude continuar en el Hospital General. Poco a poco fueron desalojadas muchas personas y el panorama se despejo, pero ahí estaba los políticos y los periodistas, tanto los locales como quienes venían cubriendo las actividades del candidato.

 

Pudimos apreciar la presencia de Talina Fernández acompañando en todo momento a Diana Rojas, esposa de Luis Donaldo Colosio.

 

También cuando llego la Dra. Patricia Aubanel, con equipo y personal médico. Luego se hablaba de que venía en vuelo especial el Doctor Mario Madrazo, para atención  del candidato. Incluso llego un helicóptero al parecer de matrícula norteamericana para un posible traslado de Colosio a un hospital de San Diego.

 

Pero por los rostros de muchas personas, se percibía que ya no había nada que hacer, máxime cuando fue sacado del hospital el equipo médico de la doctora Aubanel.

 

Más tarde Lievano Sainz, trepado en un mostrador  de la entrada del Hospital daba a conocer que el licenciado Colosio había fallecido. Luego se supo que Colosio murió en forma instantánea al recibir el primer impacto de bala en su cabeza. Se habló de un segundo disparo, que impacto su abdomen, cosa que ha quedado en duda a 20 años del suceso.

 

Luego los reporteros  y fotógrafos salieron en forma apresurada para dirigirse a sus redacciones para elaborar sus notas y revelar su material fotográfico.

 

Abandone el hospital y me dirigí a un bar cercano desde sus afueras se podía apreciar el movimiento de vehículos en las cercanías del Hospital General.

 

Perdimos la noción del tiempo, pero fue después de medianoche o sea ya el 24 de marzo, cuando el cuerpo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, fue llevado al aeropuerto de esta ciudad, para su traslado al Distrito Federal, en donde se le rindieron honras fúnebres para finalmente llevarlo a su natal Sonora.

 

De esa fecha a estos días, se ha escrito en abundancia sobre el tema, pero lo que si queda claro que en Tijuana ocurrió un magnicidio político, que en lo personal me tocó  vivir en parte y son experiencias que no se olvidan.

 

Tengo muchos amigos cercanos que también vivieron esos momentos, principalmente en Lomas Taurinas, que este domingo 23 de marzo será el marco para recordar lo sucedido hace cuatro lustros.

 

El 24 de marzo, cayó sobre Tijuana un torrencial aguacero, y una amiga se preguntaba ¿por qué no llovió así ayer, de haber llovido ayer, quizás el mitin de Lomas Taurinas, se hubiera suspendido.... Pero él hubiera no existe.

 

Nunca más volví a hacer contacto con Ivar Sisniega, quien luego ocupo un alto cargo oficial en el deporte mexicano en el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León.

 

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